Oliu se resiste a la presión de Moncloa: “No toca fusión” hasta que fracase BBVA
El Gobierno tiene dudas sobre torpedear la opa, pero en el Sabadell son conscientes de que hacer movimientos formales les situaría en una posición de debilidad.

Moncloa titubea para torpedear la opa de BBVA. El Gobierno se ha opuesto a la compra del Sabadell por parte del grupo de La Vela y ha lanzado una consulta pública para justificar su intervención por el “interés general”. Ahora está presionando a Josep Oliu para que intente fusiones alternativas para tumbar la opa, pero el presidente del Sabadell es consciente de que hacer cualquier movimiento formal en este momento le situaría en una posición de debilidad.
“Ahora no toca plantearse fusiones”, señalan a Vozpópuli fuentes solventes próximas a la cúpula del Sabadell. En los últimos días se han disparado los rumores sobre las alternativas del banco catalán para frenar la opa. Sobre todo se apunta a Unicaja y Abanca, con quienes hubo conversaciones informales en el pasado. Esta última entidad salió al paso ayer para aclarar que “no tiene interés sobre una posible operación con el Sabadell”, mientras que la entidad catalana dijo no hacer comentarios de “especulaciones”, según fuentes oficiales.
En el seno del Sabadell no quieren oír hablar de posibles integraciones en medio de la opa del BBVA y se centrarán en defenderse del intento de asalto hostil de Carlos Torres con más dividendo. Oliu tiene sobre la mesa dos razones de peso para evitar mover fichas a estas alturas: la ley le impone el conocido como deber de pasividad y quedaría a merced de las exigencias del otro banco. Algunas fuentes apuntan a conversaciones informales precisamente para "satisfacer" las peticiones de Moncloa en medio de la opa.
Intentos en el pasado
El apetito por crecer con compras, de hecho, se interrumpió por la opa del BBVA. Antes de la ofensiva de Torres, la cúpula del Sabadell ya había intentado tres vías para ganar tamaño en el mapa bancario. Como indican fuentes conocedoras, hace tres años hubo acercamientos con Kutxabank y posteriormente se miró a Unicaja y Abanca, pero las negociaciones fracasaron por el reparto de poder y las aspiraciones de precio de los núcleos duros de accionistas de estas dos entidades.
“Hago más de lo que digo, pero hago”, dijo Salvador Illa tras abrir el Gobierno una consulta pública sobre la opa del BBVA
En este momento, además, ni la entidad andaluza ni gallega estarían interesadas ante la politización de la operación, según fuentes de la banca de inversión. En Unicaja se dan al menos “dos o tres años” para seguir en solitario, mientras que en Abanca sólo se aceptaría asumir una integración si Juan Carlos Escotet se mantuviera como uno de los principales ejecutivos de la combinada, como indican distintas fuentes financieras.
Unas posiciones que dejan las manos atadas al Sabadell, que se jugará su independencia a la decisión del Gobierno, que no tiene poder de veto de la opa pero sí puede torpedearla imponiendo condiciones más duras distintas de las relativas a la competencia. Y también tendrá en sus manos sembrar dudas a los inversores sobre las sinergias de la operación si no da su visto bueno a una fusión, como le permite la ley en caso de que la opa triunfe.
Concentración bancaria
Otro de los argumentos que maneja el equipo directivo del Sabadell para aplazar las negociaciones de posibles fusiones pasa precisamente por las alertas sobre la competencia por el exceso de concentración bancaria. Y pondrá el foco en defender su camino en solitario para salvaguardar el crédito a las pymes y no concentrar la mayoría del mapa bancario sólo en tres grandes jugadores: BBVA, Santander y CaixaBank.
Salvador Illa.
Oliu tratará de no torcer el brazo ante la presión de Moncloa para buscar fusiones, como indician las fuentes consultadas, incluso sin tener la certeza de que el Gobierno se vaya a oponer a la operación en la conocida como fase 3 de Competencia. De momento, la inédita consulta pública que tiene abierta el Ministerio de Economía hasta este viernes se podrá usar como pretexto para intervenir en la opa.
“Hay un clamor contra la operación. Se ha advertido sobre el impacto en el interés general por distintas vías. Una operación con un rechazo social unánime y con un mal precio no parece que tenga mucho sentido”, defendió el pasado jueves el consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, en rueda de prensa para presentar los resultados trimestrales.
Como medida de presión de Oliu se puede interpretar la decisión en enero de devolver la sede a Cataluña tras siete años fuera de sus fronteras por el desafío independentista. Una sensación extendida entre el sector bancario, sobre todo a raíz de las declaraciones de Salvador Illa la semana pasada: “Hago más de lo que digo, pero hago”, dijo el presidente de la Generalitat de Cataluña.