Rosa e Ismael toman la decisión final más rápida de la historia de 'First Dates'
"No es el tipo de persona con la que iniciaría una relación", afirmó el barcelonés

En First Dates, tras las citas, los comensales se dirigen a una sala donde tiene que decidir si tendrían una segunda cita con la persona que han cenado.
En ocasiones se dicen que sí, en otras que no, unas tiene a las risas o los besos como protagonistas, otras las malas caras... pero la decisión de Rosa e Ismael este martes fue la más rápida de la historia del programa de Cuatro.
El primero en llegar fue el taxista, que fue recibido por Carlos Sobera a las puertas del restaurante: "La falsedad no me gusta, si tengo que insultar a una persona, lo hago a la cara y mirando a los ojos", afirmó Ismael.
Tras comentar que su profesión le exigía una dedicación 24/7, le dijo al presentador que "respecto al amor, espero encontrar a una persona que tenga empatía, a una mujer que se vista por los pies y que no tenga el síndrome de Peter Pan".
Y añadió que "hay que ser consciente de la edad que tenemos, yo no voy a mover el culo con una chavalita de 20 a una discoteca. Las hay que van a la discoteca con la hija y la hija pasa un bochorno… Se intentan poner unos leggins y parecen una morcilla de Burgos embutida".
Al ver a su cita, entrar por la puerta del restaurante, Ismael apuntó que era demasiado mayor para él y que, al besarla para saludarla, no sintió ningún tipo de olor.
A la operaria de fábrica le pasó lo mismo con él: "Físicamente, no es lo que buscaba. Me gustan de otra manera", reconoció la barcelonesa antes de pasar a la mesa a cenar.
Pero durante la velada no hubo ni flechazos ni química entre ambos comensales, que no coincidieron ni en gustos ni en aficiones para practicar en común.
Al final, se saludaron dándose la mano e Ismael contestó rápidamente que no tendría una segunda cita con Rosa: "No es el tipo de persona con la que iniciaría una relación". Ella, por su parte, tampoco quiso volver a quedar, así que cada uno se fue por su lado.