Trump, el ‘nuevo’ antivacunas de facto

Trump pasó de impulsar las vacunas en pandemia a recortar ahora fondos y aupar a conspiranoicos.

May 11, 2025 - 06:24
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Trump,  el ‘nuevo’ antivacunas de facto
Manifestación contra los recortes en ciencia de Trump | R. Schild, Shutterstock

Decir que el presidente de EEUU Donald Trump ha sido un histórico antivacunas sería una verdad a medias. La relación del mandatario con estas inyecciones ha fluctuado desde la siembra de dudas, a defenderlas con fondos multimillonarios en la época de la pandemia. Ahora, decisiones como la de poner al frente del Departamento de Salud a Robert F. Kennedy Jr. –declarado antivacunas y contrario a la industria farmacéutica– están marcando su segundo mandato.

¿Es Trump un antivacunas a día de hoy? ¿Está influyendo esto en la insuficiente cobertura contra enfermedades infecciosas como el sarampión, en pleno repunte? Por lo pronto, ha asumido el discurso de Robert F. Kennedy: “Los estadounidenses han sido aplastados por la industria alimentaria y las compañías farmacéuticas, que han incurrido en desinformación y engaños en materia de salud pública”. Pero no ha sido tan contundente sobre el tema de las vacunas como sí lo fue años atrás.

Del “pueden ser muy peligrosas” a “la vacuna funciona”

En 2009, en plena pandemia de gripe A, las calificó de potencialmente “muy peligrosas”. Y ha tuiteado contra ellas antes de ser presidente, asociándolas al autismo –un viejo bulo–. Eso cambió cuando se estrenó en la Casa Blanca. Durante la pandemia de covid, en su primer mandato, fue el promotor de la operación Warp Speed para financiar proyectos de vacunas. En su mente, ser el primer país del mundo en tener una inmunización efectiva y, de paso, poderlo presentar como un logro en la campaña electoral.

Entonces, Trump se convirtió en uno de los mayores provacunas de facto. De vacunas estadounidenses, que no las chinas, contra las que el Pentágono desplegó una operación secreta de desprestigio, según desveló Reuters.

¿Hizo la pandemia (y su propia neumonía covid) que Trump cambiase su punto de vista sobre las vacunas? No. Antes ya se había manifestado a favor de ellas. Pero con matices.

En ocasiones anteriores, Trump se había mostrado “favorable a las vacunas”, pero con moderación. Sin base científica alguna, afirmó en uno de los debates electorales de 2015 que es mejor dar dosis más pequeñas durante un período más largo.

Otra cosa fueron los mensajes antivacunas que, sobre todo desde 2020, se lanzaron desde ciertos sectores de su partido o aliados, y que nunca combatió Trump. Florecieron en redes sociales, como un elemento de batalla cultural que abrazaba el trumpismo. Un trumpismo sin Trump que (oficialmente) presentaba al mundo la más exitosa vacuna contra el SARS-CoV-2, la vacuna de Pfizer. “La vacuna funciona; si te vacunas, estás protegido”, dijo a una escéptica presentadora de un pódcast teóricamente aliado de los republicanos.

Trump desvió la desinformación a otro lugar al llegar a decir, en 2022, que “la izquierda“ estaba negando la vacuna a la población blanca en Texas. Su adhesión a las inyecciones le costó algún abucheo entre los antivacunas cuando se le preguntaba si él mismo tenía la pauta completa de vacunación, como reconoció.

Trump, 2025: tijeretazo antivacunas a la evidencia científica

El segundo mandato de Trump (como el primero) viene influido por encuestas que mostraban cómo entre sus potenciales votantes había preocupación por los riesgos de vacunarse. Y esto se ha traducido en dos decisiones clave:

  • Ha logrado cancelar el mayor y más innovador estudio sobre efectividad de las vacunas, a apenas un año de completarse. El DOGE de Elon Musk suspendió de un día para otro la financiación para la Red Mundial de Datos sobre Vacunas. A esto se suma un sinfín de recortes de financiación que van de la alianza GAVI para países en vías de desarrollo.

Mientras, Trump ha impulsado un estudio sobre la efectividad de las vacunas que dirige un reconocido antivacunas, de la idea falsa de que provocan autismo.

La covid grave es historia. En parte, por el éxito de su operación Warp Speed y las masivas compras estatales de las vacunas estadounidenses. Pero la amenaza ahora es la reemergencia del erradicado sarampión. EEUU vive uno de sus peores brotes desde los años noventa. Y las personas especialistas en salud pública lo achacan a una insuficiente cobertura vacunal.

El hasta hace poco jefe de vacunación de la FDA, Peter Marks, sentenciaba: “Si este brote de sarampión continúa, vamos a ver más y más madres y padres cuyas vidas quedarán destruidas [por la muerte de sus hijos]”. Marks acaba de ser destituido por Kennedy Jr.