Pérez Gellida remata su díptico con la «cruenta» novela 'Nada bueno germina', un thriller «muy cosmopolita»

«Nos encontramos en 1918 y, por cosas del destino, acabo de llegar de Madrid, donde he tenido que salir huyendo». Quien habla es un actor habitual de las rutas teatralizadas en Valladolid, que en esta ocasión se ha metido en la piel de Sebastián Costa, uno de los protagonistas de 'Nada bueno germina' (Destino), la última novela de César Pérez Gellida , un thriller «muy cosmopolita» con el que el autor remata el díptico iniciado en 'Bajo la tierra seca', que le valió el Premio Nadal 2024. En su nueva obra, la «más cruenta» hasta la fecha del vallisoletano , invita al lector a realizar un viaje por la España de principios del siglo XX a la vez que explora cuestiones como la ambición, la sed de poder y la lealtad. El escritor ha citado a los medios de comunicación en el histórico Café del Norte, en la misma Plaza Mayor, el establecimiento hostelero con más solera de la ciudad, donde recala procedentes de Madrid el citado personaje junto a su amante, la «malvada» Antonia Monterroso , tras dejar atrás Extremadura, donde se conocieron, y recorrer «prácticamente» toda la península en su huida, atracando bancos de Jaén, Córdoba y Ciudad Real. «Si algo tenía claro es que el final iba a ocurrir en casa», ha apuntado el escritor, quien ha confesado durante la presentación del libro que aunque no sentía que tuviera «una cuenta pendiente» con su «territorio natural», «desde el punto creativo sí que tenía esa necesidad». La rueda de prensa ha tenido lugar en la coqueta biblioteca del Círculo de Recreo, a escasos metros de donde nos habían citado, y uno de los bellos edificios que aún perduran de aquel Valladolid burgués de principios del siglo pasado que describe en la obra. En ella, Pérez Gellida continúa la historia de 'Bajo tierra seca', aunque cambia el ambiente rural por «hoteles, casonas y mansiones», que en una narración «con tino», convierten el libro en «una clase de historia y de arquitectura», ha defendido el editor de Destino, Emili Rosales, para quien la nueva obra del escritor vallisoletano, «uno de nuestros autores que asegura diversión, inteligencia e interés», es «un festín para el lector». «Me entusiasmé con la lectura de este libro», ha admitido sobre la novela que ha llegado este jueves 8 de mayo a las librerías con una primera tirada de 40.000 ejemplares. 'Nada bueno germina' narra la huida hacia delante de dos seres «muy emocionales», un veterano de guerra convertido en atracador y una peligrosa mujer marcada por la ambición y el instinto de supervivencia. A su encuentro saldrá una riada de personajes con destinos dispares. Sobre ella, el autor ha remarcado que no ha tratado de hacer una novela histórica sino de un thriller con «documentación histórica», y que a él esa base documental que no le ha costado encontrar le sirve para «dar esas pinceladas» para que los lectores le acompañen en su «viaje». De esa trabajo de indagación rescata personajes que realmente existieron como el español Ramón Fernández-Luna (1867-1929), conocido como el «Sherlock Holmes español», o la aviadora y espía Marthe Richard (1889-1992), «un personaje súper conocido en Francia y que tuvo la misma importancia que Mata Hari», de los que tira en la segunda parte de la obra cuando toma «la determinación de prescindir de alguno de sus personajes». Lo hace hasta en 44 ocasiones. «Tenía la sensación de que cuanto más avanzaba en la novela más me olía el teclado a óxido y era por la sangre», ha bromeado el novelista, para quien «el mérito» es que los personajes a los que se carga «tienen nombre y apellidos». «La mayoría de ellos no generan un efecto negativo en el lector, aunque hay algunos que sí que van a doler», ha señalado al respecto, antes de defender que una de sus «obligaciones» es «incomodar». Es su obra «más cruenta», aunque no lo había previsto inicialmente: «La trama me ha llevado por esos derroteros», ha dicho al respecto. Ha explicado que cuando estaba escribiendo 'Bajo la tierra seca' tenía planificado presentarla al Nadal, así que «eché el freno de mano» y apostó por «dosificar la violencia», sin embargo en su continuación no ha tenido «ninguna atadura». «Quizá por eso me ha salido así de divertida». ha añadido. Ha detallado que ambientó el libro a principios del siglo XX porque a su juicio se trata de un periodo histórico «poco manido», que ha sido «tapado» por «motivos» como la pérdida de las colonias, que llevó a una depresión económica y a «una gran grieta social»: «Hasta la guerra civil parece que hay mucho oscurantismo». Pérez Gellida ha confesado en más de una ocasión que comenzó a escribir por «problemas de insomnio» y que ha mantenido esa forma de trabajar, sin planificar nada, sin un guion previo. Simplemente traduce las imágenes que tiene en la cabeza. «Mi único método es que una escena me lleve a otra y me dejo llevar por la intuición», ha contado este jueves al respecto. Preguntado sobre cómo ha repercutido en él haber ganado el Nadal, ha admitido que lo que le ha «traído» es «la apertura de muchas puert

May 8, 2025 - 16:15
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Pérez Gellida remata su díptico con la «cruenta» novela 'Nada bueno germina', un thriller «muy cosmopolita»
