'The Come Up', de Jonathan Abrams: la historia oral del hip-hop como nunca te la habían rapeado
Carne de canon, que no de cañón. Como hiciera Mark Cousins en su poética 'Historia del cine', Jonathan Abrams , reportero de 'The New York Times', relata admirablemente en este ' The Come Up ' (ed. Liburuak) los mojones de un salto tecnológico y, sobre todo, musical, el de mayor impacto de los últimos cincuenta años, el hip-hop, quizá junto a la música electrónica (tanto monta...), para narrar su historia por vía oral. Mas de 300 entrevistas con fuentes primarias : raperos, djs, periodistas y ejecutivos que estuvieron ahí y detallar cómo empezó y culminó y quienes fueron y son sus máximos exponentes, como cantaba Violadores del Verso. Y a lo Cousins, desde el foco en la innovación: el primer breakbeat, la primera canción al ataque contra otro ('diss record'), el primer scratch o hit o rima, la rapera primigenia… El 11 de agosto de 1973, en un Bronx post-guerra de bandas, en Nueva York, claro, la manzana del hip hop cayó y quien zarandeó la rama fue DJ Kool Herc. La mordió y lanzó el jugo al bebedero de la Historia. Da Vinci, Einstein... y DJ Kool Herc, que creó el primer breakbeat en absoluto por casualidad. De origen jamaicano y hercúlea constitución observó que el tramo sin voz de las canciones de funk de, por ejemplo, James Brown, los puentes, gustaban sobremanera de bailarse en las fiestas que organizaba… ¿Cómo ponerlos en bucle? Con un segundo tocadiscos y logrando una base repetida, el beat, primero manualmente. ¡Albricias! Después Africa Bambaataa y otros genios desarrollaron la técnica hasta llegar a la semana pasada con Bb Trickz en 'First Dates' junto a Carlos Sobera, puro mainstream. El primer scratch de Grand Wizard Theodore, los avances de Grandmaster Flash y la canción 'The Message', el single de 'Rapper's Delight' de The Sugarhill Gang que alcanzó las listas, la película 'Wild Style' de 1982, la pionera actuación en televisión de Funky 4+1 en el 'Saturday Night Live' un año antes gracias a Blondie, la conciencia negra de Public Enemy, la costa oeste de Dr. Dre, NWA y el gangster rap de Ice T, el beatbox, los samples de Marley Marl, el sello Def Jam de Rick Rubin, el rap más 'artie' de The Tribed Called Quest y De La Soul, la visión de negocio de Jay Z aprendida del misteriosamente asesinado Notorious B.I.G. en aquel vengativo periodo de solo medio año tras el también misterioso homicidio de Tupac, los dos gigantes del género… Traducido con esplendidez por Tito Peinado (el de Penelope Trip y Telefilme), la crónica de Abrams que por fin llega a España (se publicó en 2023 en EE.UU.) es una clase magistral de investigación y definición que ameritaría las cinco estrellas si no fuera porque echamos en falta fotografías y ojalá contar con el testimonio de algún estrellón más (está DMC, Grandmaster Caz y Ice Cube, que no es poco, por descontado). ¿ Saben cuál es el origen de la palabra hip-hop ? Una chanza de Lovebug Starski, Cowboy y Busy Bee Starski a un amigo suyo reclutado en el ejército. Empezaron a decirlo por el micro, con ritmo, como si su colega estuviera desfilando: «Hip-hop, hip-hop...» y ala, a cambiar el mundo sin saberlo. Todo esto y todo lo demás en esta obra, carne de canon.
Carne de canon, que no de cañón. Como hiciera Mark Cousins en su poética 'Historia del cine', Jonathan Abrams , reportero de 'The New York Times', relata admirablemente en este ' The Come Up ' (ed. Liburuak) los mojones de un salto tecnológico y, sobre todo, musical, el de mayor impacto de los últimos cincuenta años, el hip-hop, quizá junto a la música electrónica (tanto monta...), para narrar su historia por vía oral. Mas de 300 entrevistas con fuentes primarias : raperos, djs, periodistas y ejecutivos que estuvieron ahí y detallar cómo empezó y culminó y quienes fueron y son sus máximos exponentes, como cantaba Violadores del Verso. Y a lo Cousins, desde el foco en la innovación: el primer breakbeat, la primera canción al ataque contra otro ('diss record'), el primer scratch o hit o rima, la rapera primigenia… El 11 de agosto de 1973, en un Bronx post-guerra de bandas, en Nueva York, claro, la manzana del hip hop cayó y quien zarandeó la rama fue DJ Kool Herc. La mordió y lanzó el jugo al bebedero de la Historia. Da Vinci, Einstein... y DJ Kool Herc, que creó el primer breakbeat en absoluto por casualidad. De origen jamaicano y hercúlea constitución observó que el tramo sin voz de las canciones de funk de, por ejemplo, James Brown, los puentes, gustaban sobremanera de bailarse en las fiestas que organizaba… ¿Cómo ponerlos en bucle? Con un segundo tocadiscos y logrando una base repetida, el beat, primero manualmente. ¡Albricias! Después Africa Bambaataa y otros genios desarrollaron la técnica hasta llegar a la semana pasada con Bb Trickz en 'First Dates' junto a Carlos Sobera, puro mainstream. El primer scratch de Grand Wizard Theodore, los avances de Grandmaster Flash y la canción 'The Message', el single de 'Rapper's Delight' de The Sugarhill Gang que alcanzó las listas, la película 'Wild Style' de 1982, la pionera actuación en televisión de Funky 4+1 en el 'Saturday Night Live' un año antes gracias a Blondie, la conciencia negra de Public Enemy, la costa oeste de Dr. Dre, NWA y el gangster rap de Ice T, el beatbox, los samples de Marley Marl, el sello Def Jam de Rick Rubin, el rap más 'artie' de The Tribed Called Quest y De La Soul, la visión de negocio de Jay Z aprendida del misteriosamente asesinado Notorious B.I.G. en aquel vengativo periodo de solo medio año tras el también misterioso homicidio de Tupac, los dos gigantes del género… Traducido con esplendidez por Tito Peinado (el de Penelope Trip y Telefilme), la crónica de Abrams que por fin llega a España (se publicó en 2023 en EE.UU.) es una clase magistral de investigación y definición que ameritaría las cinco estrellas si no fuera porque echamos en falta fotografías y ojalá contar con el testimonio de algún estrellón más (está DMC, Grandmaster Caz y Ice Cube, que no es poco, por descontado). ¿ Saben cuál es el origen de la palabra hip-hop ? Una chanza de Lovebug Starski, Cowboy y Busy Bee Starski a un amigo suyo reclutado en el ejército. Empezaron a decirlo por el micro, con ritmo, como si su colega estuviera desfilando: «Hip-hop, hip-hop...» y ala, a cambiar el mundo sin saberlo. Todo esto y todo lo demás en esta obra, carne de canon.
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