El apocalipsis amable. España no es EEUU
Para decepción de algunos ayer no hubo saqueos ni crímenes por las calles. Pese a quien pese, este país no es un terreno propicio para que suceda un apocalipsis zombie, un “The Last of us” o para una réplica mediterránea de “Fallout Las Vegas”. La sociedad española ayer mantuvo la calma , y la paciencia, y hasta cierto sentido del humor. Gente espontáneamente llevando a desconocidos en sus coches, cruzando con prudencia calles colapsadas, compartiendo y llenando terrazas. Y hasta ejerciendo de guardia de tráfico. Estamos tan bombardeados con los productos culturales de Estados Unidos que ante una situación como la de ayer nos sorprenden nuestra propias reacciones, no nos conocemos. No nos apreciamos.Afortunadamente España no es EEUU, En nuestra cultura el vecino no es un sospechoso, sino alguien con el que charlar del tiempo o de lo que caiga, las calles no son una amenaza potencial sino un patio de juego o de encuentro, el otro no es un enemigo, sino alguien que habla nuestro mismo idioma emocional, con el que nos podemos encontrar en el próximo paseo o la siguiente celebración local. Por mucho que consumamos productos de una sociedad enferma como la estadounidense, el sustrato de nuestro país es saludable. Quizá sea nuestra tradición católica o quizá nuestras raíces campesinas y comunitarias. Es al fin y al cabo el único país del mundo donde pudo triunfar una revolución anarquista y comunitaria. No lo sé. Pero lo que sucedió hace que me siento modestamente orgulloso de teneros como compatriotas. etiquetas: artículo» noticia original ()

Para decepción de algunos ayer no hubo saqueos ni crímenes por las calles. Pese a quien pese, este país no es un terreno propicio para que suceda un apocalipsis zombie, un “The Last of us” o para una réplica mediterránea de “Fallout Las Vegas”. La sociedad española ayer mantuvo la calma , y la paciencia, y hasta cierto sentido del humor. Gente espontáneamente llevando a desconocidos en sus coches, cruzando con prudencia calles colapsadas, compartiendo y llenando terrazas. Y hasta ejerciendo de guardia de tráfico. Estamos tan bombardeados con los productos culturales de Estados Unidos que ante una situación como la de ayer nos sorprenden nuestra propias reacciones, no nos conocemos. No nos apreciamos.
Afortunadamente España no es EEUU, En nuestra cultura el vecino no es un sospechoso, sino alguien con el que charlar del tiempo o de lo que caiga, las calles no son una amenaza potencial sino un patio de juego o de encuentro, el otro no es un enemigo, sino alguien que habla nuestro mismo idioma emocional, con el que nos podemos encontrar en el próximo paseo o la siguiente celebración local. Por mucho que consumamos productos de una sociedad enferma como la estadounidense, el sustrato de nuestro país es saludable. Quizá sea nuestra tradición católica o quizá nuestras raíces campesinas y comunitarias. Es al fin y al cabo el único país del mundo donde pudo triunfar una revolución anarquista y comunitaria. No lo sé. Pero lo que sucedió hace que me siento modestamente orgulloso de teneros como compatriotas.
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