Lo inédito y lo esperable
A las 12.30 fue como si todos los relojes se pararan. La luz de abril quería desmentirlo pero España se fue a negro. Angustia en quirófanos -benditos grupos...

A las 12.30 fue como si todos los relojes se pararan. La luz de abril quería desmentirlo pero España se fue a negro. Angustia en quirófanos -benditos grupos electrógenos- ascensores y trenes. La vida del revés, emergencias colapsadas, personas dependientes en espera de ayuda, hileras de personas caminando kilómetros… El apagón que nos recuerda, por si todavía hiciera falta, nuestra fragilidad, es inédito. Pero hay otras cosas menos sorprendentes: el apagón informativo del Gobierno y la presencia cálida de los transistores -ay, el kit de supervivencia-; el civismo y la serenidad, y la entrega de los servidores públicos. Esperable pero no por eso menos valioso.