Un Papa para llevar a buen puerto lo mejor del legado de Francisco
León XIV es, con 69 años, muy joven para los cánones de su puesto. Es además el primer Papa norteamericano de la historia, se le considera aperturista,...

León XIV es, con 69 años, muy joven para los cánones de su puesto. Es además el primer Papa norteamericano de la historia, se le considera aperturista, con un discurso muy social y con una base doctrinal muy sólida, más que Francisco y menos que Benedicto XVI. Es el punto de equilibrio entre ambos. En muchos aspectos, Robert Francis Prevost -como era conocido hasta ayer– reúne unas cualidades muy pertinentes para este momento de la Historia, que podrían convertirle en el gran pontífice longevo que consolide la transformación de la Iglesia. Y hacerlo con un talante que, lejos de abrir frentes entre los creyentes, puede ser la mejor argamasa para su unidad y, a la vez, su crecimiento.
No se escapa además cierta connotación geopolítica en su elección. En un momento en que Estados Unidos está sumido en grandes turbulencias, con un presidente Trump que no respeta a nadie, los norteamericanos van a contar con un papa que habla su idioma, en todos lo sentidos. Y Trump, también. Estados Unidos es ahora mismo el único país con dos jefes de Estado. Y sus ciudadanos –igual que el resto del mundo pero con sus mismos códigos– ya tienen otro referente con el que guiarse.