Sesenta años del coso de Los Califas de Córdoba

Sesenta años se cumplen de dos hitos. Tal día como hoy hace seis décadas Córdoba vivió una de las jornadas más esplendorosas de su historia. El 9 de mayo de 1965 fue coronada canónicamente Nuestra Señora de Los Dolores , reconocida también como 'la Virgen de los toreros de Córdoba', en una fecha donde Los Califas acogió su primer paseíllo. No se recuerda un día tan resplandeciente y completo que aunará a su vez tanta devoción para actos de esa raigambre. Cuenta José María Montilla , decano de los matadores de la tierra califal y primer toreo en tocar pelo en este coso, que «aquel fue un día diferente». Y no le falta razón por todo lo que en esa jornada vivió la sociedad cordobesa. Ese domingo, en la antigua explanada del Hotel Meliá , al fondo de la avenida Conde de Vallellano, se sucedió un acontecimiento singular amparado con la presencia del cardenal Bueno Monreal, quién coronó la talla de la titular de la Hermandad de Los Dolores . En ese mismo momento, el propio Montilla quiso estar presente en un acto que, minutos después, simultaneaba a aquella densidad fervorosa de multitud repartida por las calles con el comienzo de un día histórico en lo taurino. «Me quise acercar porque quería pedirle ayuda a la Virgen », explica a ABC. Minutos más tarde de la coronación, se desarrolló el primer sorteo en el haber el nuevo reciento taurino de la capital. Cabe reseñar que el devenir de lugares de lidia en Córdoba atesora una historia un tanto nómada, si se considera por evolución histórica y hasta su asentamiento en el barrio de Ciudad Jardín . Se data que el primer recinto de la capital que albergó un espectáculo taurino fue el Alcázar de los Reyes Cristianos, donde se lidiaron dos reses por petición del príncipe Juan de España, único varón de los Reyes Católicos . Un siglo después, la plaza de la Corredera acredita otro hecho taurino. En 1594 , la historia refleja una celebración de rango parecido en la calle Feria, que redundó acción en 1651. La plaza de la Magdalena se cerró en 1691 para otro festejo taurino. En ese escenario toreó Pepe Hillo, que mató un toro bravo en 1973. Un año más tarde, en el Campo de la Merced , donde se encontraba el matadero municipal, se levantó un recinto de madera que propició lidias de reses antes de que en 1789 se consolidara una infraestructura que permitió espectáculos de más calado. En ese espacio, se levantaron y derribaron hasta en dos ocasiones sendas armaduras taurinas (1820 y 1827) hasta que en 1834 un fuego acabó destruyéndolas. En 1844, bajo la dirección del arquitecto Manuel García del Álamo, empezó a construirse en la carrera de Los Tejares el coso que asumiría ese nombre, un recinto que fue inaugurado en mayo de 1846 y que resultó ser la antesala del actual espacio de lidia, el Coso de Los Califas . Los Tejares registró una actividad de 119 años, donde hubo once alternativas, dos de las tres últimas, curiosamente, fueron para los dos matadores que aperturaron el nuevo coso, José María Montilla (26 mayo de 1962) y Manuel Benítez El Cordobés (25 mayo de 1963). «Tengo que reconocer que aquella plaza (Los Tejares) es dónde yo más a gusto me he sentido delante de un toro, por lo que pude interpretar allí y porque fue donde me hice torero», apostilla Montilla cuando rememora con nostalgia aquel recinto precursor. El torero también narra que la inauguración del nuevo coso «fue una celebración apoteósica para la Córdoba de los toreros». Los inconvenientes que planteaba a nivel de infraestructura el coso en Los Tejares, con un deterioro más que notable, inquietaron a una sociedad de propietarios presidida por José Rodríguez Jiménez hasta el punto de decidir buscar un nuevo emplazamiento para construir un moderno recinto de lidia. En esas, se apostó por la nueva zona de desarrollo de la ciudad, en el oeste, donde se adquirieron unos terrenos en la