La estabilidad política de Francia ha quedado hipotecada al puesto de François Bayrou, jefe de gobierno , su esposa y su hija mayor, en el mayor escándalo de violencias sexuales y pedofilia en la historia de Francia , tras las denuncias de 200 víctimas contra el instituto Notre-Dame de Bétharram, en una diminuta localidad de 800 habitantes, muy cerca de Pau (79.000 habitantes), feudo político del primer ministro. A primera hora de la noche del miércoles, Alain Esquerre, portavoz del colectivo de las víctimas de Bétharram, dio al escándalo su dimensión política y social más profunda: « Bayrou no pondrá fin a esta historia . Lo esencial es la cadena de responsabilidades políticas, alertas ignoradas, silencio institucional». Dicho de otro...
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