Ni con normal ni con ‘low-cost’: el aviso importante de los expertos sobre lo que no debes hacer nunca con la gasolina
En la vida diaria de muchos conductores, la costumbre de esperar hasta que el depósito de gasolina esté casi vacío antes de repostar parece algo habitual. Ya sea por ahorrar dinero, por la comodidad de no tener que detenerse a repostar con frecuencia, o simplemente por la sensación de «aguantar» hasta el último momento, esta … Continuar leyendo "Ni con normal ni con ‘low-cost’: el aviso importante de los expertos sobre lo que no debes hacer nunca con la gasolina"

En la vida diaria de muchos conductores, la costumbre de esperar hasta que el depósito de gasolina esté casi vacío antes de repostar parece algo habitual. Ya sea por ahorrar dinero, por la comodidad de no tener que detenerse a repostar con frecuencia, o simplemente por la sensación de «aguantar» hasta el último momento, esta práctica se ha normalizado. Sin embargo, lo que muchos no saben es que puede traer graves consecuencias tanto para el bolsillo como para la mecánica del coche.
De hecho, expertos del sector, como los del RACE (Real Automóvil Club de España), advierten sobre los riesgos que conlleva circular con el depósito en reserva y lo que puede ocurrir si se adopta esta práctica de forma regular. Para evitar estos problemas y prolongar la vida útil del vehículo, es recomendable mantener el depósito de gasolina siempre por encima de un cuarto de su capacidad. Esto garantiza que el sistema de combustible funcione correctamente, que el coche no tendrá problemas de presión de combustible y que todos los componentes relacionados con el sistema de inyección seguirán funcionando como es debido.
Los peligros mecánicos de mantener el depósito vacío
La razón principal por la que los expertos desaconsejan conducir con el depósito de gasolina casi vacío es el daño potencial a varios componentes clave del coche. En primer lugar, uno de los elementos más afectados por esta práctica es la bomba de combustible.
Este componente juega un papel crucial en la circulación del combustible desde el depósito hasta el motor. La bomba de combustible está diseñada para estar siempre sumergida en gasolina, ya que este líquido también cumple la función de refrigerar la bomba mientras la mantiene en funcionamiento. Cuando conduces con poco combustible, la bomba de combustible no puede realizar su tarea de manera eficiente.
En este escenario, la bomba se sobrecalienta porque no está recibiendo la refrigeración adecuada. Este sobrecalentamiento provoca una mayor fricción en los componentes internos de la bomba, lo que acelera su desgaste. A largo plazo, esto puede llevar a la avería total de la bomba, lo que conlleva reparaciones costosas y largas.
Por si fuera poco, al consumir el combustible en el fondo del depósito, pueden acumularse sedimentos y residuos, lo que obstruye los filtros del sistema de combustible. Esta obstrucción restringe el paso de combustible, afectando el rendimiento del motor y ocasionando fallos en el sistema de inyección.
Otro componente afectado es el aforador, que es el sensor encargado de medir el nivel de combustible en el depósito. Si el nivel de gasolina es bajo de forma continua, el aforador puede atascarse o incluso dañarse, ya que no está diseñado para estar en contacto constante con la base del depósito. Esto hace que el sensor no funcione correctamente, lo que podría derivar en lecturas erróneas del nivel de combustible.
El impacto en los inyectores del motor
Los inyectores de combustible son otro de los elementos que pueden sufrir daño, los cuales se encargan de distribuir el combustible hacia los cilindros del motor. Si el motor no recibe la cantidad correcta de combustible debido a un flujo interrumpido, los inyectores no podrán funcionar correctamente. Esto puede afectar negativamente a la combustión del motor, generando una mezcla incorrecta de aire y combustible.
Cuando la mezcla no es la correcta, el motor puede funcionar de manera menos eficiente, lo que implica un mayor consumo de gasolina, menos potencia y una aceleración más lenta. En situaciones extremas, si los inyectores están constantemente expuestos a condiciones de baja presión de combustible, pueden terminar fallando. Esta avería, aunque no tan inmediata como la de la bomba de combustible, también puede ser costosa de reparar y poner en peligro la salud del motor a largo plazo.
En conclusión, esperar hasta que el depósito de gasolina esté casi vacío para repostar es una práctica que puede parecer económica a corto plazo, pero que conlleva riesgos significativos tanto para la mecánica del vehículo como para la seguridad del. Aunque muchos conductores piensan que apurar el depósito es una forma de ahorrar dinero, las averías en la bomba de combustible, los inyectores y el aforador pueden dar lugar a reparaciones caras.
Además, los daños mecánicos no sólo afectan al bolsillo, sino que también comprometen la seguridad en la carretera, especialmente si el coche se detiene inesperadamente en un lugar peligroso debido a la falta de combustible. Para evitar estos problemas y que el vehículo funcione de manera óptima durante más tiempo, es fundamental mantener el depósito de gasolina por encima de un cuarto de su capacidad. Repostar antes de llegar a niveles muy bajos ayuda a evitar averías y reduce el riesgo de quedarse sin gasolina en momentos inoportunos.
Al seguir esta simple recomendación, los conductores pueden proteger la salud de su coche y disfrutar de una conducción más segura, sin preocuparse por reparaciones o situaciones inesperadas.