Crean dos juegos para acercar el patrimonio fenicio a los más pequeños de la casa
‘Mi museo fenicio’ y ‘Museo: Objetivo Gadir' son los nombres de la apuesta de la Universidad de Cádiz para que niños y adolescentes aprendan jugandoUna ruta de época fenicia: cuando Cádiz aún era Gadir Hay expertos del ámbito de la educación que insisten en que hay muchos niños y adolescentes que presentan el perfil opuesto a esos chavales que estudian de memoria, con apuntes, con exámenes, con objetivos y maneras muy determinadas y rozando la ortodoxia. De ahí que esos mismos expertos apuesten por enseñar… jugando. O, mejor dicho, que aprendan, descubran o se interesen por determinadas cuestiones a la vez que juegan y se divierten. Aunque sea de una temática aparentemente poco atractiva como la historia o civilizaciones como la de los fenicios. Y es precisamente lo que ha ideado la Universidad de Cádiz, que ha puesto en marcha dos juegos de divulgación científica para tratar de acercar el pasado fenicio de la capital gaditana al público infantil y juvenil. Ambos juegos, que llevan por nombre ‘Mi museo fenicio’ y ‘Museo: Objetivo Gadir, combinan el rigor histórico con una propuesta innovadora orientada a fomentar el conocimiento del patrimonio arqueológico. Y de forma juguetona, lúdica. Atractiva. Divertida. Nada de memorizar ríos o capitales del mundo. Memoria y estrategia El primero de los juegos es tipo memory en el que los jugadores descubren y emparejan ilustraciones de piezas fenicias emblemáticas. Además de que jugar con la memoria, la atención o la planificación, aprenden sobre el patrimonio arqueológico. Casi sin darse cuenta. Y el segundo, en este caso es un juego de estrategia y colección de sets, en el que los jugadores asumen el rol de directores de un museo fenicio, con situaciones reales para que reúnan y expongan piezas arqueológicas en las vitrinas del museo. Estos recursos pedagógicos permiten que los más pequeños, a pesar de tratarse temáticas relativamente complejas, logren disfrutar mientras desarrollan habilidades cognitivas, socioemocionales y, en este caso, conectar con el patrimonio histórico-arqueológico a través de una experiencia muy distendida.

‘Mi museo fenicio’ y ‘Museo: Objetivo Gadir' son los nombres de la apuesta de la Universidad de Cádiz para que niños y adolescentes aprendan jugando
Una ruta de época fenicia: cuando Cádiz aún era Gadir
Hay expertos del ámbito de la educación que insisten en que hay muchos niños y adolescentes que presentan el perfil opuesto a esos chavales que estudian de memoria, con apuntes, con exámenes, con objetivos y maneras muy determinadas y rozando la ortodoxia.
De ahí que esos mismos expertos apuesten por enseñar… jugando. O, mejor dicho, que aprendan, descubran o se interesen por determinadas cuestiones a la vez que juegan y se divierten. Aunque sea de una temática aparentemente poco atractiva como la historia o civilizaciones como la de los fenicios.
Y es precisamente lo que ha ideado la Universidad de Cádiz, que ha puesto en marcha dos juegos de divulgación científica para tratar de acercar el pasado fenicio de la capital gaditana al público infantil y juvenil.
Ambos juegos, que llevan por nombre ‘Mi museo fenicio’ y ‘Museo: Objetivo Gadir, combinan el rigor histórico con una propuesta innovadora orientada a fomentar el conocimiento del patrimonio arqueológico. Y de forma juguetona, lúdica. Atractiva. Divertida. Nada de memorizar ríos o capitales del mundo.
Memoria y estrategia
El primero de los juegos es tipo memory en el que los jugadores descubren y emparejan ilustraciones de piezas fenicias emblemáticas. Además de que jugar con la memoria, la atención o la planificación, aprenden sobre el patrimonio arqueológico. Casi sin darse cuenta.
Y el segundo, en este caso es un juego de estrategia y colección de sets, en el que los jugadores asumen el rol de directores de un museo fenicio, con situaciones reales para que reúnan y expongan piezas arqueológicas en las vitrinas del museo.
Estos recursos pedagógicos permiten que los más pequeños, a pesar de tratarse temáticas relativamente complejas, logren disfrutar mientras desarrollan habilidades cognitivas, socioemocionales y, en este caso, conectar con el patrimonio histórico-arqueológico a través de una experiencia muy distendida.