El Gobierno espera que una empresa ceda ciertos derechos comerciales para avanzar en una privatización clave

Después de un largo periodo de espera, el Gobierno finalmente dio el primer paso hoy para privatizar las unidades de negocios de la empresa estatal Energía Argentina (Enarsa), que fue fundada en 2004 por el entonces presidente Néstor Kirchner. En los últimos 20 años, la compañía creció sin un rumbo claro, sino como un brazo ejecutor de los proyectos que quería llevar a cabo el gobierno de turno.

Por eso, la Secretaría de Energía dispuso que Enarsa se venda en bloques, ya que tiene a cargo activos muy diferentes entre sí, que ningún privado estaría interesado en comprar. Entre ellos, tiene la operación del gasoducto Perito Moreno (antes llamado Néstor Kirchner); posee participación en el consorcio que debería llevar adelante la construcción de las represas de Santa Cruz; es accionista del 65% de las centrales térmicas San Martín y Manuel Belgrano, y debe licitar la operación y el mantenimiento de las hidroeléctricas del Comahue (Alicurá, El Chocón Arroyito, Cerros Colorados y Piedra del Águila).

Sin embargo, a través del decreto 286/2025, el Gobierno dio prioridad a la compañía para que se desprenda del activo que más interés genera en el mercado: la venta del 25,5% de las acciones indirectas de Transener. Es la principal empresa de transporte eléctrico de la Argentina, de la cual se espera obtener alrededor de US$200 millones.

Enarsa es dueña del 50% de Citelec, la sociedad controlante de Transener, luego de comprarle esa participación a Eling Energía (antes llamada Electroingeniería) en el gobierno de Mauricio Macri, en 2016.

El otro 50% está en manos de Pampa Energía, la empresa fundada por Marcelo Mindlin, uno de los empresarios de mejor relación con el presidente Javier Milei. Citelec, a su vez, tiene el 51% de las acciones clase A de la transportista, mientras que el resto está repartido entre la Anses (19,57%) y la oferta pública.

Hasta hace unos meses, en el sector se creía que Pampa Energía iba a comprar la participación restante de Enarsa en Citelec, pese a que la ley 24.065 que regula el mercado eléctrico lo prohíbe en su artículo 30 y 31. Ocurre que la empresa también es generadora eléctrica a través de varias centrales térmicas, hidroeléctricas y parques eólicos.

La normativa establece restricciones para que una misma empresa opere en distintos segmentos de la cadena de valor: generación, transporte y distribución.

Por excepciones de 2005, cuando gobernaba Néstor Kirchner, Pampa Energía llegó a operar en los tres segmentos, porque también era dueña de la distribuidora Edenor, que vendió en 2020.

Actualmente, la compañía logró mantener sus activos en generación y transporte bajo la premisa de que en Transener es co-controlante junto con Enarsa; es decir, no tiene el control absoluto de la sociedad, aunque en la práctica es la que gestiona el día a día de la operación.

El Gobierno podría modificar a través de un decreto de necesidad y urgencia (DNU) la ley 24.065 para eliminar las restricciones cruzadas, aunque hasta el momento esa opción está descartada y Pampa Energía asegura que no puede comprar la participación de Enarsa en Citelec.

Sin embargo, hubo un momento en que se evaluó esta posibilidad. De hecho, Enarsa le hizo la consulta pertinente al ENRE el año pasado, que fue respondida recién el 31 de marzo, señalando que la ley prohíbe terminantemente que Pampa pueda hacerse de las acciones restantes de Citelec.

“En caso de hacer uso de su derecho de preferencia para adquirir las acciones de Citelec de propiedad de Enarsa, Pampa Energía obtendría participación del 100% del capital social (...), convirtiéndose en controlante exclusivo de Transener y Transba, alcanzando los extremos que se establecen en los mencionados artículos 30 y 31 de la Ley N° 24.065″, dice la misiva que le respondió el ENRE a Enarsa, a la que tuvo acceso LA NACION.

Por ser accionista de Citelec, Pampa Energía tiene dos derechos claves en el proceso de venta de Enarsa. En primer lugar, el de first refusal, que es el que permite igualar o mejorar la oferta de compra de otra compañía externa, aunque el ente regulatorio ya avisó que la ley prohíbe que se aplique ese beneficio en esta operación.

En segundo lugar, tiene el derecho de tag along, que es el que le da la posibilidad de vender también su participación al mismo comprador de Enarsa. En la empresa estatal dan por hecho que Pampa Energía renunciará a este último derecho, para facilitar el proceso de venta, aunque la compañía de Marcelo Mindlin todavía no presentó el escrito.

Una vez completado este trámite, el Ministerio de Economía podrá lanzar la licitación para vender la participación de Enarsa en Transener, un proceso que genera mucho interés y en el que se pondrá a prueba nuevamente los límites de la actual ley eléctrica.