Los polos opuestos sí se atraen: Elizabeth Hurley y Billy Ray Cyrus son la pareja que nadie vio venir
Más allá de las diferencias culturales, profesionales o estilísticas, la actriz y el cantante se encuentran en la misma página (y muy felices)




"Esto sí que no lo vi venir" es uno de los comentarios que más se repite en la foto del 20 de abril, una imagen cariñosa en la que Elizabeth Hurley y Billy Ray Cyrus se presentaron oficialmente como pareja ante Instagram y ante los más de 4 millones de seguidores que suman entre ambos.
Y sí, es una pareja tan inesperada como interesante, ya que supone el acercamiento de dos personas muy distintas que hacen que la mítica frase hecha de "Los polos opuestos se atraen", parezca confirmarse viéndoles con una actitud tan cómplice.
Lo cierto es que el noviazgo entre el estadounidense y la inglesa va viento en popa y la visita de la actriz a Tennessee, donde el cantante vive en una finca en Nashville, confirma que los dos mundos, tan diferentes, se han acercado y están coexistiendo para la felicidad de ambos.
Según una fuente cercana entrevistada por Page Six, la icónica actriz y el cantante habrían sido amigos durante unos años y esta es la primera vez que ambos están solteros al mismo tiempo, por lo que habrían empezado a ser algo más que amigos hace apenas unas semanas.
Aunque se trata de una relación bastante nueva, ambos estarían dando lo mejor de sí mismos. De hecho, para ese fin de semana, la actriz habría recorrido más de 6.000 kilómetros desde donde reside, en Herefordshire, para disfrutar de esos días con su nueva pareja.
Cuando los caminos de Elizabeth y Billy Ray se cruzaron fue rodando la película Navidades en el paraíso que se estrenaría en 2022. En aquel momento el artista todavía estaba recuperándose de su ruptura con Tish y, con el tiempo, empezó su relación con la cantante Firerose (con quien se casó en octubre de 2023 y se divorció en agosto de 2024).
Aunque echando la vista atrás a su currículo sentimental, su relación más duradera fue con Tish Cyrus con quien estuvo de 1991 a 2022, con quien tuvo a sus tres hijos Miley, Braison y Noah.
Elizabeth, por su parte, también estuvo en romances muy mediáticos, empezando por su historia de amor con Hugh Grant, con quien mantuvo una relación durante 13 años, la más larga de su vida hasta la fecha. También estuvo con el productor Steve Bing, con quien tuvo a su hijo Damian en 2002, y, como Billy, pasó por el altar, ya que estuvo casada tres años con el empresario Arun Nayar.
Las diferencias como complemento
Mientras que Elizabeth ha salido con hombres con carreras de éxito, siempre han sido figuras de perfil bajo que han preferido mantener su privacidad lo máximo posible (a excepción del actor de El diario de Bridget Jones). Por su parte, Billy Ray, también estaría apostando por conocer a una persona que se escapa -al menos en profesión-, de parecerse a sus exnovias cantantes.
Con unas carreras consolidadas, hijos y en un momento de su vida en el que priorizan otras cosas, no es de extrañar que la intérprete y el artista hayan encontrado puntos en común, es más, en una entrevista a la revista Tatler en febrero de 2020, quien hizo de reina Helena en The Royals recalcaba el cambio en sus prioridades sentimentales.
"Estaría abierta a la idea de ser querida, querer a alguien, tener a alguien fantástico a mi lado y compartirlo. No sé si el matrimonio se incluye en eso, siendo sincera, porque no voy a tener más hijos y no necesito que nadie pague mis facturas o me ponga un techo sobre mi cabeza", comentó.
"Pero me gustaría a alguien para tener compañía, pasarlo bien", declaró la actriz, y es probable que el cantante haya sido un soplo de aire fresco. A su vez, el padre de Miley Cyrus explicó algo parecido en una entrevista con Apple Music Country: "Lo más extraño fue, primero, cuánto nos reímos. Segundo, pensé que éramos muy diferentes, pero de alguna manera muy extraña, teníamos mucho más en común que diferencias".
No solo ahí reside el secreto de que su historia funcione en el largo plazo, también en que esos contrastes se conviertan en un complemento y no en un conflicto. Más allá de las distancias culturales, de estilo o profesionales ambos parecen estar en la misma página: la de desear una conexión genuina de la que puedan disfrutar sin presiones y sin dejar de ser tan auténticos.