Cucarachas enojadas

Si me pongo a pensar en el motivo de mi repulsa hacia estos bichos, no encuentro nada racional. No hay una razón concreta por la que odie las cucarachas. Puede que sea instintivo. Me recuerda a algo que dijeron en alguna clase de Psicología, hace mil años, cuando tenía la ilusión de hacer carrera y... Leer más La entrada Cucarachas enojadas aparece primero en Zenda.

May 18, 2025 - 02:52
 0
Cucarachas enojadas

Hoy tenía que ir al banco. No es algo que haga con frecuencia, pero, en este caso, era necesario. Fui temprano, antes incluso de la hora a la que los niños empiezan las clases. Ya entonces, la plaza estaba a rebosar de cucarachas. Tenía la esperanza de no toparme con ellas, porque me repugnan. Las veo embutidas en sus trajes grises, con sus maletines agarrados con esas patitas de sierra y me dan escalofríos. Y por mucho que me acuerde de las palabras de Raúl de hace unos días, cuando me decía que, por mucho que pareciera una acelga, él no era una planta, a mí estas criaturas de metro ochenta sí que me parecen cucarachas. Y es increíble lo pronto que se han integrado en determinados puestos de la administración. Se les da bien. O eso dicen. Una de esas cosas se metió en la entidad bancaria a la que iba y estuve a punto de darme la vuelta y regresar otro día, porque se me revuelven las tripas y me da dentera acercarme demasiado. Sé que, si no iba hoy, tendría que regresar otro día y me la volvería a encontrar. A ella y a todas las demás.

Si me pongo a pensar en el motivo de mi repulsa hacia estos bichos, no encuentro nada racional. No hay una razón concreta por la que odie las cucarachas. Puede que sea instintivo. Me recuerda a algo que dijeron en alguna clase de Psicología, hace mil años, cuando tenía la ilusión de hacer carrera y probé un camino que luego no resultó. Que igual no fue ahí y lo leí en algún artículo, pero ya sabemos como funciona la mente humana al respecto. Lo de crear falsos recuerdos y todo eso. Bueno, el caso es que decía algo así como que existen determinadas reacciones que el ser humano lleva de serie en una suerte de memoria genética, un instinto de preservación innato que nos procura alejarnos de aquello que puede ser una fuente de problemas para nuestro organismo. Y no me cabe duda de que, si hay algún insecto que pueda resultar perjudicial para nosotros, tienen que ser las malditas cucarachas. No sé siquiera como hay quien las tolera.

"Las paredes de la alcantarilla no se veían; estaban tapizadas con miles de cucarachas apiñadas"

Hace años tenía un vecino que solía levantar las tapas del alcantarillado de nuestra calle y rociaba con algún producto —no tengo muy claro cuál— las paredes interiores. Una vez lo vi de cerca. Las paredes de la alcantarilla no se veían; estaban tapizadas con miles de cucarachas apiñadas. En cuanto las empapó con aquel líquido, la mayoría se dispersó hacia la oscuridad del fondo, pero muchas escaparon hacia la carretera, corriendo a nuestro alrededor, sobre nuestros pies, subiendo incluso por la pernera del pantalón. Luego, durante varias semanas, aparecían decenas de ellas en nuestros patios y por casa, así que no sé si era mejor el remedio que la enfermedad. Era realmente asqueroso. Y ya sabemos que no muerden, pero no puedo con ellas. Me las imagino aprovechando cualquier oportunidad para entrar en mí —mientras duermo, quizá—, a través de la boca, las orejas o cualquier otro orificio. A uno de mis sobrinos le pasaban por la cara mientras dormía. Yo, cuando era chaval, también tenía que lidiar con ellas mientras trabajaba en un patio diminuto. A veces las veía por el rabillo del ojo. Eran de las que volaban y las veía venir hacia mí como kamikazes. Me agachaba tan rápido como me era posible, pero después del ataque aéreo ya no podía concentrarme en lo que estaba haciendo y tenía que salir de allí echando chispas. Me picaba todo. Ahora mismo, mientras escribo, al recordarlo, me pica todo. El cuero cabelludo, detrás de las orejas, la coronilla. ¡Qué asco!

"Y también me acuerdo de Tito & Tarántula, el grupo que puso banda sonora a Abierto hasta el amanecer, la peli de vampiros de Tarantino y Rodríguez"

Yo seguía allí de pie, frente a la sucursal de la plaza. Ya no había cucarachas. Solo algunos mandriles y un par de morsas. Se habían dispersado rápido. Cada cual a su puesto de trabajo. Parecen muy diligentes. Una trabaja en el bufete que hay calle abajo y me parece que una también se ha hecho un hueco en el ayuntamiento, pero esto solo lo sé de oídas y tampoco hay que hacer caso a todo lo que se oye. Supongo que hacen bien su trabajo. No debo dejar que su aspecto me condicione. Me tengo que recordar que no son cucarachas de verdad, solo lo parecen. Y todas han venido del mismo sitio —aunque no lo tengo muy claro— que los demás. O no, porque están las sirenas, que no salen del agua. Y los alados, que rara vez se posan en el suelo. Sea como sea, los prejuicios, en este caso, me pueden. Y me limitan. Me acuerdo de algunas cosas graciosas relacionadas con estos insectos. Me fuerzo a ello. Pienso en El cuchitril de Joe, la peli esa en la que un tío muy guarro se hace amigo de las cucarachas que viven en su piso. La peli no es muy buena, todo hay que decirlo. Ver a unas cucarachas en primer plano, en ocasiones disfrazadas, hablando con el protagonista, haciendo asquerosidades propias de su naturaleza y que hasta tienen canal por cable propio, no es lo que se dice algo convencional ni, la mayoría de las veces, apetecible. Pero bueno, tiene su punto. Y también me acuerdo de Tito & Tarántula, el grupo que puso banda sonora a Abierto hasta el amanecer, la peli de vampiros de Tarantino y Rodríguez con la que George Clooney dio el salto al estrellato y el propio Quentin hizo sus primeros pinitos como actor. Y me acuerdo del grupo no solo porque aparecían haciendo un cameo como chupasangres en la película, sino porque tienen una canción que se llama «Cucarachas enojadas». Me gusta ese rollo musical blues rock. Sea como sea, al final no he entrado al banco. Cuando se me pase el repelús, llamaré por teléfono o usaré la banca online. Por la voz no se les distingue.

La entrada Cucarachas enojadas aparece primero en Zenda.