Óscar López, Alegría, Patxi... Moncloa teme filtraciones de mensajes de Sánchez sobre sus colaboradores

En Moncloa hablan de "guerra sucia" para referirse a la filtración de mensajes escritos por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que habría intercambiado durante varios años con su exministro de Transportes y exsecretario de Organización, José Luis Ábalos. Lo hacen con una mezcla de rabia y resignación, afirmando que se trata de "el enésimo intento para derribarlo". Hasta ahora, dicen "respirar aliviados" por el contenido de los mensajes que se han filtrado, pero están convencidos de que "pueden salir más". Sus opiniones sobre Óscar López, Pilar Alegría y Patxi López, en los años inmediatamente posteriores a ganar de nuevo las primarias socialistas, en las que los tres formaron parte de candidaturas rivales, son las que más temor generan.

En el entorno del jefe del Ejecutivo, cuyo desánimo estos días es generalizado por la incertidumbre respecto a lo que pueda salir, admiten que la animadversión que Sánchez tenía entonces contra los tres, "a los que fue integrando poco a poco" en su proyecto, "era total". De ahí que hay miedo a que se puedan filtrar mensajes menospreciando e injuriando a los ministros de Transformación Digital y Función Pública, Educación y Formación Profesional y al portavoz del PSOE en el Congreso. "Puede salir de todo", señalan, colaboradores muy cercanos al líder socialista. En su opinión, "nadie se ha escapado del escrutinio crítico" y "un poco ácido", exclama un dirigente, de Pedro Sánchez.

Fuentes del entorno de José Luis Ábalos, uno de los dos interlocutores de las conversaciones que el diario El Mundo está desvelando esta semana, y que meses atrás también adelantó EsDiario, admiten que "posiblemente" había conversaciones en un tono similar al que se refería a los barones Guillermo Fernández - Vara, Emiliano García Page, Javier Lambán y Susana Díaz con otros dirigentes. Entre estos, explican, estarían los dos ministros y el portavoz parlamentario del PSOE en el Congreso. Esas mismas fuentes también señalan que "seguramente existan conversaciones desde mucho antes, desde el año 2015".

La integración

Aunque su retorno a la planta noble de Ferraz, en mayo del 2017, provocó un distanciamiento total con su amigo Óscar López, con Patxi López y con Pilar Alegría, el presidente del Gobierno, poco a poco, fue integrando a los que habían rivalizado contra él en las primarias para "acallar la disidencia". Eso es lo que opina un dirigente del partido que, en su momento, iba con Susana Díaz. Ahora, como los tres mencionados anteriormente, tiene cargo en el Ejecutivo o en el entorno más cercano de Sánchez. Aunque ese intento de comprar voluntades, no le ha salido bien en todos los casos.

Óscar López y Patxi López fueron los dos primeros en ser recuperados por parte del jefe del Ejecutivo. En el caso del primero, con la oposición de su esposa, Begoña Gómez, lo colocó al frente de Paradores del Estado. Al que fuera Lehendakari, durante un breve periodo de tiempo, en 2019, lo hizo presidente del Congreso de los Diputados. Unos meses más tarde, en 2020, Sánchez optó por Pilar Alegría como delegada del Gobierno en Aragón, como contrapeso al injuriado Javier Lambán, y en 2021 la hizo ministra de Educación, Formación Profesional y Deporte.

Aunque tanto los dos López como Alegría, en todo este tiempo, han defendido a capa y espada a Sánchez públicamente, fuentes socialistas al más alto nivel aseguran que "siguen viéndolo como un despóta". Cabe recordar que en el caso del hoy ministro de Transformación Digital y Función Pública y líder del PSM en Madrid, también pese a la oposición de Begoña Gómez, que no entendió el nombramiento, fue jefe de gabinete del presidente durante varios años. Es decir, era aparentemente la persona de su máxima confianza. Aunque, en realidad, "estaba diseñando otra operación". Haciéndole la cama.