De ‘Gymnasien’ y gimnasios para la salud
Fernando Navarro Fernando Navarro Mié, 30/04/2025 - 09:35 | Firma invitada: Isabel Martos Maldonado Existe en alemán una institución educativa cuyo nombre atrae la atención del hispanohablante al toparse con ella in situ y le causa extrañeza al observar el entorno. Se trata del Gymnasium (plural Gymnasien). Los Gymnasien suelen encontrarse en edificios de grandes dimensiones, con muchas ventanas y una estética que no casa con el gimnasio al uso en el español moderno o el inglés actual (gym). Nuestra intuición no yerra y, al indagar, nos enteramos de que el Gymnasium no está destinado a aumentar el número de fibras musculares sino, sobre todo, los conocimientos y la cantidad de conexiones neuronales. Se trata, pues, de un centro escolar de enseñanza secundaria. Su nombre proviene del griego γυμνάσιον (gymnásion), de donde, efectivamente, también procede nuestra voz gimnasio. Resulta que, en la Antigua Grecia, el gimnasio estaba dedicado a la instrucción y al ejercicio físicos (el cual, por cierto, se practicaba al desnudo: gymnos = desnudez). Más adelante, comenzó a utilizarse como lugar de intercambio de ideas y se convirtió en un espacio para el entrenamiento físico, pero también para el mental. Una vez más y sin más método científico que el empírico y el sentido común, los griegos sabían que ambos aspectos contribuyen a una vida plena y a la preservación de la salud. Este doble uso es el motivo de la escisión y aclara la duda acerca de por qué en español y en inglés esta raíz griega se utiliza para designar el establecimiento en el que se practica deporte, mientras que en Alemania —así como en Austria, Suiza, Liechtenstein, pero también en Bulgaria, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Grecia, Holanda, Lituania, República Checa y, hasta 2017, en Polonia— se emplea para designar centros de enseñanza. En danés, griego y polaco, por cierto, la misma raíz forma una palabra distinta para denominar algún tipo de gimnasio. Por supuesto, caigo en la tentación una y otra vez de poner a prueba la traducción automática asistida por inteligencia artificial. Sinceramente, creía que el modelo arrojaría una buena traducción porque no es la primera vez que me sorprende. Pero no, ChatGPT no ha sabido traducir la siguiente frase extraída del diario Stuttgarter Nachrichten: «Im Jahr der Umstellung auf ein neues Übergangsverfahren an weiterführende Schulen können in Baden-Württemberg anteilig betrachtet etwa genauso viele Schüler auf ein Gymnasium wechseln wie zuvor». Traducción de ChatGPT: «En el año de la transición a un nuevo procedimiento de admisión a las escuelas secundarias, aproximadamente la misma proporción de estudiantes en Baden-Württemberg puede pasar a un gimnasio que antes». Al margen de la redacción farragosa e ininteligible de la frase traducida, destaco aquí la traducción errónea de Gymnasium por *gimnasio*. Lo curioso es que, al preguntarle posteriormente por palabras que «provengan del griego, pero tengan un significado distinto de otras en español con la misma raíz», su primera propuesta ha sido la siguiente: «Gymnasium (del griego γυμνάσιον, gymnásion): en alemán, se refiere a un tipo de escuela secundaria que prepara para la universidad; en español, ‘gimnasio’ es un lugar para hacer ejercicio físico». Llamativa falta de coherencia debida, quizás, a la consabida incapacidad de razonar o de relacionar que tienen estos modelos de lenguaje de gran tamaño. Si utilizas traducción automática para traducir tus textos, no lo olvides nunca: revisa, repasa, corrige y reformula. * * * Isabel Martos Maldonado es traductora, máster e intérprete en el sector sanitario. Columna publicada originalmente en el blog IMM Talks. Reproducida con autorización de la autora. On Isabel Martos Maldonado Off


Existe en alemán una institución educativa cuyo nombre atrae la atención del hispanohablante al toparse con ella in situ y le causa extrañeza al observar el entorno. Se trata del Gymnasium (plural Gymnasien).
Los Gymnasien suelen encontrarse en edificios de grandes dimensiones, con muchas ventanas y una estética que no casa con el gimnasio al uso en el español moderno o el inglés actual (gym). Nuestra intuición no yerra y, al indagar, nos enteramos de que el Gymnasium no está destinado a aumentar el número de fibras musculares sino, sobre todo, los conocimientos y la cantidad de conexiones neuronales. Se trata, pues, de un centro escolar de enseñanza secundaria.
Su nombre proviene del griego γυμνάσιον (gymnásion), de donde, efectivamente, también procede nuestra voz gimnasio.
Resulta que, en la Antigua Grecia, el gimnasio estaba dedicado a la instrucción y al ejercicio físicos (el cual, por cierto, se practicaba al desnudo: gymnos = desnudez). Más adelante, comenzó a utilizarse como lugar de intercambio de ideas y se convirtió en un espacio para el entrenamiento físico, pero también para el mental. Una vez más y sin más método científico que el empírico y el sentido común, los griegos sabían que ambos aspectos contribuyen a una vida plena y a la preservación de la salud.
Este doble uso es el motivo de la escisión y aclara la duda acerca de por qué en español y en inglés esta raíz griega se utiliza para designar el establecimiento en el que se practica deporte, mientras que en Alemania —así como en Austria, Suiza, Liechtenstein, pero también en Bulgaria, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Grecia, Holanda, Lituania, República Checa y, hasta 2017, en Polonia— se emplea para designar centros de enseñanza. En danés, griego y polaco, por cierto, la misma raíz forma una palabra distinta para denominar algún tipo de gimnasio.
Por supuesto, caigo en la tentación una y otra vez de poner a prueba la traducción automática asistida por inteligencia artificial. Sinceramente, creía que el modelo arrojaría una buena traducción porque no es la primera vez que me sorprende. Pero no, ChatGPT no ha sabido traducir la siguiente frase extraída del diario Stuttgarter Nachrichten: «Im Jahr der Umstellung auf ein neues Übergangsverfahren an weiterführende Schulen können in Baden-Württemberg anteilig betrachtet etwa genauso viele Schüler auf ein Gymnasium wechseln wie zuvor». Traducción de ChatGPT: «En el año de la transición a un nuevo procedimiento de admisión a las escuelas secundarias, aproximadamente la misma proporción de estudiantes en Baden-Württemberg puede pasar a un gimnasio que antes». Al margen de la redacción farragosa e ininteligible de la frase traducida, destaco aquí la traducción errónea de Gymnasium por *gimnasio*.
Lo curioso es que, al preguntarle posteriormente por palabras que «provengan del griego, pero tengan un significado distinto de otras en español con la misma raíz», su primera propuesta ha sido la siguiente: «Gymnasium (del griego γυμνάσιον, gymnásion): en alemán, se refiere a un tipo de escuela secundaria que prepara para la universidad; en español, ‘gimnasio’ es un lugar para hacer ejercicio físico».
Llamativa falta de coherencia debida, quizás, a la consabida incapacidad de razonar o de relacionar que tienen estos modelos de lenguaje de gran tamaño. Si utilizas traducción automática para traducir tus textos, no lo olvides nunca: revisa, repasa, corrige y reformula.
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Isabel Martos Maldonado es traductora, máster e intérprete en el sector sanitario. Columna publicada originalmente en el blog IMM Talks. Reproducida con autorización de la autora. On Isabel Martos Maldonado Off