Los niños de la casa de los horrores de Oviedo llevaban pañales y dormían en cunas pese a tener 8 años: "Les hemos devuelto a la vida"

Los padres tenían encerrados a sus tres hijos desde 2021 para "protegerlos" y cuidar de su salud.

Abr 30, 2025 - 14:04
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Los niños de la casa de los horrores de Oviedo llevaban pañales y dormían en cunas pese a tener 8 años: "Les hemos devuelto a la vida"

Ya le dicen la casa de los horrores... y lo era. En Oviedo, un matrimonio tenía a sus hijos encerrados desde hace cuatro años, en condiciones insalubres y rodeados de excrementos. Usaban zapatos de 2019, llevaban siempre pañales y dormían en cunas. La pareja, que fue detenida este martes, se enfrenta a los delitos de abandono y maltrato infantil.

Ha sido el comisario principal de la Policía Local de Oviedo, Francisco Javier Lozano, quien lo ha dicho: "Hemos desmantelado la casa de los horrores". Lo ha sido así desde 2011 para dos niños, de entre 8 y 10 años, que no iban al colegio, dormían en cunas y vivían todo el tiempo con hasta tres mascarillas puestas. "Hemos devuelto a la vida a tres menores. Jamás pensé que algo así podía ocurrir en este país", afirma el comisario.

Dónde

La familia vivía en un chalet ubicado en Fitoria, en la falda del Monte Naranco, a las afueras de Oviedo.

Los padres

Son un matrimonio, un hombre y una mujer, de 53 y 48 años. El padre, C. S., es alemán y la madre, de origen estadounidense, pero también tiene la nacionalidad alemana. Él es doctor en Filosofía y trabajaba desde casa, según ha podido saber La Nueva España.

Las víctimas

Los tres hijos de la pareja estaban encerrados en la casa desde hace casi cuatro años, desde diciembre del 2021. Ni siquiera pisaban el jardín del chalet. Dos son gemelos de 8 años y el hermano mayor tiene 10.

En que condiciones vivían

Vivían encerrados. "Estaban ajenos a todo contacto con la realidad. Uno de ellos tocaba la hierba con las manos sorprendido. En cuanto los sacamos, los tres se pusieron a respirar profundamente como si nunca hubiesen estado al aire libre", asegura uno de los investigadores que participó en la operación. Los tres niños estaban encerrados y sin escolarizar.

La denuncia de una vecina

La llamada de una vecina alertando de una situación "sospechosa" ha resultado fundamental para acabar con la pesadilla de los niños. La mujer llamó al servicio de Familia e Infancia del Ayuntamiento de Oviedo contando que estaba casi segura de que en la casa vivían niños. La mujer a veces escuchaba sus voces y los había visto a través las ventanas. Esa llamada movilizó a la Policía Local el pasado 14 de abril, ya que entre sus competencias está controlar la escolarización de los menores.

Vigilancia

Los policías comenzaron a vigilar el chalet. Las cajas con comida eran demasiado grandes para el consumo de una sola persona. "No se veía movimiento, las persianas siempre estaban bajadas. En la casa solo estaba censado el hombre, pero tampoco lo vimos salir en ningún momento. Solo abría la puerta para recoger los pedidos de comida de los supermercados. No había ni vehículos", explica un inspector del cuerpo municipal.

Ante las sospechas, la Policía Local ovetense solicitó una reunión con la Fiscalía de Menores. Se decretó una orden para la posible identificación de los menores, para comprobar con qué personas convivían y para saber si estaban escolarizados o recibían formación en casa.

El registro

A las 11 de la mañana del pasado lunes una comitiva se desplazó hasta el chalet. Eran siete agentes de la Policía Local, personal de los Servicios Sociales del Principado, una traductora de alemán, todos ellos coordinados por la letrada del menor del Principado de Asturias. Abrió la puerta el padre. Iba descalzo y desaliñado.

Sin problema, dejó entrar a los agentes: "Desde el primer momento nos dijo que en la casa había menores. Fue él quien nos dejó pasar, aunque nos mandó que esperásemos a que les pusiesen la mascarilla a los niños", explica al diario asturiano uno de los policías que estuvo en el chalé. Lo mismo hizo con los agentes: les pidió que se pusieran mascarilla y que mantuviesen distancia de seguridad con los pequeños.

Ventanas cerradas y mucha suciedad

Luego aparecieron la mujer y los tres niños. "Estaban muy asustados y en torno a la madre, que nos decía todo el rato que los pequeños tenían graves patologías y que no nos acercásemos a ellos. Llevaban tres mascarillas cada uno puestas, una encima de otra", explica otro de los policías presentes en el registro.

Los menores estaban sucios, en pijama y desatendidos, gravemente desatendidos, según los servicios sociales. Los tres llevaban pañales puestos bajo el pijama y la madre contó que eso era habitual.

La casa "estaba llena de basura por todas partes, hasta debajo de las camas... las ventanas estaban cerradas a cal y canto de forma que se viera lo menos posible desde el exterior", aseguran los policías. Vieron dos cunas de bebé sin patas, apoyadas en el suelo. En ellas dormían los gemelos. En otra habitación, la del hermano mayor, había una cama "muy pequeña para su edad", más bien "una especie de camastro también sin patas y apoyado en el suelo". En otro cuarto, encontraron un gato en muy malas condiciones de higiene y de salud, y rodeado de sus propios excrementos.

¿Por qué los tenían encerrados?

De entrada, la madre contó a los agentes que la familia sólo llevaba tres meses en Oviedo. Pero de inmediato se derrumbó y reconoció que vivían en ese chalet desde diciembre de 2021. Pero, la gran pregunta, por qué tenían encerrados a los niños. Según contó la mujer, decidieron no dejar salir a sus hijos de casa para protegerlos y evitar que su salud, según dijo "muy delicada", empeorase.

Tenían miedo a salir y se dejaron llevar. Después, el miedo lo tenían a ser descubiertos por lo que estaban haciendo"

"Explicó que tenían previsto regularizar la situación pero que tenían miedo a salir y se dejaron llevar. Después, al ir pasando el tiempo, el miedo lo tenían a ser descubiertos por la policía por lo que estaban haciendo", señalan fuentes de la investigación a La Nueva España.

Atención médica y psicológica

Los tres menores fueron enviados al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) para que fuesen sometidos a un reconocimiento médico. Los últimos informes médicos eran de 2019, hechos en Alemania, y les mostraba sanos. También los zapatos que usaban eran de aquel año. Al salir del chalet, los niños se pusieron a correr con evidentes problemas de coordinación.

Tras el reconocimiento de su salud, quedaron en manos de la Dirección General de Infancia y Familia de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar del Principado. Los padres permanecen en el cuartel de la Guardia Civil de Oviedo y estaba previsto que pasaran a disposición judicial este miércoles.