«Nos encontramos en 1918 y, por cosas del destino, acabo de llegar de Madrid, donde he tenido que salir huyendo». Quien habla es un actor habitual de las rutas teatralizadas en Valladolid, que en esta ocasión se ha metido en la piel de Sebastián Costa, uno de los protagonistas de 'Nada bueno germina' (Destino), la última novela de César Pérez Gellida , un thriller «muy cosmopolita» con el que el autor remata el díptico iniciado en 'Bajo la tierra seca', que le valió el Premio Nadal 2024. En su nueva obra, la «más cruenta» hasta la fecha del vallisoletano , invita al lector a realizar un viaje por la España de principios del siglo XX a la vez que explora cuestiones como la ambición, la sed de poder y la lealtad. El escritor ha citado a los medios de comunicación en el histórico Café del Norte, en la misma Plaza Mayor, el establecimiento hostelero con más solera de la ciudad, donde recala procedentes de Madrid el citado personaje junto a su amante, la «malvada» Antonia Monterroso , tras dejar atrás Extremadura, donde se conocieron, y recorrer «prácticamente» toda la península en su huida, atracando bancos de Jaén, Córdoba y Ciudad Real. «Si algo tenía claro es que el final iba a ocurrir en casa», ha apuntado el escritor, quien ha confesado durante la presentación del libro que aunque no sentía que tuviera «una cuenta pendiente» con su «territorio natural», «desde el punto creativo sí que tenía esa necesidad». La rueda de prensa ha tenido lugar en la coqueta biblioteca del Círculo de Recreo, a escasos metros de donde nos habían citado, y uno de los bellos edificios que aún perduran de aquel Valladolid burgués de principios del siglo pasado que describe en la obra. En ella, Pérez Gellida continúa la historia de 'Bajo tierra seca', aunque cambia el ambiente rural por «hoteles, casonas y mansiones», que en una narración «con tino», convierten el libro en «una clase de historia y de arquitectura», ha defendido el editor de Destino, Emili Rosales, para quien la nueva obra del escritor vallisoletano, «uno de nuestros autores que asegura diversión, inteligencia e interés», es «un festín para el lector». «Me entusiasmé con la lectura de este libro», ha admitido sobre la novela que ha llegado este jueves 8 de mayo a las librerías con una primera tirada de 40.000 ejemplares. 'Nada bueno germina' narra la huida hacia delante de dos seres «muy emocionales», un veterano de guerra convertido en atracador y una peligrosa mujer marcada por la ambición y el instinto de supervivencia. A su encuentro saldrá una riada de personajes con destinos dispares. Sobre ella, el autor ha remarcado que no ha tratado de hacer una novela histórica sino de un thriller con «documentación histórica», y que a él esa base documental que no le ha costado encontrar le sirve para «dar esas pinceladas» para que los lectores le acompañen en su «viaje». De esa trabajo de indagación rescata personajes que realmente existieron como el español Ramón Fernández-Luna (1867-1929), conocido como el «Sherlock Holmes español», o la aviadora y espía Marthe Richard (1889-1992), «un personaje súper conocido en Francia y que tuvo la misma importancia que Mata Hari», de los que tira en la segunda parte de la obra cuando toma «la determinación de prescindir de alguno de sus personajes». Lo hace hasta en 44 ocasiones. «Tenía la sensación de que cuanto más avanzaba en la novela más me olía el teclado a óxido y era por la sangre», ha bromeado el novelista, para quien «el mérito» es que los personajes a los que se carga «tienen nombre y apellidos». «La mayoría de ellos no generan un efecto negativo en el lector, aunque hay algunos que sí que van a doler», ha señalado al respecto, antes de defender que una de sus «obligaciones» es «incomodar». Es su obra «más cruenta», aunque no lo había previsto inicialmente: «La trama me ha llevado por esos derroteros», ha dicho al respecto. Ha explicado que cuando estaba escribiendo 'Bajo la tierra seca' tenía planificado presentarla al Nadal, así que «eché el freno de mano» y apostó por «dosificar la violencia», sin embargo en su continuación no ha tenido «ninguna atadura». «Quizá por eso me ha salido así de divertida». ha añadido. Ha detallado que ambientó el libro a principios del siglo XX porque a su juicio se trata de un periodo histórico «poco manido», que ha sido «tapado» por «motivos» como la pérdida de las colonias, que llevó a una depresión económica y a «una gran grieta social»: «Hasta la guerra civil parece que hay mucho oscurantismo». Pérez Gellida ha confesado en más de una ocasión que comenzó a escribir por «problemas de insomnio» y que ha mantenido esa forma de trabajar, sin planificar nada, sin un guion previo. Simplemente traduce las imágenes que tiene en la cabeza. «Mi único método es que una escena me lleve a otra y me dejo llevar por la intuición», ha contado este jueves al respecto. Preguntado sobre cómo ha repercutido en él haber ganado el Nadal, ha admitido que lo que le ha «traído» es «la apertura de muchas puertas que estaban cerradas». «Llevo muchos años escribiendo y llegando a muchos lectores pero no a todo tipo de lectores». No obstante, ha continuado que cuando se pone delante de un papel en blanco no está pensando en las «consecuencias»: «Me tengo que divertir frente al teclado. Si no lo hago, es que algo no estoy haciendo bien». Cuestionado también sobre la posibilidad de que esta última novela termine en un producto audiovisual, el autor de 'Memento Mori' no lo ha descartado, aunque ha matizado que este «es un camino muy largo y pedregoso» y que «no conviene hacerse muchas ilusiones».