Para qué sirve el agujerito que tienen los candados en la base: cumple una función imprescindible

Los candados son dispositivos de seguridad portátil que, quien más, quien menos, todos hemos utilizado alguna vez. Los modelos más primitivos conservados datan de la Antigüedad y desde entonces han evolucionado mucho, pero su mecanismo básico sigue siendo el mismo. Aunque lo habrás usado mil veces, puede que nunca te hayas fijado en que la mayoría tienen un pequeño orificio en su base. Este agujerito cumple una función específica en el funcionamiento de un candado común, aunque a nivel usuario casi nunca vamos a tener que lidiar con él. En un caso similar al del relieve del culo del bote de las especias, al no tener que usarlo directamente, lo más probable es que ni nos hayamos planteado por qué o para qué está ahí. Y como casi todo en esta vida, tiene su explicación. No todos los candados lo tienen, pero si es un modelo susceptible de ser usado en exteriores, casi seguro que contará con uno o dos agujeritos. Porque su función principal es lidiar contra las inclemencias del tiempo, especialmente si hay agua involucrada. Un candado que cierra, por ejemplo, una puerta de garaje, una valla de cerco agrícola, un jardín o que asegura un vehículo cerrando una cadena, se enfrentará a lluvias, granizo o incluso nieve. A veces puede caerles agua encima u otros líquidos de manera fortuita -como manguerazos o riegos-. El orificio entonces actúa como vía de drenaje, abriendo una minúscula vía para que salga el agua que pueda penetrar a través de los huecos que deja abierto el grillete superior o la cerradura de la llave. Así se evita que el líquido permanezca dentro, con el riesgo de oxidación y bloqueo de su mecanismo interno. Y en invierno evita que el agua se congele, pudiendo producir también daños. Además de ser un sistema de automantenimiento, los pequeños agujeros también tienen una utilidad práctica que sí nos interesa como usuarios, ya que nos da acceso a introducir lubricante o aceite en caso de que el candado se atasque. Si tu dispositivo ofrece resistencia a la llave o notas que está cada vez más duro, busca el orificio y prueba a lubricarlo con un producto específico. Imágenes | Unsplash/Crispin Jones - Freepik/fabrikasimf En DAP | Con esta genial idea puedes reutilizar los rollos de papel higiénico y mantener más ordenada la cocina En DAP | Por qué no deberías reutilizar los vasos de las velas para beber o guardar alimentos, excepto si haces esto - La noticia Para qué sirve el agujerito que tienen los candados en la base: cumple una función imprescindible fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Liliana Fuchs .

May 5, 2025 - 18:12

Los candados son dispositivos de seguridad portátil que, quien más, quien menos, todos hemos utilizado alguna vez. Los modelos más primitivos conservados datan de la Antigüedad y desde entonces han evolucionado mucho, pero su mecanismo básico sigue siendo el mismo. Aunque lo habrás usado mil veces, puede que nunca te hayas fijado en que la mayoría tienen un pequeño orificio en su base.

Este agujerito cumple una función específica en el funcionamiento de un candado común, aunque a nivel usuario casi nunca vamos a tener que lidiar con él. En un caso similar al del relieve del culo del bote de las especias, al no tener que usarlo directamente, lo más probable es que ni nos hayamos planteado por qué o para qué está ahí. Y como casi todo en esta vida, tiene su explicación.

No todos los candados lo tienen, pero si es un modelo susceptible de ser usado en exteriores, casi seguro que contará con uno o dos agujeritos. Porque su función principal es lidiar contra las inclemencias del tiempo, especialmente si hay agua involucrada. Un candado que cierra, por ejemplo, una puerta de garaje, una valla de cerco agrícola, un jardín o que asegura un vehículo cerrando una cadena, se enfrentará a lluvias, granizo o incluso nieve. A veces puede caerles agua encima u otros líquidos de manera fortuita -como manguerazos o riegos-.

El orificio entonces actúa como vía de drenaje, abriendo una minúscula vía para que salga el agua que pueda penetrar a través de los huecos que deja abierto el grillete superior o la cerradura de la llave. Así se evita que el líquido permanezca dentro, con el riesgo de oxidación y bloqueo de su mecanismo interno. Y en invierno evita que el agua se congele, pudiendo producir también daños.

Además de ser un sistema de automantenimiento, los pequeños agujeros también tienen una utilidad práctica que sí nos interesa como usuarios, ya que nos da acceso a introducir lubricante o aceite en caso de que el candado se atasque. Si tu dispositivo ofrece resistencia a la llave o notas que está cada vez más duro, busca el orificio y prueba a lubricarlo con un producto específico.

Imágenes | Unsplash/Crispin Jones - Freepik/fabrikasimf

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