Carlos Arenas, experto en inversión: "La volatilidad no es el enemigo de los inversores"
Desde el punto de vista técnico, la volatilidad no es más que la variabilidad de los precios

Pongámonos en situación. En este último año, los mercados financieros han parecido una montaña rusa: subidas intensas, bajadas pronunciadas y titulares que avivan tanto la euforia como el miedo. Y, sin embargo, si uno se toma un momento para mirar con perspectiva… la película es muy distinta. Solo en el mes pasado, habiendo visto unos movimientos que llevaron 12 puntos abajo el S&P 500, el índice terminó plano ese mes.
Fuente: Carlos Arenas Laorga
Este gráfico que he preparado nos muestra algo que suele olvidarse en medio del ruido: llevamos más de una década con rentabilidades anuales generalmente positivas. Desde 2010, solo dos ejercicios han cerrado en rojo. Incluso este año, con una caída máxima que rozó el 19% —lo que muchos titulares han catalogado como corrección severa— el balance acumulado ronda apenas un modesto -3%. Y estamos hablando de un índice amplio, no de un fondo defensivo. Es decir, que incluso en un año aparentemente malo, no lo está siendo tanto.
Esto nos lleva a la idea fundamental: la volatilidad no es el enemigo. El enemigo es cómo la interpretamos.
Volatilidad no es igual a pérdidas. Es más, podemos convertirlo en todo lo contrario. Cuando los mercados se mueven mucho, tendemos a asumir que estamos perdiendo dinero. Pero, insisto, volatilidad no significa pérdida. De hecho, quienes han aprovechado las caídas del año para invertir —como muestran los datos— ya están viendo resultados positivos. Es como si hubieran comprado un buen abrigo en rebajas y el frío hubiera llegado justo después.
Desde el punto de vista técnico, la volatilidad no es más que la variabilidad de los precios. Y los mayores días de rentabilidad en bolsa suelen estar pegados a los días de mayor caída. Quedarse fuera por miedo puede significar perder lo mejor del año. Los números son claros: perderse los 10 mejores días del mercado puede reducir a la mitad la rentabilidad de una década. Y una curiosidad, esos días suelen aparecer justo cuando más dudas hay.
Fuente: Carlos Arenas Laorga
Hay una lección que muchos inversores han interiorizado tras años de experiencia (y alguna que otra cicatriz): estar invertido, aunque suene aburrido, suele ser más rentable que intentar adivinar el momento perfecto. El market timing —esa estrategia de saltar dentro y fuera del mercado— es una ilusión peligrosa.
Incluso tras los episodios de máxima tensión —desde el Brexit hasta la pandemia de 2020— el mercado ha mostrado una capacidad asombrosa para recuperar. Y no solo eso: quienes compraron en los peores momentos muchas veces obtuvieron los mejores resultados. Comprar cuando nadie quiere comprar (pero cuando todo está barato) ha sido, históricamente, una de las decisiones más rentables que se pueden tomar.
Un detalle que conviene recordar: las pérdidas no se recuperan de forma lineal. Si un fondo cae un 20%, necesita subir un 25% para volver al mismo nivel. Si cae un 50%, la subida necesaria es del 100%. Este pequeño truco aritmético explica por qué los fondos que menos caen tienen una gran ventaja. Pero también por qué es tan importante no salir corriendo en mitad de una caída. Salirte con un -19% y no volver puede fijar una pérdida innecesaria… y definitiva.
En lugar de temer la volatilidad, conviene aceptarla como parte natural del viaje. La clave está en la estrategia:
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Mantenerse invertido, sin perseguir titulares ni moverse al compás del miedo.
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Aprovechar las caídas para aumentar posiciones en activos sólidos (siempre dentro del perfil de riesgo).
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Diversificar, para no depender del comportamiento de un solo activo o sector.
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Pensar a largo plazo, porque el corto siempre estará lleno de ruido.
Este año nos recuerda que los mercados suben y bajan, y lo seguirán haciendo. Pero quien se mantiene en el vagón, pese a los vaivenes, acaba disfrutando del viaje. Lo dijo Peter Lynch, uno de los gestores más exitosos de todos los tiempos: “En el largo plazo, el mayor riesgo no es la volatilidad, sino estar fuera del mercado”.
Así que sí: llevamos un año con sustos, pero si abrimos un poco el zoom, lo que se ve es una década de oportunidades. Y eso, se mire por donde se mire, es una buena noticia.
Hay decisiones de inversión que te hacen ganar dinero,... Y esta es una de ellas.