Pensar, de Svend Brinkmann

En un mundo obsesionado con la velocidad y la acción constante, cada vez nos cuesta más detenernos a pensar. Nos empujan a la inmediatez, pero rara vez se nos anima a reflexionar. Svend Brinkmann nos invita a reivindicar el pensamiento como un acto de resistencia y libertad. Pensar no es solo resolver problemas, sino también... Leer más La entrada Pensar, de Svend Brinkmann aparece primero en Zenda.

Abr 30, 2025 - 00:19
 0
Pensar, de Svend Brinkmann

En un mundo obsesionado con la velocidad y la acción constante, cada vez nos cuesta más detenernos a pensar. Nos empujan a la inmediatez, pero rara vez se nos anima a reflexionar. Svend Brinkmann nos invita a reivindicar el pensamiento como un acto de resistencia y libertad. Pensar no es solo resolver problemas, sino también cuestionar lo establecido, imaginar nuevas posibilidades y conectar con nuestra esencia. A través de la reflexión crítica, la ensoñación y la atención plena, este libro nos ayuda a recuperar el tiempo y el espacio necesarios para vivir con mayor conciencia, profundidad y sentido.

A continuación, reproducimos un fragmento de Pensar (Koan), de Svend Brinkmann.

*****

1

¿QUÉ PIENSAS?

Hasta ahora, es simplemente una afirmación de mi parte que los humanos modernos no piensan lo suficiente —por lo menos en el sentido propio de la palabra— y que sería bueno para nosotros, en muchos aspectos, hacerlo más a menudo. Si hasta aquí estás de acuerdo conmigo, probablemente pienses que podría haber algo verdadero en esa afirmación. Quizá sepas lo que es no tener suficiente tiempo para pensar profunda y libremente, y habrás notado una ausencia general de pensamiento crítico respecto de muchos de los relatos que circulan y se hacen virales en las redes.

Pero incluso admitiendo que tal vez no pensamos lo suficiente, no se puede negar que pasamos muchísimo tiempo hablando sobre pensar. Por ejemplo, en los libros con títulos del estilo Piensa antes de hablar, Piensa de forma salvaje, Piensa a lo grande, Piénsate saludable, Piensa para adelgazar, Piensa para conseguir resultados, Piensa para alcanzar una buena vida, Piensa como una mujer, Piensa como un monje, Piensa como un guerrero, Piensa como un ganador, Piensa cómo hacerte rico, Piensa de nuevo y Piensa sensiblemente. Lamentablemente, no puedo prometer que la lectura de este libro te conduzca al éxito, te devuelva la salud o te haga adelgazar. No se trata de pensar cómo lograr esto o aquello, sino, en términos más generales, de pensar como un ser humano. De hecho, ni siquiera estoy seguro de que sea posible pensar para ser más saludable, feliz o tener una buena vida. Sin embargo, argumentaré que por lo menos podemos ser felices mientras pensamos.

También pasamos mucho tiempo hablando de pensar, pero con una connotación diferente. Hace unos años observé que la frase «yo pienso» empezó a usarse de forma distinta en danés. No solo como una referencia al proceso real del pensamiento, como en «Preferiría que no me interrumpan porque estoy pensando en un problema difícil». En danés solíamos pensar acerca de o sobre algo, o utilizábamos verbos completamente diferentes. Todavía podemos hacerlo, por supuesto, pero en los últimos años se ha vuelto cada vez más común decir cosas como «Pienso que podemos llegar al ferry a tiempo», «Pienso que la política climática será esencial en la próxima elección» o «Pienso que Monet fue mejor pintor que Manet». Encontré este uso por primera vez cuando estudiaba Psicología a fines de la década de 1990

