Temporada del alacrán volador en México: ¿qué tan peligroso es?
Aunque su nombre suene como algo sacado de una película de terror, el famoso alacrán volador no es ni un alacrán ni vuela como un murciélago gigante. Lo que muchos han visto, sobre todo en zonas rurales de México, es el Panorpa nuptialis: una especie de insecto perteneciente al orden de los mecópteros, también conocidos como […]

Aunque su nombre suene como algo sacado de una película de terror, el famoso alacrán volador no es ni un alacrán ni vuela como un murciélago gigante. Lo que muchos han visto, sobre todo en zonas rurales de México, es el Panorpa nuptialis: una especie de insecto perteneciente al orden de los mecópteros, también conocidos como moscas escorpión. Lo que lo hace tan impactante a la vista es su cola larga y curvada que se parece mucho a un aguijón de alacrán, y sus alas transparentes que lo hacen parecer listo para atacar. Pero ese “aguijón” que da miedo… en realidad forma parte de su aparato reproductor masculino. Sí, así como lo lees: su arma más intimidante es solo su forma de cortejo.
¿Qué es el alacrán volador?
El alacrán volador, o Panorpa nuptialis, es un insecto de la familia de los mecópteros, no un arácnido como los alacranes reales. Su cola curvada es exclusiva de los machos y no contiene veneno, solo sirve para la reproducción. Con un cuerpo que puede alcanzar 20 cm de largo y alas que le dan un look de ciencia ficción, habita en el hemisferio norte, desde Texas hasta México. En nuestro país, prefiere zonas húmedas y boscosas, como las sierras Madre Oriental, Occidental, del Sur y el Eje Volcánico Transversal.
¿Dónde y cuándo aparece el alacrán volador?
La temporada del alacrán volador en México arranca entre abril y junio, cuando el calor y la humedad los animan a reproducirse. Los avistamientos son comunes en estados del norte, como Sonora, donde en 2014 se reportaron seis casos de “picaduras” en Hermosillo, y en áreas boscosas del centro. Sus nidos, hechos de ramas, tierra y hojas, están escondidos lejos de los humanos, en bosques o cerca de ríos. En ciudades es raro verlos, pero en zonas rurales o montañosas, como la Sierra Madre, pueden aparecer zumbando.
¿Qué tan peligroso es el alacrán volador? Spoiler: no mucho
A pesar de su apariencia aterradora, el alacrán volador es inofensivo. Su “aguijón” no es venenoso; es solo un órgano reproductor. La UNAM y expertos, como el entomólogo Andrés Alvarado Castro, aseguran que no representa riesgo. Los casos en Sonora causaron molestias leves, similares a una astilla, con algo de enrojecimiento. Si te “pica” (en realidad muerde), mantén la calma, lava la zona con agua y jabón y vigila por si hay alergias, como dificultad para respirar, aunque es raro. Un médico solo es necesario en casos extremos.
Entonces… ¿debo hacer algo si me encuentro uno?
Sí, pero no saques el insecticida. Este bicho se alimenta de insectos muertos, néctar y frutas, no de humanos. Para evitarlos en zonas húmedas como las sierras, usa repelentes naturales como romero o menta, que contienen compuestos como eucaliptol. Sella grietas en puertas y ventanas, y limpia hojas acumuladas en tu patio, ya que ahí se esconden. Si encuentras uno, no lo mates; usa un vaso para atraparlo y libéralo afuera. Así apoyas su rol ecológico, pues ayudan a reciclar materia orgánica y polinizar.
¿Por qué nos da tanto miedo algo que no hace daño?
Vivimos en una era donde la estética de un insecto basta para que nos asuste. ¿Ubicas al “pez con cara humana” o la “avispa asesina”? En realidad, muchos de estos animales tienen más fama que sustancia. El alacrán volador entra directo a ese club: visualmente impactante, científicamente inofensivo. Además, está el factor cultural: el alacrán en México es símbolo de alerta. Es parte de leyendas, remedios caseros, y hasta equipos de fútbol. Agrega alas y listo, tienes un monstruo. Conocerlo solo es la clave para perderle el miedo.
El alacrán volador en México es un insecto incomprendido. Habita zonas boscosas de abril a junio, su “aguijón” es inofensivo, y casos probaron que su “picadura” es como una astilla. Usa repelentes naturales, mantén tu casa limpia y déjalo volar si lo ves. ¡No dejes que su look te engañe!