¿Se puede medir el ser "buena persona"? 'Buena Gente', el cómic sobre una herencia envenenada
Usar la ciencia para saber qué es ser buena gente con el cómic 'Buena Gente' de Isaac Sánchez

Si te dijesen que puedes optar a una ingente cantidad de dinero simplemente por ser ‘buena persona… ¿Qué harías? O, bueno, ¿Qué dejarías de hacer? La definición de ‘buena persona’ es intuitiva, pero complicada de especificar. Cada individuo tiene su propia definición y no siempre coinciden.
He leído el cómic de Isaac Sánchez Buena Gente, ambientado en la España de los años 60, en el recóndito pueblo de Benquerencia del Río. La historia comienza con un trágico suceso que desencadena una singular competición: aquel que sea elegido como la mejor persona del lugar ganará una gran fortuna proveniente de una herencia. Esta pugna por el suculento galardón sumerge a los vecinos en una disputa de apariencias y popularidad. Como seguro estarás pensando, sí, las cosas se van de madre.
Uno de los personajes del cómic, caracterizado por ser objetivo y sacar la parte racional a cada aspecto de su vida, empieza a elucubrar cómo se puede ser la mejor persona del pueblo usando razonamientos lógicos, intentando medir la bondad de alguna manera. Las conclusiones a las que llega no son descabelladas, pero hay muchos factores a tener en cuenta. Si algo caracteriza a la ciencia, precisamente, es intentar encontrar de manera objetiva explicaciones lógicas y, a ser posible, medibles. Una cuestión que de primeras puede parecer sencilla, en muchos aspectos resulta complicada de definir desde un prisma científico. Porque claro, para la gente de Benquerencia del Río... ¿cómo se puede medir la bondad de forma objetiva y rigurosa?
Lo que se entiende como ‘bondad’
Para medir este aspecto se usan rasgos como la empatía, el altruismo o ser prosocial, es decir, realizar acciones que benefician a otros en pos de un bien común. En este estudio se llevaron a cabo varias pruebas en las que determinaron que era probable haber encontrado una escala para medir la tendencia prosocial en varios países, mientras que otros investigadores se centran, por ejemplo, en el estudio de la personalidad. El modelo HEXACO, que proporciona una aproximación a la evaluación de la personalidad, siendo la Honestidad-Humildad (H), Emocionalidad (E), eXtraversión (X), Cordialidad (Agreableness, A), Escrupulosidad (Conscientiousness, C), y Apertura a la experiencia (Openess to experience, O) suele relacionar el apartado de Honestidad con actitudes altruistas, mientras que en este otro estudio se propuso la ‘Light Triad Scale’, una medida que captura tres facetas de bondad interpersonal: kantianismo (tratar a los demás como fines en sí mismos), humanismo (valorar la dignidad de cada persona) y fe en la humanidad (creer en la bondad fundamental de la gente). En muestras grandes este test mostró muy buena fiabilidad y validez, y predijo satisfacción vital y otros indicadores positivos. Básicamente, la “persona buena” se asocia en este estudio con una orientación genuinamente benévola hacia los demás.
También se atiende a la identidad moral, que es la percepción que una persona tiene de sí misma respecto a sus valores morales y principios y que la guían en su toma de decisiones y comportamiento. Para ello se puede usar la escala de auto-importancia moral (SMIS o self-importance of moral identity) que indica que, quienes puntúan alto en empatía y honestidad, tienden a comportarse de modo más prosocial, a pesar de ello, no se puede ignorar la causalidad y contexto que rodean las acciones. Puede haber otros factores a tener en cuenta y lo que para mí puede ser un acto prosocial para otros posiblemente no.
Puede que en aspectos sociales medidos de forma subjetiva buscando una objetividad lógica pueda dar lugar a diferencia de opiniones, pero también se puede vislumbrar qué efectos puede tener la bondad observando… El cerebro.
Ser ‘bueno’ afecta a tu mente
No todo va a ser darle un bizcocho de limón a tu vecino y que en ese momento te creas buena persona a ojos de los demás. Más que nada, porque para ser buena persona debería ser de chocolate. El cerebro también reacciona a estímulos de la bondad. Estudios de neuroimagen muestran que ayudar y empatizar activan redes cerebrales en regiones del sistema límbico y cortical que se solapan y coordinan con los circuitos de la empatía, sugiriendo que para ‘ser bueno’ debemos ser capaces de reconocer las emociones del otro, relacionar el dolor ajeno con nuestras propias experiencias, interpretar las intenciones y sentirnos recompensados por nuestras buenas acciones, entre otro montón de complejos procesos cognitivos.