En sentido estricto, este tipo de declaraciones no involucran el pensamiento, no en el sentido que le damos en este libro, en cualquier caso. En inglés pasa lo mismo. En ambas lenguas, el término ha sufrido un cambio significativo y se ha asimilado a formas subjetivas de hablar, feliz o tener una buena vida. Sin embargo, argumentaré que por lo menos podemos ser felices mientras pensamos. También pasamos mucho tiempo hablando de pen sar, pero con una connotación diferente. Hace unos años observé que la frase «yo pienso» empezó a usarse de forma distinta en danés. No solo como una referencia al proceso real del pensamiento, como en «Preferiría que no me interrumpan porque estoy pensando en un problema difícil». En danés solíamos pensar acerca de o sobre algo, o utilizábamos verbos completamente diferentes. Todavía podemos hacerlo, por supuesto, pero en los últimos años se ha vuelto cada vez más común decir cosas como «Pienso que podemos llegar al ferry a tiempo», «Pienso que la política climática será esencial en la próxima elección» o «Pienso que Monet fue mejor pintor que Manet». Encontré este uso por primera vez cuando estudiaba Psicología a fines de la década de 1990.

En sentido estricto, este tipo de declaraciones no involucran el pensamiento, no en el sentido que le damos en este libro, en cualquier caso. En inglés pasa lo mismo. En ambas lenguas, el término ha sufrido un cambio significativo y se ha asimilado a formas subjetivas de hablar que se utilizan en todo, desde entrevistas deportivas hasta trabajos universitarios sujetos a evaluación. En la práctica, hoy en día el uso de «yo pienso» a menudo equivale a «yo siento». Realizamos afirmaciones que no están pensadas con detenimiento ni están bien fundadas, sino todo lo contrario: se trata de experiencias, actitudes y emociones inmediatas y no vinculantes.

Por lo general evito actuar como el policía del lenguaje, pero ciertas tendencias en el danés me fastidian. Me temo que, al utilizar expresiones como estas, nuestra forma de hablar carezca de compromiso. Utilizamos «Yo pienso» o «Yo siento» para evitar el compromiso, enfatizando que estas son condiciones subjetivas que podrían cambiar en cualquier momento. Son efímeras y no implican obligación alguna. Hoy piensas algo; mañana probablemente otra cosa. ¿A quién le importa? Hay, por supuesto, lugar para una comunicación evasiva, pero también tenemos que ser capaces de comprometernos cuando hacemos declaraciones. Por ejemplo, decir «en mi opinión» nos identifica con lo que decimos de una forma más comprometida.

El filósofo del lenguaje John Langshaw Austin formuló la teoría de los actos de habla que, en resumen, decía que nuestras palabras funcionan como acciones. Sostuvo que, desde un punto de vista funcional, todas las declaraciones sinceras son, en efecto, promesas, dado que el hablante está atado a sus palabras. Si dices sinceramente «Creo que Messi es el mejor jugador de fútbol del mundo», te comprometes. Estás obligado a defender esa opinión en cualquier discusión posterior (y debes también, por supuesto, estar dispuesto a cambiar de opinión frente a un argumento superior). Si tan solo lo piensas en la forma en que actualmente se usa la palabra en danés, el hecho de que lo afirmes realmente no quiere decir nada. Es tan solo algo que «piensas»; entonces, ¿por qué molestarse en discutirlo? Esto no significa que postulo que tengamos que tener una certeza absoluta en nosotros mismos. Lo que quiero decir es que el lenguaje debe conservar sus características vinculantes precisamente para que podamos aprender juntos al examinar las afirmaciones de cada uno de nosotros acerca de nuestro conocimiento y nuestras actitudes.

Una de las cosas que quiero hacer con este libro es mostrar que el pensamiento real nunca es algo que «tan solo» hacemos, sino una forma de realizar el potencial de la naturaleza humana. El acto de pensar es vinculante porque requiere que utilicemos nuestra razón, lo que puede alterar nuestro juicio. Esto quiere decir que estamos justificados cuando decimos cosas como: «Lo he pensado detenidamente, evaluado las ventajas y desventajas, y soy de la opinión meditada de que la reforma del sistema escolar ha sido un fracaso». El lenguaje no debería utilizarse para reducir el pensamiento a una mera conjetura («Pienso que la reforma es mala»). Deberíamos continuar insistiendo en que pensar involucra el estudio, testeo y justificación de las afirmaciones e ideas.

—————————————

Autor: Svend Brinkmann. Título: Pensar. Editorial: Koan. Venta: Todostuslibros.

La entrada Pensar, de Svend Brinkmann aparece primero en Zenda.