periferia de antaño. En apenas año y medio, bajo la dirección del arquitecto José Rebollo Dienta y construida por la empresa Almedí, en un solar de quince mil metros cuadrados se levantó un recinto capacitado con 14.885 localidades, una de las cinco plazas más importantes de España calificada de primera categoría. Veintiún días después de constatar el último espectáculo en Los Tejares, una novillada donde actuaron El Puri, Antonio Sanchez Fuentes y José María Susoni, una terna compuesta por tres cordobeses inauguraría el denominado Coso de Los Califas. A las cinco y media, Montilla, junto a Manuel Benítez 'El Cordobés' y Gabriel de la Haba Zurito, pisó el nuevo ruedo, que previamente había sido bautizado con arena del ubicado en el centro en lo que fue el prefacio de una sesión memorable. La plaza, llena en su totalidad, celebró un festejo benéfico para la lucha contra el cáncer, con reses de Carlos Núñez que contó con la presencia de la presidenta de la Asociación Española Contra el Cáncer, Carmen Franco , marquesa de Villaverde e hija de Francisco Franco. El alcalde Antonio Guzmán Reina fue el encargado de esparcir el vestigio de a

May 9, 2025 - 08:28
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Sesenta años del coso de Los Califas de Córdoba
Sesenta años se cumplen de dos hitos. Tal día como hoy hace seis décadas Córdoba vivió una de las jornadas más esplendorosas de su historia. El 9 de mayo de 1965 fue coronada canónicamente Nuestra Señora de Los Dolores , reconocida también como 'la Virgen de los toreros de Córdoba', en una fecha donde Los Califas acogió su primer paseíllo. No se recuerda un día tan resplandeciente y completo que aunará a su vez tanta devoción para actos de esa raigambre. Cuenta José María Montilla , decano de los matadores de la tierra califal y primer toreo en tocar pelo en este coso, que «aquel fue un día diferente». Y no le falta razón por todo lo que en esa jornada vivió la sociedad cordobesa. Ese domingo, en la antigua explanada del Hotel Meliá , al fondo de la avenida Conde de Vallellano, se sucedió un acontecimiento singular amparado con la presencia del cardenal Bueno Monreal, quién coronó la talla de la titular de la Hermandad de Los Dolores . En ese mismo momento, el propio Montilla quiso estar presente en un acto que, minutos después, simultaneaba a aquella densidad fervorosa de multitud repartida por las calles con el comienzo de un día histórico en lo taurino. «Me quise acercar porque quería pedirle ayuda a la Virgen », explica a ABC. Minutos más tarde de la coronación, se desarrolló el primer sorteo en el haber el nuevo reciento taurino de la capital. Cabe reseñar que el devenir de lugares de lidia en Córdoba atesora una historia un tanto nómada, si se considera por evolución histórica y hasta su asentamiento en el barrio de Ciudad Jardín . Se data que el primer recinto de la capital que albergó un espectáculo taurino fue el Alcázar de los Reyes Cristianos, donde se lidiaron dos reses por petición del príncipe Juan de España, único varón de los Reyes Católicos . Un siglo después, la plaza de la Corredera acredita otro hecho taurino. En 1594 , la historia refleja una celebración de rango parecido en la calle Feria, que redundó acción en 1651. La plaza de la Magdalena se cerró en 1691 para otro festejo taurino. En ese escenario toreó Pepe Hillo, que mató un toro bravo en 1973. Un año más tarde, en el Campo de la Merced , donde se encontraba el matadero municipal, se levantó un recinto de madera que propició lidias de reses antes de que en 1789 se consolidara una infraestructura que permitió espectáculos de más calado. En ese espacio, se levantaron y derribaron hasta en dos ocasiones sendas armaduras taurinas (1820 y 1827) hasta que en 1834 un fuego acabó destruyéndolas. En 1844, bajo la dirección del arquitecto Manuel García del Álamo, empezó a construirse en la carrera de Los Tejares