Desde que el AVE llegara a Sevilla en 1992 , con Curro de la mano, la Alta Velocidad en Andalucía ha registrado un comportamiento muy desigual. Son 33 años de curvas, trazados sinuosos , estaciones fantasmas, paradas, retrasos y promesas sin destino. A la capital hispalense, con Córdoba como eje en su conexión con Madrid, se le sumaron con desesperante lentitud Málaga y Granada. Esta última en 2019, por fortuna antes de la irrupción de la pandemia. Ahora, el ministro de Transportes, Óscar Puente, presume en sus redes sociales del avance «a toda máquina» de la infraestructura para completar el estratégico Corredor Mediterráneo, con parada final en Almería. En marzo anunciaba una inversión de 400 millones de euros para conectar...
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