Los jóvenes sí leen (y tú no)
Llega el Día del Libro y huele a rosas y novelas por las calles de Barcelona. Sant Jordi se celebra en toda España, pero en la ciudad condal es una fiesta...

Llega el Día del Libro y huele a rosas y novelas por las calles de Barcelona. Sant Jordi se celebra en toda España, pero en la ciudad condal es una fiesta con miles de escritores firmando por las esquinas. Bueno, eso me han contado. Mira que llevo años publicando libros y los de la editorial nunca me han llevado a celebrar el 23 de abril en Barna (un besi sin rencor para mis editoras). El caso es que en esta semana libresca seguro que hay titulares en prensa sobre lo bien que van los índices de lectura y lo cultos que somos los españoles. Ya lo contó el último Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros de la Federación de Gremios de Editores de España: el porcentaje que lee en su tiempo libre supera el 65%. Deben de ir a todas partes andando porque el porcentaje de población que está en el metro leyendo un libro y no haciendo scroll en el móvil es como del 99%.
Quizá miro el mundo desde mi ombligo, pero tengo la sensación de que ya nadie lee. Se ha cambiado leer un libro antes de dormir por ver una serie con el ordenador en la cama. Hay tantas cosas que hacer que ya nadie tiene tiempo para leer, ¿verdad? Vamos, no lo tengo yo que vivo de juntar palabras... Lo confieso desde la derrota: hace tiempo que son más las páginas que escribo que las que leo. Porque soy como el 25% de los que leen por motivos de trabajo y porque tengo niños pequeños que no me dejan abrir un libro sin dibujitos. A cierta edad leer se convierte en un lujo como dormir ocho horas. La lectura requiere tiempo y fe en que merece la pena dejar todo lo que tienes pendiente para hacerlo. Por eso lo mejor es entrenarla cuando estás en la época de la vida en la que todo se puede postergar: la juventud.
Siempre levanto la ceja cuando escucho que los jóvenes no leen. ¡Los que lo hacemos menos somos los adultos ahogados en las notificaciones del móvil! Por algo el barómetro dice que de la población que tiene entre 14 y 25 años el 75,3% lee en su tiempo libre. Es importante elegir lo que lees de chaval, esos libros que creíste que hablaban de ti te van a acompañar mudanza tras mudanza. Yo fui un flipado que se leyó de todo, aunque más que por intelecto, por falta de criterio. Hasta me retaba a terminar un tostón solo por eso de que un libro nunca se deja a medias (no conocía a Proust). Y ahora compagino la lectura de otra novela que habré olvidado por dónde iba cuando retome con la de Twitter en el móvil, con la letra grande por la presbicia.
Lo mejor es entrenar la lectura cuando estás en la época de la vida en la que todo se puede postergar: la juventud
Pese a mi insuficiencia lectora temporal (en cuento me jubile salgo del bache), sigo comprando libros que se convierten en montañas en mi mesilla. Igual solo lo hago para que el ritmo no pare porque el mercado editorial publica más de 90.000 títulos al año. Por caer en la trampa o por pasión, los acumulo con la misma fe con la que uno se apunta al gimnasio en enero. Leer, tal y como está el mundo, es un acto revolucionario. Y acabarse un libro, ganar una guerra.