La jota aragonesa conquista el Teatro Real de Madrid con un espectáculo irrepetible

Las principales estrellas del canto y baile regional ofrecieron una gala que integró tradición y modernidad.

Abr 3, 2025 - 04:20
 0
La jota aragonesa conquista el Teatro Real de Madrid con un espectáculo irrepetible

El ‘¡Viva la jota!, ¡Viva Aragón!’ del final de la jota de Gigantes y cabezudos, coreado por cerca de 2.000 gargantas, puso final este miércoles a la gran gala del folclore aragonés en el Teatro Real. Un espectáculo irrepetible por la calidad de los intérpretes y por el propio escenario, considerado el mejor teatro del mundo para la ópera. Pero Aragón, tierra de jota estuvo a la altura del escenario, el mismo en el que Plácido Domingo logró la ovación más larga en España (32 minutos).

La jota se vistió de largo, reivindicándose, y puso el Teatro Real boca abajo. La gala, conducida por Julio Bellido y Lorena Margalló, tuvo calidad y muchos momentos emotivos.

Casi demasiados y sin respiro. Nada más iniciarse el espectáculo, Nacho del Río se reencarnó en el Niño Moreno, Sergio Aso en Ángel Sola y Víctor Martín en Santiago Lapuente, para recrear brevemente aquella primera Fiesta de la Jota de 1894 en el hotel Inglés de Madrid. Pero lejos de seguir por senderos historicistas, el espectáculo recogió lo mejor de la tradición y mostró mucho de lo nuevo que se está cocinando en la jota.

Inés Martínez Fabre cantó el S’ha feito de nuei, una tonada masculina, llevándolo a terrenos líricos; Roberto Ciria y Nacho del Río encandilaron al público son su interpretación a dúo de Pisando la nieve fría; Julio Bellido llenó de mestizaje Si no hay otro mundo que este; Beatriz Bernad destapó el tarro de las esencias en una Magallonera sobrecogedora; le siguió Ángela Aured con su Besico le di al Ebro; la propia Margalló ofreció una versión personalísima y seductor de la Palomica del Pastor de Andorra; y Nacho del Río y Beatriz Bernad abrillantaron sus voces en un dúo muy aplaudido.

Pero hubo mucho más: unas sorprendentes ‘panaderas’ a cinco voces, con Jorge Lanzuela al frente, deslumbrante; una Lorena Larrea plena de forma que puso al público en pie en todas sus intervenciones y que cantó un estilo ‘Utebo’ que estrenaba letra del escritor José Luis Melero: "Si supieras Zaragoza / lo mucho que yo te quiero / llevarías en tu escudo / mi nombre grabado a fuego".

Un sentido homenaje

Otro momento mágico, cuando el escenario se llenó de bailadores para rendir homenaje al coreógrafo Pedro Azorín, el que fuera profesor de varias escuelas de jota de la capital de España. Se cantó el Lejos de la tierra amada a 9 voces, y la Fiera del ay a tres. En ese maremágnum vocal, la jota de Tárrega, interpretada a la guitarra por Álex Pernas, sirvió de justo contrapunto.

Sergio Aso, director musical de la velada, ejerció su potente magisterio al frente de la rondalla, seleccionada entre los músicos del Certamen Oficial. Supo esquivar el virtuosismo y darle brillo a las variaciones. Mención aparte merecen las letras, equilibradas, limpias de baturrismos que tanto desdoran algunos espectáculos, muchas de ellas cantando al amor como solo se le canta en Teruel: "Si no hay otro mundo que éste y yo he de vivir sin ti, si no he de volver a verte, maldito sea el vivir".

En el apartado de baile la gala también alternó tradición y modernidad. La ortodoxia la puso una pareja mítica, la integrada por Alicia Güerri y Carlos Gil, por la que no parecen pasar los años. Otra generación, la de Ana Domínguez y Víctor Bajo también demostraron su elegancia en la jota de Alcalá de la Selva. El escenario del Teatro Real es enorme pero cada una de estas parejas lo supo llenar con sus movimientos.

Tradición y vanguardia

La compañía de Ramón Artigas por su parte, demostró la personalidad con la que ha sido creada y combinó tradición y vanguardia. Repitió un número que le ha valido muchos elogios, la jota de Huesca interpretada por dos hombres.

Pasada la hora y media de espectáculo, las individualidades se fueron sucediendo a un ritmo endiablado: Beatriz Bernad, Inés Martínez Fabre, Roberto Ciria, Lorena Larrea, Ángela Aured y Nacho del Río, hasta desembocar en el número final, la jota de Gigantes y cabezudos. Faltaba, como es lógico, la propina, que enlazó varias coreografías hasta terminar en la jota de Zaragoza, la que, por su rapidez y dificultad, nunca falla, pone en pie al público.

Las casi 2.000 personas que asistieron a la gala respondieron de inmediato con una ovación de las que se recuerdan. Entre ellas estaban numerosos representantes de la vida social, cultural y económica de la capial de España y de Aragón. También un centenar de suscriptores de HERALDO, que pudieron disfrutar de forma totalmente gratuita de un espectáculo irrepetible.

La gala, organizada por el Gobierno de Aragón, la Fundación Ibercaja y HERALDO DE ARAGON La Dirección General de Cultura del Gobierno de Aragón, junto a Fundación Ibercaja y Heraldo de Aragón. Al espectáculo asistieron Jorge Azcón, presidente de Aragón; Tomasa Hernández y Manuel Blasco, consejeros de Educación, Cultura y Deporte, y de Medio Ambiente y Turismo del Gobierno aragonés; Gloria Pérez y Pedro Olloqui, directores generales de Patrimonio y Cultura; Natalia Chueca, alcaldesa de Zaragoza; Amado Franco y José Luis Rodrigo Escrig, presidente y director general de Fundación Ibercaja; Fernando de Yarza Mompeón, Paloma de Yarza, vicepresidente y presidenta de HERALDO; y Fernando e Íñigo de Yarza López Madrazo, presidente y consejero delegado de HENNEO.

La gala se enmarca dentro de un amplio programa de espectáculos con los que el Gobierno de Aragón, Ibercaja y HERALDO quieren poner su granito de arena a la designación de la jota como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco, algo que podría ocurrir a finales de este año.

Con ese objeto subió al escenario el presidente aragonés, Jorge Azcón que, en lugar de hacer un discurso, quiso conversar con los presentadores de la cita. "La jota me gusta cada vez más -dijo-. Y creo que los aragoneses deberíamos sentirnos orgullosos de que se cante y se baile hoy en el mejor teatro del mundo. Y la declaración, que llegará, va a relanzarla aún más".

Lorena Margalló cerró la gala con una frase que revoloteó por el techo del Real. "La jota ha trascendido y, lo más importante, va a trascender aún más". Y cantadores, bailadores y músicos al abandonar el escenario, se fusionaron en abrazos cariñosos. Muchos tenían los ojos empañados por la emoción.