¿La inflación perfora el 1%? Qué número esperan los economistas para mayo
Tras las proyecciones iniciales que vaticinaban una suba de entre 4% y 5%, el último dato del abril registró una desaceleración respecto al 3,7 de marzo. El nuevo esquema cambiario y los posibles escenarios sobre el aumento de precios en los próximos meses.

El Gobierno se anotó un punto a favor esta semana: en el primer dato desde el fin del cepo, contra los peores pronósticos que la situaban en torno al 4%, la inflación desaceleró y cerró abril en 2,8%, casi un punto abajo respecto al 3,7 de marzo y lejos del fuerte rebote vaticinado.
En efecto, las primeras reacciones hacia la nueva banda cambiaria parecían presagiar un panorama complejo: luego de que el dólar oficial escalara un 10% los primeros días, algunas empresas rápidamente enviaron nuevas listas de precios a supermercados con aumentos similares.
Sin embargo, las grandes cadenas comerciales rechazaron las subas considerables y en las últimas semanas se observaron no solo una marcha atrás a los incrementos, sino incluso retracciones de precios en algunos casos.
El dólar más estable de lo muchos analistas esperaban (cerró el primer mes sin restricciones con un incremento de solo 4%) permitió que el traslado a precios (más conocido como pass-through) fuera notablemente inferior a lo que se preveía. La pregunta ahora es "qué se espera para este mes".
De cuánto será la inflación de mayo y qué puede pasar en los próximos meses, según los especialistas
Especialistas de la City dialogaron con El Cronista y coincidieron en que el dato estará más cerca a los dos puntos. No obstante, advirtieron que el comportamiento del dólar en los próximos meses será decisivo para profundizar o no la tendencia a la baja.
Cabe recordar que el presidente Javier Milei vaticinó que a mitad de año la inflación iba a perforar el 1% y que "para la mitad del año que viene" dejará de existir.
Camilo Tiscornia, el director de CyT, sostuvo que el registro no llegaría "a caer debajo del 2%" en mayo pero destacó que ese escenario no es muy lejano en el corto plazo. Sobre la inflación anual, el pronóstico de la consultora se ubicó en 26%.
"Mayo y junio no son meses complicados y podrían ser estacionalmente favorables. El Gobierno también viene tratando de moderar los aumentos de los servicios públicos. Perforar el 1% lo veo un poco fuerte. Si el tipo de cambio sigue estable, tal vez en junio podría llegar a bajar del 2%", agregó el economista.
También Sebastián Menescaldi, director de la consultora Eco Go, estimó que la inflación del presente mes se ubicaría en 2,3%, impulsada por la baja en el precio de los combustibles y el menor impacto de productos estacionales como frutas y verduras.
"Luego de los cambios en el esquema monetario y el esquema cambiario, no creo que llegue una inflación del 1% en el corto plazo. Todavía hay precios que se están acomodando, entonces va a ser difícil que eso ocurra. Si sale todo bien, quizás podría llegar a empezar con 1 cerca de fin de año", planteó.
Sin embargo, a largo plazo, Menescaldi consideró que será importante mantener la continuidad del programa económico bajo el acuerdo con el Fondo. Según el analista, los resultados electorales tendrán también un peso relevante para consolidar una caída en el índice.
En este sentido, planteó dos escenarios alternativos para la inflación anual. En el mejor de los casos, si el Gobierno tiene éxito en ambos objetivos, la cifra se ubicaría en torno "al 32 o 33%". Un pronóstico 'estresado' o pesimista, con un IPC por encima de lo previsto, dejaría un valor cercano al 45%. Especialistas advirtieron que el comportamiento del dólar será decisivo para la inflación de los próximos meses.
Para Fausto Spotorno, director de la consultora Orlando Ferreres, el acumulado anual hasta el momento se ubicaría en 26%. En cuanto a mayo, Spotorno precisó que el número "va a ser parecido al de abril".
"Hay un fuerte arrastre estadístico, lo que empujó mucho la inflación en la cuarta semana de abril. Lo que estamos esperando es que a partir de junio ya empecemos a ver alguna baja un poco más marcada", afirmó.
El dólar y el temor por una volatilidad que impacte en los precios
La visión de la Casa Rosada es que, más allá de "turbulencias" puntuales en la cotización, el dólar debería ubicarse cerca del piso de la banda de flotación (por debajo de los $1.000).
Milei reconoció semanas atrás que el precio de la divisa puede tener volatilidad en el corto plazo pero insistió en que se trata de oscilaciones naturales del sistema. "Un día puede subir, otro día puede bajar. Listo, es parte de la vida. Por eso también se llamó aprender a flotar", aseguró.
Al respecto, Menescaldi remarcó que la estrategia oficial es intervenir el mercado de futuros para sostener bajo el tipo de cambio y a partir de ahí fijar expectativas para ir reduciendo la inflación sobre los precios. El último dato del abril registró una desaceleración respecto al 3,7 de marzo.
En paralelo, insistió en que se debería "seguir bajando el riesgo país para volver a generar créditos", lo que permitiría "salvar el programa financiero del próximo año". "No se puede pagar todo el tiempo los vencimientos de cash sin que eso no perjudique a las reservas", subrayó.
Spotorno destacó que lo más importante es "la cuestión fiscal y monetaria", por lo que el Gobierno buscará afianzar la contención de la emisión y un dólar estable y así evitar una pausa en el proceso desinflacionario sobre los precios relativos.
"Después tenés las cuestiones internas. Ahora se está recuperando el precio de la soja, pero si cayesen los precios internacionales de alguno de los productos de exportación argentina podría pegar negativamente en el valor del dólar y dificultar el proceso", agregó.
Con una visión similar, Tiscornia remarcó que "el Gobierno va a tratar de mantener un control monetario muy fuerte y una política fiscal ajustada".
Según su perspectiva, el Ejecutivo también cuenta con "margen de maniobra" para regular los ajustes en las tarifas de los servicios públicos, dado que hoy cubren gran parte del costo. El dólar y el temor de una volatilidad que impacte en los precios.
Sobre la repercusión inicial de la flotación entre bandas, fue cauto: "No hay ninguna certeza. Mayo y junio son meses donde en principio el tipo de cambio podría estar bastante tranquilo, por dólares de la cosecha. Pero el sistema acaba de arrancar y puede haber volatilidad. Si hubiese un salto, obviamente habría un impacto en los precios".
Respecto a esta postura, sentenció: "(El Gobierno) no comprará dólares, salvo que el tipo de cambio llegue al piso de la banda. Eso mantendrá muy acotada la liquidez de la economía. También las elecciones pueden ser un factor de volatilidad. Entonces, es difícil pronosticar. Esa es la principal combinación a tener en cuenta".