Leon XIV se enfrenta al reto de expandir la Iglesia, sanear la economía vaticana y armonizar la reforma social de Francisco
Cuando Robert Francis Prevost crecía en Chicago en la década de 1960, un flujo constante de sacerdotes pasaba por su hogar familiar. Se sentían atraídos por los irresistibles platillos que preparaba su madre, Mildred Martínez, de ascendencia española.

Al llegar a la silla de San Pedro, el papa Francisco emprendió una cruzada para lograr una Iglesia más abierta y recuperar su imagen tras los casos de abusos y corrupción. Sin embargo, todavía queda un largo camino por recorrer y León XIV —que fue elegido este jueves como nuevo líder de la Iglesia— deberá hacerle frente a decenas de desafíos tanto dentro como fuera de los muros de la Santa Sede. "El nuevo Papa se enfrentará al reto de expandir la Iglesia, sobre todo en Asia; armonizar las reformas de Francisco y continuar con un perfil como el suyo", indica a 20minutos el vaticanista Sergio Rodríguez López-Ros. A ellos se suman el saneamiento de la economía vaticana y la responsabilización de las víctimas de abuso, tareas ya iniciadas por Francisco, opina la teóloga Nurya Martínez-Gayol, profesora de la Universidad Pontificia Comillas.
"La situación del cristianismo en Europa es la que es, en África está consolidada y en América es bastante aceptable y buena. Lo que tenemos que ver es que el 60% de la población mundial está en Asia y que allí solo el 10% son católicos", explica Rodríguez López-Ros, profesor de la Universidad Abat Oliba CEU. Y añade que el gran reto para León XIV será saber acercar la Iglesia —"con elementos culturales asiáticos"— a las personas para que entiendan el mensaje del cristianismo. De hecho, afirma que la Iglesia clandestina china está "muy bien posicionada" y que el Vaticano intentará acercarse a ella.
El segundo de los grandes desafíos que encarará el sucesor de Francisco, según Rodríguez López-Ros, será "colaborar con el resto del mundo" para crear una sociedad más pacífica, inclusiva y humana, algo a lo que ya se adelantó el pontífice argentino. "Para Francisco no podía haber periferias de gente que no tiene nada, mientras que otros disfrutan de grandes riquezas", destaca el también consultor del Consejo de Conferencias Episcopales de la UE. Además, destaca el reto de la inteligencia artificial. "Francisco emitió 19 documentos para asegurar que la IA pudiese complementar al ser humano, pero nunca sustituirlo", indica.
A nivel interno, el primer papa jesuita dejó abiertas muchas puertas que su sucesor deberá transitar. Entre ellos, el vaticanista destaca una mayor presencia de mujeres en el Iglesia y la reforma de la Curia, institución que no debe estar para imponer, sino para ayudar. "La Curia tiene que apoyar lo que hacen las iglesias locales, pero no tiene que ser una jerarquía rígida", sostiene Rodríguez López-Ros. Además, Francisco consolidó el sínodo —que se reunía con poca frecuencia— como una institución más del Vaticano con el fin de que los obispos del mundo pudieran informarle regularmente de la situación en sus países.
"La Iglesia es lo más parecido a un trasatlántico: si se da un golpe de timón se puede partir el barco"
Sin embargo, el profesor de la Universidad Abat Oliba CEU recuerda que el Vaticano no funciona como el resto de países del mundo, por lo que los cambios no se verán reflejados de manera inmediata. "La Iglesia es lo más parecido a un trasatlántico: si se da un golpe de timón se puede partir el barco", expresa el vaticanista. Por lo tanto, Rodríguez López-Ros incide en que las reformas del argentino deben ser armonizadas, para evitar correr el riesgo de que queden personas por el camino que no entiendan las cosas que se han hecho. Y sentencia: "Las reformas del Papa Francisco no tienen vuelta atrás".
