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En 1567, unos mercaderes españoles que vivían en Amberes preguntaron al teólogo Francisco de Vitoria, que entonces enseñaba en la Sorbona de París, si era moral y conforme a la religión católica comerciar para ganar dinero. Francisco de Vitoria respondió afirmativamente que existía efectivamente un orden natural que autorizaba, en particular, la propiedad y el intercambio: según él, este orden natural obligaba a todos, incluidos el Rey y el Papa, y contribuía al enriquecimiento de los pueblos. El comerciante de Amberes, antepasado de nuestros empresarios, actuaba, pues, de manera a la vez moral y eficaz, ya que su prosperidad, al repuntar, beneficiaría a toda su nación. Los cimientos de la ciencia económica se remontan a este intercambio. Francisco de Vitoria... Ver Más

May 4, 2025 - 19:11
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En 1567, unos mercaderes españoles que vivían en Amberes preguntaron al teólogo Francisco de Vitoria, que entonces enseñaba en la Sorbona de París, si era moral y conforme a la religión católica comerciar para ganar dinero. Francisco de Vitoria respondió afirmativamente que existía efectivamente un orden natural que autorizaba, en particular, la propiedad y el intercambio: según él, este orden natural obligaba a todos, incluidos el Rey y el Papa, y contribuía al enriquecimiento de los pueblos. El comerciante de Amberes, antepasado de nuestros empresarios, actuaba, pues, de manera a la vez moral y eficaz, ya que su prosperidad, al repuntar, beneficiaría a toda su nación. Los cimientos de la ciencia económica se remontan a este intercambio. Francisco de Vitoria... Ver Más