Los riesgos de no estar asegurado que comprometen tu estabilidad financiera
Frente a la incertidumbre económica y los constantes riesgos patrimoniales y de salud, contar con un seguro no es un lujo, sino una necesidad estratégica.

En un entorno marcado por la incertidumbre económica y la exposición constante a riesgos patrimoniales y de salud, contar con un seguro no es un lujo: es una necesidad estratégica. Sin embargo, en México, la protección financiera sigue estando fuera del radar para millones de personas. La penetración de los seguros en el país fue de apenas 3.2% del PIB en 2023, frente al 9.3% promedio de los países de la OCDE.
Esta brecha no solo refleja una baja cultura de prevención, sino también una oportunidad crítica: fortalecer el acceso y la conciencia sobre los beneficios tangibles de estar asegurado.
En México, más del 70% de los hogares no cuenta con ahorros suficientes para enfrentar una emergencia mayor sin recurrir a préstamos o a redes informales de apoyo. Esto implica que una enfermedad, un accidente o la pérdida de un bien pueden comprometer seriamente la estabilidad financiera de una familia.
El caso del seguro automotriz es representativo. De acuerdo con la Condusef, solo el 36% de los conductores cuenta con una póliza activa, a pesar de que el costo de un accidente puede ir desde 5 mil pesos —en daños menores— hasta más de 1.5 millones en caso de lesiones graves o fallecimientos. Mientras tanto, una cobertura amplia ronda entre los 15 mil y 25 mil pesos anuales, dependiendo del perfil del conductor y las características del vehículo. En otras palabras, una inversión moderada puede evitar un impacto financiero de gran escala.
En materia de salud, el panorama no es más alentador. Durante el primer semestre de 2024, el costo promedio de atención médica privada superó los 100 mil pesos. Ante esta realidad, no contar con una póliza de gastos médicos mayores significa estar expuesto a tomar decisiones críticas bajo presión, con recursos limitados.
Por ejemplo, de acuerdo con estimaciones generadas desde HDI Seguros México, un parto en un hospital privado puede costar entre 70 mil y 100 mil pesos. En contraste, una póliza con cobertura de maternidad tiene un costo anual entre 35 mil y 45 mil pesos, incluyendo atención especializada, hospitalización y seguimiento. Más aún, ante procedimientos de alta complejidad —como una cirugía de columna, cuyo costo puede alcanzar los 1.4 millones de pesos—, el gasto total del asegurado con una cobertura adecuada se reduce a poco más de 100 mil pesos entre prima, deducible y coaseguro.
Contar con un seguro no solo representa protección económica, sino también acceso a servicios de calidad, agilidad en la atención y tranquilidad para tomar decisiones médicas con respaldo profesional.
En HDI Seguros estamos convencidos de que el valor de un seguro va más allá del resarcimiento económico. Se trata de ofrecer acompañamiento, asesoría especializada y una red de servicios que permiten gestionar el riesgo de forma proactiva.
Desde asistencia legal hasta apoyo en siniestros complejos, el respaldo de una aseguradora sólida puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida y una crisis prolongada. Especialmente en contextos donde los imprevistos —como fenómenos naturales, accidentes viales o enfermedades— se presentan sin previo aviso, tener una estrategia de protección adecuada es clave para preservar el patrimonio y la calidad de vida.
El costo de no estar asegurado no solo se mide en pesos. Se refleja en la vulnerabilidad de las familias, en el uso de ahorros destinados a otros fines y en la pérdida de oportunidades a largo plazo. La falta de protección limita la capacidad de respuesta de las personas ante eventos inesperados, y perpetúa ciclos de endeudamiento e incertidumbre.
Hoy, más que nunca, es momento de construir una cultura de prevención que ponga a las personas al centro. Desde HDI Seguros trabajamos para ampliar el acceso a productos financieros que se ajusten a las necesidades reales de los mexicanos, y para acompañarlos en cada etapa de su vida con soluciones claras, accesibles y eficaces.
Enfrentar los riesgos no significa vivir con miedo, sino con preparación. Y prepararse, en este contexto, significa estar asegurado.