La madre de un aspirante a policía muerto en la Escuela de Suboficiales de Salta pide “saber qué pasó”
A días de cumplirse seis meses del hecho, la familia del joven de 22 años tiene dudas sobre las explicaciones oficiales acerca del deceso de Facundo Maita

CÓRDOBA.- Facundo Maita tenía 22 años. Le faltaban pocos meses para egresar de la Escuela de Suboficiales de Policía de Salta. El domingo 11 de noviembre del 2024 almorzó con su familia y se fue a hacer unas “prácticas voluntarias”; quedó en volver a la tarde para cortarse el pelo con su mamá, Cintia Martínez. Ella lo vio recién un día después, en un ataúd. A seis meses de la muerte no sabe lo que pasó.
El certificado de defunción dice “TEC (traumatismo encefalocraneano) por arma de fuego”. Es decir, un tiro en la cabeza.
“No tengo respuestas. Nadie me dice nada. Nunca vinieron a verme. Espero que la Justicia me diga qué pasó”, dice la mujer a LA NACION.
La investigación está en manos del Fiscal Penal 1 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Leandro Flores. “Me dicen que se trató de una conducta autolesiva, que se suicidó -señala Martínez-, pero esconden cosas. Hay contradicciones en las declaraciones, muchas cuestiones que no encajan”.
Repasa que ese domingo Maita tuvo franco, pero decidió ir a hacer “prácticas voluntarias porque le dedicaba mucho tiempo a la Escuela y un oficial lo había autorizado”.
Salió de la casa alrededor de las 14 y quedó en volver. “No tenían horario fijo, pero a la noche mi marido, que había salido a andar en bicicleta, me llamó para preguntarme si Facu ya estaba de regreso porque en la radio comentaban de un ‘accidente’ en la Escuela”. Le mandó mensajes de WhatsApp, lo llamó al celular. Nada.
Martínez telefoneó a la Escuela, le preguntaron “quién” era su hijo, la dejaron esperando unos minutos y le indicaron que “esa información” no se la podían dar por teléfono, que “algo le pasó” y que iban a ir unos psicólogos a su casa. Su marido repitió la llamada y la respuesta fue la misma.
“Vino una señora con unos móviles policiales y me anunció que Facundo había fallecido. Imploré verlo y me lo negaron; fui a la Fiscalía y lo mismo, que tenían que hacerle la autopsia. Me lo entregaron en el cajón. Nunca nadie de la Escuela vino a vernos, a explicarnos nada”, sostiene ante este diario.
Martínez, días después, fue recibida por el entonces ministro de Seguridad provincial, Marcelo Domínguez (renunció en diciembre pasado) y por el jefe de Policía, Diego Bustos.
“No me dieron respuesta. Ninguno de los que eran responsables en la Escuela fueron apartados en la investigación, siguen trabajando y hasta sé que a veces hacen comentarios de mi hijo”, sostuvo.
Según la autopsia, Maita murió a las 17 de ese domingo. “El oficial a cargo de la sala declaró primero que se había presentado a las 19 y después dijo que a las 16 lo dejó solo a mi hijo en la sala de armas y que terminaron encontrándolo a las 19 otros estudiantes a los que había mandado a guardar armas”, describió Martínez.
Agregó: “Por lo que cuenta, él como responsable nunca se ocupó”.
La causa judicial da cuenta de que el cuerpo fue hallado en la sala de Armas a las 19.50 por un estudiante de primer año, quien encontró a Maita en el suelo, con una herida en la cabeza, y dio aviso al oficial de servicio. Según ese oficial, “se habría efectuado un disparo en la boca”. Señaló que pidió asistencia sanitaria y avisó a sus superiores.
Carola Santander, quien era directora de la Escuela, no habló con la familia de Maite en ningún momento.
La familia Maita sostiene que hay estudiantes de la Escuela que tienen “temor” de declarar porque los superiores “siguen trabajando”. Descree que su hijo se haya matado e insiste en que “necesita respuestas, saber qué pasó”.