¿Por qué las mujeres disfrutamos más del sexo con la edad?
Tener una vida sexual plena después de la menopausia no es una rareza, según un estudio a mayor edad, menor presión y más satisfacción

Cada vez son más las películas, series o novelas que me encuentro donde los protagonistas, adultos que rondan entre los 50-60 años, tienen sexo. Es algo que, hasta ahora en las sesiones -donde casi todas mis clientas son chicas o parejas jóvenes-, no he tratado.
Sé que llegará. Con mi edad, probablemente. Cuando quienes estén buscando ayuda puedan sentirse reflejados con la profesional que tienen enfrente y que ella ha pasado por la misma situación. Pero aunque haya estudiado cómo cambia la intimidad con los años, lo cierto es que hasta hace nada, me resultaba un terreno desconocido.
Tiene mucho que ver, creo, el hecho de que en una sociedad que sexualiza juventud, belleza, delgadez, blanquitud y capacidad, todas las mujeres que se salgan del tiesto desaparecen. Como si ya no tuvieran sexo, como si el derecho al placer estuviera sujeto a una fecha de caducidad.
También lo hablaba con otra amiga sexóloga, que se preocupaba de no poder disfrutar en una década del sexo como lo hacía ahora. Aunque si a los 20 nos gusta un tipo de ocio y a los 40 otro, pero lo disfrutamos al máximo, ¿por qué iba a ser diferente con nuestras experiencias íntimas?
Como mujer, siento que el sexo va a transformarse, sí, pero que a la vez, voy a ser capaz de habitarlo de una manera nueva. Lo que me confirman las (verdaderamente) pocas mujeres conocidas que se han atrevido a hablar del tema.
Hace unos meses, Kate Hudson confirmaba mis especulaciones en una entrevista a Bustle, según la actriz la mejor parte del sexo en los cuarenta es la libertad. "No se supone que el sexo tenga que ser bonito y creo que cuando te vas haciendo mayor tienes más diversión con ello", dijo en febrero.
Si me voy a contrastar esa información con datos, concretamente al estudio de la Universidad de California con el Departamento de Asuntos Veteranos de Estados Unidos, se siguieron a más de 800 mujeres durante varias décadas con diferentes encuestas sobre su sexualidad, desde si sentían dolores, si tenían orgasmos, su nivel de deseo y la satisfacción en general.
Con una media de edad de 67 años -y el 63% de las participantes posmenopáusicas- el 40% dijeron sentir poco o ningún deseo sexual y, de las que tienen sexo con regularidad, el 67% experimenta el orgasmo siempre o casi siempre (incluyendo a un 47,5% de mujeres en la década de los 80).
Curiosamente las que eran más jóvenes reportaban mayor deseo sexual, pero mayores niveles de insatisfacción, por lo que se puede ver la relación directa con las palabras de la actriz de Cómo perder a un chico en 10 días.
Ya no hay presión por impresionar, desaparece la necesidad de complacer, nos sentimos a gusto (por fin) con el cuerpo, nos conocemos mejor y podemos comunicar lo que queremos o expresar nuestros deseos, la presión reproductiva desaparece y por tanto ya no hay miedo a tener un embarazo no deseado… En definitiva, es una vivencia más relajada del placer y del cuerpo.
Aunque también se da, con el tiempo, una redefinición del deseo y del sexo que va mucho más allá del coito, para quienes aún es difícil colocarlo a la misma altura que el resto de prácticas y no como la prioritaria. La intimidad emocional, miradas, gestos o caricias nutren el deseo y el disfrute sexual. Por no hablar de que no tener actividad sexual compartida no significa descenso del placer: siempre tendremos la masturbación.
Y si bien la motivación del sexo no es solo deseo, sino también conectar con la pareja o disfrutar, se vive con más libertad y autenticidad. Así que el único secreto para nosotras, que muchas caemos en el síndrome de la buena amante, es que resulta más satisfactorio porque tiene menos exigencias.