Saber con una resonancia magnética funcional si nuestro cerebro está mejor configurado para ser empático o no puede generar algunas preguntas interesantes en el aire como: "si uno se entera de que su cerebro está bien adaptado para ser altruista, ¿serviría esto como motivación adicional para comportarse realmente de forma altruista?’" O también: "Si uno se entera de que posee una predisposición a tomar decisiones egoístas, ¿hay alguna forma de utilizar esta información para motivar a una persona a tomar decisiones relativamente altruistas?":
Yendo a casos concretos, por ejemplo, otro estudio comparó neurológicamente a personas que han realizado un acto extraordinario de bondad real: donar un riñón a un desconocido. Estos “súper altruistas” mostraron correlaciones muy altas entre su propia experiencia de dolor y la de otros: usando clasificaciones multivariante, sus patrones cerebrales en la ínsula anterior y el cíngulo anterior (regiones de dolor/emoción) eran muy similares cuando ellos mismos sentían dolor y cuando observaban a otros sufrir. En cambio, las personas ‘promedio’ tenían representaciones menos alineadas. En palabras sencillas, los donantes altruistas ‘sienten con más exactitud’ el malestar ajeno a nivel neuronal, lo que refuerza la idea de que la empatía profunda (reflejo en el cerebro) acompaña a la bondad extrema. Son ejemplos alucinantes sobre cómo afecta ‘ser bueno’ a nuestra mente, pero en realidad, objetivamente, no se puede saber del todo bien si alguien es buena persona, principalmente, por nosotros mismos.
No hay una bondad objetiva
Muchos métodos dependen de autoinformes, es decir, cuestionarios donde la gente califica su empatía o altruismo. Esto, obviamente, introduce sesgos porque alguien puede exagerar o disminuir su propia bondad. Si además añadimos el sesgo del observador, por el cual muchas personas al participar en un estudio actúan de forma diferente por el mero hecho de estar siendo estudiado, las pruebas están siendo condicionadas. Las medidas de prosocialidad “clásicas” suelen ser confiables a nivel estadístico, pero personas con buena conciencia social pueden marcar “sí” en altruismo más por querer quedar bien que por acciones reales.
También hay problemas como definir si la bondad es un único rasgo o un conjunto de comportamientos en determinadas situaciones. Alguien puede actuar bondadoso en un contexto y cruel en otro y viceversa. También hay preguntas que hacerse como: "¿La generosidad es más importante que la honestidad? ¿Dónde entra en juego la empatía?". También depende mucho del contexto cultural, ya que una virtud en cierto lugar del mundo en otro sitio puede ser considerada justamente lo contrario.
La ciencia sí intenta definir y cuantificar si una persona es buena. Lo hace explorando rasgos de personalidad prosocial, como la empatía, generosidad, honestidad, etc, midiendo comportamientos altruistas y hasta observando la actividad cerebral. Sin embargo, aún no hay un indicador único: cada estudio aporta una pieza del rompecabezas. Aún así, la evidencia es alentadora: la mayoría de los estudios muestran que las personas más compasivas y altruistas difieren en rasgos y en actividad cerebral de quienes lo son menos. Quizá nunca tengamos una “matriz de la bondad” exacta, pero día a día la psicología y la neurociencia nos ayudan a entender mejor este complejo ideal humano.
La pregunta final que queda es ¿Entonces cómo se decidió en el cómic ‘Buena Gente’ quién se quedó con la herencia? ¡Para eso tendrás que leerlo! Lo que es seguro es que a mí no me ha llovido ni un duro y seguro que a ti tampoco. No obstante, yo seguiré intentando ser buena gente de verdad.
Referencias:
- Neural mechanisms necessary for empathy-related phenomena across species
- The Light vs. Dark Triad of Personality: Contrasting Two Very Different Profiles of Human Nature
- Effects of compassion training on brain responses to suffering others
- Increased similarity of neural responses to experienced and empathic distress in costly altruism