El Gobierno trata de estrechar el cerco político sobre la alcaldesa de Valencia
Sánchez persigue que Catalá no capitalice ninguna gran actuación en la ciudad hasta 2027

Al enemigo ni agua. Esta es la consigna que Pedro Sánchez está aplicando sobre la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, a quien el Gobierno trata de aislar desde hace meses, al tiempo que ayuda a la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, a que su candidatura a la Alcaldía de la tercera ciudad de España vaya adquiriendo peso durante los dos próximos años.
Las grandes infraestructuras marcan mucho las legislaturas de los alcaldes y en el caso de Valencia la solución a las cicatrices que todavía deja en la ciudad el trazado ferroviario es un punto clave para obtener el respaldo ciudadano. La sintonía mostrada al principio del mandato por la alcaldesa de Valencia con el ministro de Transportes, Óscar Puente, se ha diluido por completo en los últimos meses.
Reproches en la red
Han pasado comer paella juntos en el Puerto de Valencia el pasado verano a lanzarse hace pocos días andanadas por la red social X con un elevado tono y cruce de acusaciones. ¿Qué ha pasado entre estos dos acontecimientos? Simplemente que el PSOE ya tiene candidata para la Alcaldía de Valencia en 2027: la degeda del Gobierno, Pilar Bernabé.
Catalá tenía avanzada una solución para el soterramiento de las vías del tren en Serrería. Es una actuación clave para el último tramo del antiguo cauce del río Turia y para la conexión de barrios marítimos de la ciudad como la Punta o Nazaret que padecen el tráfico en superficie de los convoyes.
Había tres soluciones posibles, una más cara (con más longitud de túnel); una intermedia; y una más barata con mayor tramo en superficie de los trenes, aunque con soluciones parciales que permitirían mejorar la trama urbana.
El acuerdo estaba ultimado (o más bien apalabrado) para que se ejecutara la solución intermedia y los técnicos del Ayuntamiento de Valencia y del Ministerio de Transportes se emplazaron para avanzar los detalles. Esa obra ha quedado finalmente en el limbo y ha motivado el último encontronazo por redes sociales entre Catalá y Puente.
La subestación de Patraix
No es la única cuestión que demuestra que Pedro Sánchez está empeñado en negarle a la alcaldesa de Valencia (y a sus ciudadanos como víctimas colaterales de este enfrentamiento) cuestiones importantes para la ciudad. Es el caso de la paralización del traslado de la subestación eléctrica de Favara, en el barrio de Patraix, que lleva 17 años de espera.
Los avances al comienzo de la legislatura hacían pensar que en el actual mandato se podría proceder al desmantelamiento de una subestación que tiene la oposición vecinal después de que en 2007 explotara y la onda expansiva dañara varios inmuebles situados apenas a una veintena de metros.
El objetivo es que se traslade al barrio de San Isidro en la zona comprendida entre el Cementerio General y las futuras cocheras de la Empresa Municipal de Transportes.
Esa inercia positiva, aunque siempre sin concretarse en detalles sólidos, se ha tornado en silencio absoluto y la cartas que María José Catalá le ha enviado al ministro de Industria, Jordi Hereu, no han tenido respuesta alguna, lo que da una idea de la 'transversalidad' que tiene la acción de aislamiento que el Gobierno ejerce ya sobre la alcaldesa de Valencia.
Visitas con Bernabé
En paralelo, y con la lógica operación de desgaste contra Catalá encabezada en el Ayuntamiento por el grupo socialista a cuenta de los efectos de la dana, el Gobierno se está empleando a fondo a la hora de hacer que despegue la candidatura de Pilar Bernabé. Puede ser la contendiente de la actual alcaldesa en 2027 –eso sí, siempre y cuando a ambas no las reclamen para otras tareas políticas de un ámbito superior–.
La presencia de ministros del Gobierno de España siempre está capitalizada por Bernabé quien, de la mano de la también ministra y líder del PSOE valenciano Diana Morant, trata de exprimir las actuaciones que impulsa o paga en algún porcentaje el Gobierno de España.
Desplante con el túnel pasante
Es el caso del túnel pasante ferroviario en la zona donde se ubica la actual estación del AVE, Joaquín Sorolla. Esta obra que comenzó hace dos años y costará unos 670 millones de euros está financiada por Adif (50%), la Generalitat Valenciana (25%) y el Ayuntamiento de Valencia (25%).
Avanza lentamente como cualquier macroinfraestructura pero supone un hito para la ciudad: un túnel de 1,2 kilómetros de longitud para intergrar el ferrocarril en la trama urbana y la posterior remodelación de la estación Joaquín Sorolla. Hace apenas un mes Óscar Puente visitó las obras acompañado de Pilar Bernabé pero sorprendió la ausencia de Catalá.
El motivo no fue otro que la alcaldesa no fue invitada al acto institucional pese a pagar el 25% de la ejecución de las obras acordado en la Sociedad Parque Central donde se encuentran las tres Administraciones.
El resquemor es ya muy evidente y el pulso entre Catalá y Bernabé se ha anticipado dos años antes de la cita con las urnas. La dana y la guerra abierta entre el PSOE y el PP por responsabilizarse mutuamente por la mala gestión no ha hecho más que agrandar la herida y sin visos de que pueda suturarse en los próximos meses.