Antonio Montero ya no oculta el secreto a voces de María Patiño

Un nuevo enfrentamiento sacude la televisión: Antonio Montero y María Patiño, al borde del abismo

En el siempre volátil universo de la televisión española, los roces entre colaboradores no son ninguna novedad. Sin embargo, lo ocurrido recientemente entre Antonio Montero y María Patiño ha cruzado una línea que podría marcar un antes y un después en su relación profesional y personal.

Todo comenzó con unas declaraciones que, aunque lanzadas en un formato aparentemente menor, pronto escalaron hasta convertirse en un tema central en varios programas del corazón. Antonio Montero, veterano colaborador y fotógrafo del mundo del espectáculo, participó a finales de marzo en el pódcast Chico de revista. Allí, sin filtros y con tono crítico, aprovechó para lanzar pullas directas a dos de sus excompañeras más conocidas: Belén Esteban y, especialmente, María Patiño.

Declaraciones que desataron la tormenta

Las palabras de Montero no cayeron en saco roto. Aunque el programa en cuestión no forma parte del ‘prime time’, las declaraciones pronto se viralizaron y, como era de esperarse, llegaron a oídos de María Patiño. Lejos de ignorarlas, la presentadora decidió tomar la ofensiva y respondió con dureza, apenas unos días antes de que se emitiera el último episodio del programa Ni que fuéramos.

En el canal Quickie, Patiño no dudó en sacar a la luz una acusación que dejó al público boquiabierto y que compromete seriamente la reputación de su antiguo compañero:

“Es de las personas que ha hecho fotos privadas de nosotros y ha querido venderlas a un programa. En concreto, unas fotos que nos hicimos entre amigos en topless”.

La gravedad de la acusación no solo remueve el pasado compartido entre ambos, sino que también pone en tela de juicio la ética profesional de Montero. Pero eso no fue todo: Patiño también cuestionó abiertamente su desempeño laboral, calificándolo de “mediocre”.

La respuesta de Montero no se hizo esperar

En la emisión del pasado jueves 24 de abril del programa Tentáculos, presentado por Carlota Corredera, se abordó ampliamente este conflicto. Durante el espacio, se analizó el cruce de declaraciones y se contactó en directo con Antonio Montero para conocer su versión de los hechos.

Lejos de mostrarse alterado por el calificativo de “mediocre”, Montero aseguró que eso no le afectaba. Sin embargo, admitió sentirse profundamente dolido por la acusación sobre las fotografías privadas:

“Eso no me importa. Lo que sí me molestó bastante es que mintiera, diciendo que yo había intentado vender unas fotos de ella o de Gema en la toalla… Unas fotos privadas que nos hicimos en un viaje que hicimos juntos, porque eso es absolutamente incierto”.

Con rostro serio y tono contundente, Montero explicó que para él esta acusación constituye un ataque personal que traspasa los límites de lo profesional. Según el colaborador, lo que ha hecho Patiño es “mentir para hacer daño”:

“Mentir ya está feo, pero para hacer daño… Mentir absurdamente porque es que no tenía ningún sentido”.

Una relación rota que podría no tener vuelta atrás

Durante la conversación, Antonio Montero fue más allá y dejó entrever que su excompañera conoce ciertos aspectos personales que podrían utilizarse en su contra. No obstante, quiso aclarar con firmeza que jamás ha vendido imágenes privadas de nadie, mucho menos de personas a las que consideraba amigas:

“Pero no, que yo haya vendido nunca en mi vida fotos de nadie y menos de amigos”, insistió, antes de calificar el ataque de Patiño como un “golpe bajo”.

El impacto en la audiencia y el futuro de los implicados

El enfrentamiento ha generado un enorme interés mediático, no solo por el calibre de las acusaciones, sino también por la trayectoria de ambos protagonistas. Antonio Montero y María Patiño son dos figuras consolidadas en el mundo del corazón, y cualquier escándalo que los involucre tiene eco inmediato.

Mientras las redes sociales arden con opiniones divididas, los programas del corazón ya preparan nuevos especiales para seguir alimentando la polémica. La audiencia, por su parte, sigue expectante: ¿será este el final definitivo de una amistad televisiva o solo un capítulo más en la interminable saga de los platós?

Lo que está claro es que, en esta guerra de declaraciones, la verdad aún parece lejana, pero el daño ya está hecho.