el coso que asumiría ese nombre, un recinto que fue inaugurado en mayo de 1846 y que resultó ser la antesala del actual espacio de lidia, el Coso de Los Califas . Los Tejares registró una actividad de 119 años, donde hubo once alternativas, dos de las tres últimas, curiosamente, fueron para los dos matadores que aperturaron el nuevo coso, José María Montilla (26 mayo de 1962) y Manuel Benítez El Cordobés (25 mayo de 1963). «Tengo que reconocer que aquella plaza (Los Tejares) es dónde yo más a gusto me he sentido delante de un toro, por lo que pude interpretar allí y porque fue donde me hice torero», apostilla Montilla cuando rememora con nostalgia aquel recinto precursor. El torero también narra que la inauguración del nuevo coso «fue una celebración apoteósica para la Córdoba de los toreros». Los inconvenientes que planteaba a nivel de infraestructura el coso en Los Tejares, con un deterioro más que notable, inquietaron a una sociedad de propietarios presidida por José Rodríguez Jiménez hasta el punto de decidir buscar un nuevo emplazamiento para construir un moderno recinto de lidia. En esas, se apostó por la nueva zona de desarrollo de la ciudad, en el oeste, donde se adquirieron unos terrenos en la periferia de antaño. En apenas año y medio, bajo la dirección del arquitecto José Rebollo Dienta y construida por la empresa Almedí, en un solar de quince mil metros cuadrados se levantó un recinto capacitado con 14.885 localidades, una de las cinco plazas más importantes de España calificada de primera categoría. Veintiún días después de constatar el último espectáculo en Los Tejares, una novillada donde actuaron El Puri, Antonio Sanchez Fuentes y José María Susoni, una terna compuesta por tres cordobeses inauguraría el denominado Coso de Los Califas. A las cinco y media, Montilla, junto a Manuel Benítez 'El Cordobés' y Gabriel de la Haba Zurito, pisó el nuevo ruedo, que previamente había sido bautizado con arena del ubicado en el centro en lo que fue el prefacio de una sesión memorable. La plaza, llena en su totalidad, celebró un festejo benéfico para la lucha contra el cáncer, con reses de Carlos Núñez que contó con la presencia de la presidenta de la Asociación Española Contra el Cáncer, Carmen Franco , marquesa de Villaverde e hija de Francisco Franco. El alcalde Antonio Guzmán Reina fue el encargado de esparcir el vestigio de arena antes de que la jinete Irina Larios solicitara a la autoridad la llave del portón para dar paso a la terna que recorrió el diámetro de la novel infraestructura. Tras escuchar el himno nacional, los protagonistas ensayaron con el capote abierto antes de despejar el ruedo y esperar a Cartujano . La res, con divisa azul celeste blanca y grana y del pelaje negro zaína, pesó 444 kilos. Montilla consiguió cortarle la primera oreja de la historia del coso. «Fue una faena sólida que la recuerdo con mucho cariño», detalla. El torero, que no pudo revalidar triunfo ante el cuarto, con el que dio la vuelta al ruedo. Se da la circunstanciad de que el primer toros en pisa el albero, también sería el primero en acceder por voluntad propia al callejón, tras saltar las tablas en el inicio de la lidia. En la misma tarde, El Cordobés, que fue cogido en la axila derecha en su primero, al que cortó un apéndice, no pudo pasear su trofeo; fue Pepín Garrido, subalterno, el que dio la vuelta al ruedo con la oreja antes de llevársela a la enfermería. Una vez atendido, cortaría dos orejas y un rabo al quinto ( Catavino ). Mismo resultado artístico asumió Gabriel de la Haba en una tarde donde no hubo salida a hombros, porque Benítez tendría que volver a entrar para recibir atención médica. La tarde propicio una repercusión económica para la asociación benéfica de dos millones y medio de pesetas. «Siempre viviremos con el recuerdo de aquella corrida de toros y de lo que se obtuvo para luchar por esa causa», concluye Montilla.