Para el CEO de Bayer, después de la apertura del cepo, el agro debe enfocarse en la productividad

Juan Farinati, número uno de la alemana, participó en Jonagro, evento organizado por la Bolsa de Cereales. Destacó la previsibilidad al que apunta el rumbo económico. Por su parte, el número uno de Corteva, Juan Lariguet, planteó que "tenemos que dejar de ser 'banqueros' para ser productores"

May 13, 2025 - 23:46
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Para el CEO de Bayer, después de la apertura del cepo, el agro debe enfocarse en la productividad

El sector agroindustrial argentino está atravesando una época de grandes cambios. Es que, luego de varios años de poca previsibilidad a causa de las condiciones macroeconómicas del pasado, las estrategias de productores, compañías proveedoras de insumos y tecnología deberán reconvertirse en busca de la eficiencia y la productividad de sus propios negocios.

"Estamos en un proceso de cambio que se va dando por etapas. Sería ideal que la normalización de la economía se pudiera lograr apretando un botón. Pero aspirar a que eso suceda es un poco utópico. Entonces, ahora, hay que enfocarse en la productividad", dijo Juan Farinati, CEO de Bayer Cono Sur en Jonagro, una jornada de encuentros del sector que se realizó este martes en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Respecto a la reciente eliminación del cepo, el número uno de la biotecnológica alemana explicó a El Cronista que las restricciones cambiarias "habían generado un ambiente en el que no había flujo de divisas. Ni entrando ni saliendo. Entonces, la economía funcionaba en condiciones contrarias a las naturales".

En este sentido, a pesar de la amenaza latente ante una posible suba de las retenciones, destacó la decisión del Gobierno de eliminar las restricciones al mercado de cambios. Y, si bien indicó que esta medida contribuye a la previsibilidad de la compañía, representa también un desafío de cara al futuro.

"Veníamos de un escenario en el que no teníamos visibilidad de lo que podría pasar en ninguno de los aspectos del negocio. Antes, vivíamos con una brecha de más del 100%, mientras que, ahora, estamos en un contexto de mayor previsibilidad, por lo que tenemos que preparar nuestros negocios para este contexto que es más certero", comentó.

Por su parte, Juan Lariguet, presidente de Corteva para el Cono Sur, comentó: "Tenemos que dejar de ser banqueros para volver a ser productores. Durante más de dos décadas, la Argentina operó con un modelo muy basado en el ámbito financiero. Claramente, eso está cambiando para bien, para un modelo que prioriza mucho más lo productivo. Entonces, todos los actores de la cadena nos tenemos que reconvertir hacia un norte que, hoy, está súper claro".

En general, el sector agroindustrial local reconoce la gran posibilidad que tienen los productores locales de lograr nuevamente un papel de relevancia a nivel internacional, aunque ya no como 'el granero del mundo', sino como un país exportador de productos con valor agregado.

Es que las posibilidades no solo surgen desde la capacidad de la tierra argentina, objetivamente mejor -en términos productivos- que la de competidores como Brasil y los Estados Unidos. Se basan, además, en cuestiones operativas, como la siembra directa, que ya tiene un nivel de adhesión de alrededor del 90% en el país, contra el 20% en el resto del mundo.

La agricultura regenerativa, que, en la Argentina se la conoce como siembra directa, es un método sustentable que se basa en la idea de que la producción agroindustrial no solo genera alimentos, sino que también se beneficia de la biodiversidad de la tierra, así como de la calidad de las aguas y de los suelos. De esta manera, los productores -y cultivos- se adaptan de mejor manera a las condiciones del suelo y reducen el impacto ambiental.

Todas estas proyecciones, además, se basan sobre la idea de que, en las próximas dos décadas, habrá alrededor de 2000 millones de personas más en el mundo que necesitarán alimentos. El destino de la producción argentina, se asegura en los pasillos, sería principalmente China.