Bienvenido el enésimo pánico moral, además del proporcionado por el kit de supervivientes modo bélico de la UE. Cuando creíamos complicado generar conversaciones comunes por la dispersión de audiencias, llega 'Adolescence', la serie sobre un niño aparentemente normal que apuñala a una compañera de cole, a meternos miedo en el cuerpo. Ahora debemos mirar con sospecha a nuestros hijos varones, que puede que estén en esa secta que se llama manosfera, fabricante de asesinos. Como dice el empresario Javier Recuenco, cada uno va cargado con su película mental a ver la serie pero la presión del discurso predominante en las redes lleva a una conclusión: esto hay que ponérselo a los chavales en los institutos. Y así la prensa progresista...
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