Para el vaticanista, Robert Francis Prevost eligió el nombre de León XIV por dos motivos: "porque no va a tener miedo de afrontar los retos y en memoria del papa León XIII, que fue el primero que se preocupó por los temas sociales". Además, indica que al tomar esta decisión quiso dejar claro que continuará con el legado de Francisco y que incluso se preocupará aún más por estas cuestiones. "Su pontificado será largo, social y sin miedo a enfrentarse a nadie. Si tiene que decir las cosas a Trump, se las dirá y hará lo mismo con China", opina el experto, pero matiza que evidentemente buscará la paz y la concordia.
La teóloga Nurya Martínez-Gayol, profesora de la Universidad Pontificia Comillas, concuerda con su colega y opina que el sucesor de Francisco continuará el camino ya trazado. "Hay procesos en curso en los que habrá que seguir trabajando, como el saneamiento de la economía vaticana junto con un estilo de vida más austero, el esfuerzo de la transparencia y la responsabilización de las víctimas de abuso; y el acercamiento y la preocupación prioritaria por los más vulnerables de nuestro mundo", afirma en conversación telefónica con este medio.
A nivel interno, el sucesor de San Pedro se enfrenta al reto de "abrazar un proceso de conversión que nos lleve a poner el centro en Cristo y en su misión y a descubrir que la unidad está ahí, y no tanto en limar diferencias que, a la postre, pueden ser enriquecedoras", considera la doctora en Teología. Externamente, el pontífice encara el desafío de "dar continuidad al dinamismo de escucha y diálogo reparador iniciado por Francisco y desde ahí, seguir siendo una voz profética a favor de la paz", estima Martínez-Gayol.
La secularización en Occidente
A estos desafíos se suma la creciente secularización en Occidente. "Nos hemos introducido en una dinámica de consumismo y de producción de nuevas necesidades que nos encierran en la hartura y nos incapacitan para tener deseos de largo alcance", sostiene la teóloga. "Tenemos de todo, pero hemos perdido la esperanza, y eso nos ha convertido en descreídos y despreocupados de los demás", añade la experta.
De acuerdo con la World Christian Database, los continentes africano y asiático han sido las únicas regiones del mundo donde el aumento del número de católicos ha superado el crecimiento de la población en los últimos 50 años. Mientras que en Europa la cifra ha disminuido: la proporción de católicos en el Viejo Continente se ha reducido del 37% en 1975 al 32% en 2025, según recoge el diario The Economist.
El catolicismo también ha perdido fieles en Latinoamérica, donde ha ganado terreno el protestantismo evangélico. De hecho, en países como Brasil, considerada durante mucho tiempo como la nación más católica del mundo, la proporción de fieles ha disminuido del 65% al 50% en la última década, según los datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística recogidos por The Washington Post. Para los investigadores citados por el diario estadounidense, los evangélicos superarán a los católicos en esta región en los próximos diez años.
Asimismo, está el reto de acercar la fe a las generaciones más jóvenes, para lo cual han contribuido de manera positiva las Jornadas Mundiales de la Juventud. "Para muchos jóvenes han sido un punto de partida para su acercamiento a la fe. Creo que [el papa] no debería perder esa posibilidad de encuentro y cercanía con los jóvenes. Escucharlos y dialogar con ellos, darles la palabra y dejarles hacer... aunque se equivoquen", expresa la teóloga. Y añade: "Tenemos demasiado miedo a equivocarnos. Francisco no lo tenía y creo que el motivo era su profunda experiencia de la misericordia de Dios".
Con respecto a los casos de abuso dentro de la Iglesia, la experta señala que esa es otra de las tareas afrontadas —y comenzadas por Francisco— que deberá continuar su sucesor. "El escándalo de los abusos está siendo reconocido y afrontado, y el motu proprio Vos estis lux mundo es, sin duda, un punto de inflexión", sostiene la experta. "Creo que hay que seguir dando pasos en esta dirección, reconociendo el daño que se ha hecho y tomando conciencia de que todos somos responsables de generar un modo de relaciones, dentro y fuera de la Iglesia, marcadas por el cuidado del otro y por el reconocimiento de su dignidad", finaliza.