Feijóo quiere reformar los estatutos del PP para limitar el peso de la militancia en las primarias
Cuenta atrás para el primer congreso 'ordinario' de la formación: habrá remodelación de la cúpula, nueva poniencia ideológica y cambios estatutarios

Cuenta atrás para el primer congreso 'ordinario' del Partido Popular desde 2017. En realidad, la cita tiene carácter extraordinario, porque se adelanta unos meses a la fecha prevista. Pero Alberto Núñez Feijóo, presionado por algunos barones territoriales, ha decidido acelerar los tiempos y quiere que transcurra con normalidad. El objetivo final es relanzar su candidatura en la antesala de un nuevo ciclo electoral que arrancará con las autonómicas en Castilla y León y que concluirá con las elecciones generales... cuando toquen.
Para entonces, el PP quiere tener todos los deberes hechos y contará con un equipo renovado, una ponencia ideológica actualizada y unos estatutos que, si el líder popular logra imponer su voluntad, recogerán un nuevo sistema de primarias. No es ningún secreto la animadversión del actual presidente del partido hacia el método actual. A su juicio, entraña un gran riesgo para la cohesión interna de la formación, porque el presidente que resulta elegido se adueña del aparato y las listas perdedoras quedan expulsadas de la dirección.
La primera vez que los populares eligieron a su líder por un sistema de primarias con doble vuelta, en el que prima la llamada democracia interna, fue en 2018, con Pablo Casado. Entonces, en la pugna final con Soraya Saénz de Santamaría desempataron los compromisarios en la segunda vuelta. Antes, con María Dolores de Cospedal en liza, fueron los militantes los que tuvieron la voz cantante. Feijóo quiere suprimir las dos vueltas y que el proceso se simplifique. En cristiano: busca volver al modelo anterior. Existe en su equipo la tesis de que el experimento resultó fallido y que de aquellos polvos, estos lodos.
Está por ver la propuesta que defiende el presidente popular en el Congreso nacional de julio, que se celebrará en Madrid, en el recinto ferial de Ifema, los días 5 y 6. Pero todo apunta a una enmienda a la totalidad del sistema que impulsó Mariano Rajoy, empujado entonces por los aires que de cambio con los que irrumpía un nuevo partido en el centro-derecha: Ciudadanos. "Seguramente sea la última vez que se celebre un Congreso del PP en el que se elige al líder con el actual modelo", asegura un dirigente próximo a Feijóo.
El espejo de Casado
El cambio, en resumen, consistiría en devolver las primarias a un sistema de avales de los compromisarios. Que voten solo los delegados para que el futuro liderazgo de la formación nazca del entendimiento y no de la confrontación. A toro pasado, en el politburó gallego sostienen que Casado se aprovechó de la cruzada entre Saénz de Santamaría y Cospedal para ganarse el favor de más compromisarios, lo que provocó un cisma interno que se saldó con muchos cadáveres en la cuneta.
No obstante, está por ver si el planteamiento por el que abogan muchos de los colaboradores más cercanos de Feijóo, y que él mismo abandera, convence a una mayoría de cuadros en el partido. El debate está servido y hay quienes piensan que no se puede "volver al dedazo", en alusión al anterior modelo de elección. Está por ver quién se lleva la palma. Hay quien ve en este movimiento una clara intención de "blindar a alguien", seguramente con la vista puesta en una futura sucesión.
Los otros dos grandes asuntos encima de la mesa serán la renovación de la cúpula y la ponencia ideológica. A estas alturas, nadie duda de que el cónclave popular eligirá a un nuevo comité de dirección. La pregunta del millón es quién entra y quién sale. Desde hoy mismo caminan sobre el alambre todos y cada uno de los dirigentes que se sientan cada lunes en la planta noble de Génova. Empezando por la secretaria general, Cuca Gamarra, y terminando por el portavoz, Borja Sémper. "Todos tenemos que estar dispuestos a dar un paso atrás", admite una de las personas que ocupa una vicesecretaría, en conversación con Vozpópuli.
Desde hace tiempo, una de las críticas que más llegan al buzón de Feijóo es que "no tiene equipo". La última vez que acometió una renovación de calado fue en otoño de 2023, después de la investidura de Pedro Sánchez. Entonces, apostó por introducir caras nuevas que refrescaran la imagen del partido. Sobre sus planes más inmediatos, sólo él los sabe. Y no se los ha comunicado "ni al cuello de su camisa". Otro de los reproches que recibe de forma recurrente es la ausencia de un rumbo ideológico claro.
Ahora, son muchos los dirigentes que reciben como un halo de esperanza la convocatoria del Congreso nacional. "Una gran idea. Porque nada necesita más España que ideas. Ideas para frenar y revertir la degradación sanchista. Ideas para regenerar y reformar los cimientos del país. Ideas para abrir un nuevo horizonte de esperanza", escribió en su cuenta de X la portavoz adjunta en el Parlamento, Cayetana Álvarez de Toledo.