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Una Melody valiente y poderosa pisa fuerte en la final de Eurovisión 2025: así ha sido la actuación de 'Esa Diva'
Melody lo ha vuelto a hacer. Tras levantar al público del St. Jakobshalle de Basilea (Suiza) con su actuación de Esa Diva durante la Primera Semifinal del martes, la representante de España en Eurovisión no se ha achantado en la gran Final. La artista, valiente y poderosa como dice su canción, ha pisado fuerte y ha interpretado lo que ya se ha convertido en todo un himno, ese mismo que ha llevado por bandera en las pre-party del Festival o cualquier alfombra roja que se le pusiera por delante. Así ha sido la interpretación de Melody, que actuaba en sexta posición. La andaluza ha vuelto a demostrar que es todo un terremoto, mostrando aún mayor confianza en sí misma y su propuesta. En todo momento ha estado acompañada de su equipo de bailarines, Álex Bullón, Vicky Gómez, Marc Montojo, Ana Acosta e Iván Matías Urquiaga, que han contribuido a exaltar aún más la puesta en escena. Tal y como ya se vio en los ensayos, la actuación ha estado dividida en tres actos, caracterizados por un ritmo in crescendo que termina por revolucionar la escena. Los elementos técnicos y artísticos han estado perfectamente sincronizados, haciendo que la interpretación de Melody resulte aún más espectacular a nivel visual. Aunque, sin duda, los puntos fuertes han llegado cada vez que la representante española clava su mirada en la cámara, interpelando directamente a la audiencia. La puesta en escena ha sido una de las más impactantes de la noche. La española ha comenzado su actuación sobre una plataforma ligeramente elevada, oculta bajo el icónico vestido negro que ya lució en los ensayos y en la Primera Semifinal, y que esconde a sus cinco bailarines. La escena inicial, envuelta en sombras, dejaba entrever su imponente silueta: un elegante diseño estructurado con una larga cola y un sombrero cordobés de ala ancha. Glamour de diva y esencia española se han fusionado en una imagen poderosa, mientras entonaba los primeros versos con una serenidad pasmosa. Al descender de la plataforma, una alfombra proyectada en el suelo LED se ha desplegado a sus pies. Melody ha avanzado con decisión, mirada fija en cámara, conectando directamente con el espectador. Al final de ese camino se han unido las bailarinas Vicky Gómez y Ana Acosta, iniciando una coreografía precisa y cargada de intención. El segundo acto ha comenzado con un cambio de vestuario tras un gran telón teatral. Melody ha reaparecido con un mono plateado, brillante y moderno, liderando una coreografía coral en la que se han incorporado todos los bailarines. El número ha ganado en energía y ritmo, elevando aún más la intensidad de la actuación. En el clímax de Esa Diva, la artista ha alzado la mano y el telón ha caído, revelando una nueva escenografía: una plataforma de mármol blanco, flanqueada por escaleras gemelas. Desde lo alto, Melody ha desplegado todo su poder vocal. Al alcanzar la nota aguda final, el escenario ha temblado simbólicamente: montañas que se agrietan y suelo resquebrajado en las pantallas LED...
Melody lo ha vuelto a hacer. Tras levantar al público del St. Jakobshalle de Basilea (Suiza) con su actuación de Esa Diva durante la Primera Semifinal del martes, la representante de España en Eurovisión no se ha achantado en la gran Final. La artista, valiente y poderosa como dice su canción, ha pisado fuerte y ha interpretado lo que ya se ha convertido en todo un himno, ese mismo que ha llevado por bandera en las pre-party del Festival o cualquier alfombra roja que se le pusiera por delante. Así ha sido la interpretación de Melody, que actuaba en sexta posición. La andaluza ha vuelto a demostrar que es todo un terremoto, mostrando aún mayor confianza en sí misma y su propuesta. En todo momento ha estado acompañada de su equipo de bailarines, Álex Bullón, Vicky Gómez, Marc Montojo, Ana Acosta e Iván Matías Urquiaga, que han contribuido a exaltar aún más la puesta en escena. Tal y como ya se vio en los ensayos, la actuación ha estado dividida en tres actos, caracterizados por un ritmo in crescendo que termina por revolucionar la escena. Los elementos técnicos y artísticos han estado perfectamente sincronizados, haciendo que la interpretación de Melody resulte aún más espectacular a nivel visual. Aunque, sin duda, los puntos fuertes han llegado cada vez que la representante española clava su mirada en la cámara, interpelando directamente a la audiencia. La puesta en escena ha sido una de las más impactantes de la noche. La española ha comenzado su actuación sobre una plataforma ligeramente elevada, oculta bajo el icónico vestido negro que ya lució en los ensayos y en la Primera Semifinal, y que esconde a sus cinco bailarines. La escena inicial, envuelta en sombras, dejaba entrever su imponente silueta: un elegante diseño estructurado con una larga cola y un sombrero cordobés de ala ancha. Glamour de diva y esencia española se han fusionado en una imagen poderosa, mientras entonaba los primeros versos con una serenidad pasmosa. Al descender de la plataforma, una alfombra proyectada en el suelo LED se ha desplegado a sus pies. Melody ha avanzado con decisión, mirada fija en cámara, conectando directamente con el espectador. Al final de ese camino se han unido las bailarinas Vicky Gómez y Ana Acosta, iniciando una coreografía precisa y cargada de intención. El segundo acto ha comenzado con un cambio de vestuario tras un gran telón teatral. Melody ha reaparecido con un mono plateado, brillante y moderno, liderando una coreografía coral en la que se han incorporado todos los bailarines. El número ha ganado en energía y ritmo, elevando aún más la intensidad de la actuación. En el clímax de Esa Diva, la artista ha alzado la mano y el telón ha caído, revelando una nueva escenografía: una plataforma de mármol blanco, flanqueada por escaleras gemelas. Desde lo alto, Melody ha desplegado todo su poder vocal. Al alcanzar la nota aguda final, el escenario ha temblado simbólicamente: montañas que se agrietan y suelo resquebrajado en las pantallas LED...
