La CHE destaca que el año hidrológico está siendo «muy bueno» en cuanto a reservas, pero «laborioso» por las tormentas
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Carlos Arrazola, ha destacado que los siete primeros meses del año hidrológico están siendo «muy buenos» en cuanto a reservas, pero «laboriosos», ya que ha habido que gestionar sucesivos episodios de fenómenos meteorológicos adversos. Así lo manifestó este jueves Arrazola durante el Pleno de la Comisión de Desembalse correspondiente a la finalización y puesta en común de lo acordado en las 18 Juntas de Explotación celebradas en marzo. Entre los episodios que han surgido estos siete meses ha citado distintos episodios de lluvias intensas e incluso danas y lluvias torrenciales, que han provocado el incremento del caudal de los ríos y daños materiales en algunas partes de la cuenca. En los trabajos en cauce que se están llevando a cabo como consecuencia de las lluvias torrenciales se prevé realizar una inversión total de unos 800.000 euros. Acerca de las reservas, ha señalado que, si bien los indicadores muestran una cuenca sin sequía ni situaciones de escasez, esta máxima no se cumple en la subcuenca del río Siurana, que lleva más de 30 meses en situación de escasez. En todo caso, los trabajos que se están realizando para poder llevar agua del Ebro al embalse de Guiamets y que podrían concluir en junio revertirían esta situación. Además, el presidente del organismo regulador ha pedido no olvidar las sequías precedentes, sobre todo la de 2023, cuando por estas fechas el 85% de la cuenca del Ebro se encontraba en situación de sequía y la mitad, en distintos estadios críticos de escasez. De la misma manera, en 2024, a pesar de que la margen izquierda se había recuperado casi del todo, la margen derecha, sobre todo los ríos Guadalope y Huerva, sufrieron escasez durante la campaña de riego. En este sentido, Arrazola ha indicado que hay que seguir trabajando en la modernización del regadío, en la digitalización y en definitiva en el ahorro en el uso del agua. Acerca de las reservas de agua profundizó el jefe de Explotación de la CHE, Mario Carreras , quien inició su intervención informando de que la cuenca del Ebro cuenta en estos momentos con un 15% más de agua y 1.000 hectómetros cúbicos más, en números redondos, que el promedio de un año. Se encuentra casi al 90% de llenado, ha destacado. Repasó los fenómenos meteorológicos adversos que desencadenaron incremento de caudales y que ha habido que gestionar haciendo maniobras en los embalses y ha precisado que, en general, y salvo la subcuenca del Siurana y el Asmat, todas las demás subcuencas han tenido un incremento porcentual de aportaciones respecto a un año medio, o se han situado en un año medio. En este gupo sobresalen ríos pirenaicos como el Cinca, el Ésera o el Noguera Ribagorzana, con aportaciones «muy por encima» de la media. La comisaria de Aguas, Miriam Pardos, resaltó igualmente el trabajo continuo que se realiza frente a la contaminación difusa y la directa. Destacó como muy importantes tanto los trabajos para el control de los desbordamientos en los sistemas de saneamiento en episodios de lluvia, como la aprobación en diciembre de 2024 de la nueva Directiva sobre tratamiento de aguas residuales urbanas, que supone un gran cambio en la gestión de la depuración. Entre otros aspectos, esta Directiva incide en nuevos tratamientos para conseguir eliminar, en las grandes depuradoras, contaminantes emergentes como pueden ser los microplásticos, medicamentos y sustancias empleadas en cosmética. También citó la renovación de agua que se está llevando a cabo en el embalse del Val, aprovechando la buena situación, lo que permite mejorar la calidad del agua. En cuanto a las actuaciones en los territorios dañados por las danas del 2024 y por las lluvias torrenciales este año, recordó que hay unas 90 actuaciones en un inventario, de las que una treintena se han podido acometer ya. Las otras deben esperar las autorizaciones ambientales o que el cauce sea accesible. Pardos ha hablado también de los avances en materia de riesgo de inundación, con la elaboración continua de nuevos mapas de peligrosidad. Por último, el director técnico, Ramón Lúquez , hizo un balance de las obras de las presas terminadas, de los avances en las que no se han finalizado, y de los distintos avances también en las que están en situación de puesta en carga. Sobre los embalses que están en puesta en carga o que justo ha terminado este año hidrológico, ha remarcado la importancia para los usos de La Loteta, Lechago, Cañón de Santolea y Montearagón, en Aragón, y de Enciso, en La Rioja.
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Carlos Arrazola, ha destacado que los siete primeros meses del año hidrológico están siendo «muy buenos» en cuanto a reservas, pero «laboriosos», ya que ha habido que gestionar sucesivos episodios de fenómenos meteorológicos adversos. Así lo manifestó este jueves Arrazola durante el Pleno de la Comisión de Desembalse correspondiente a la finalización y puesta en común de lo acordado en las 18 Juntas de Explotación celebradas en marzo. Entre los episodios que han surgido estos siete meses ha citado distintos episodios de lluvias intensas e incluso danas y lluvias torrenciales, que han provocado el incremento del caudal de los ríos y daños materiales en algunas partes de la cuenca. En los trabajos en cauce que se están llevando a cabo como consecuencia de las lluvias torrenciales se prevé realizar una inversión total de unos 800.000 euros. Acerca de las reservas, ha señalado que, si bien los indicadores muestran una cuenca sin sequía ni situaciones de escasez, esta máxima no se cumple en la subcuenca del río Siurana, que lleva más de 30 meses en situación de escasez. En todo caso, los trabajos que se están realizando para poder llevar agua del Ebro al embalse de Guiamets y que podrían concluir en junio revertirían esta situación. Además, el presidente del organismo regulador ha pedido no olvidar las sequías precedentes, sobre todo la de 2023, cuando por estas fechas el 85% de la cuenca del Ebro se encontraba en situación de sequía y la mitad, en distintos estadios críticos de escasez. De la misma manera, en 2024, a pesar de que la margen izquierda se había recuperado casi del todo, la margen derecha, sobre todo los ríos Guadalope y Huerva, sufrieron escasez durante la campaña de riego. En este sentido, Arrazola ha indicado que hay que seguir trabajando en la modernización del regadío, en la digitalización y en definitiva en el ahorro en el uso del agua. Acerca de las reservas de agua profundizó el jefe de Explotación de la CHE, Mario Carreras , quien inició su intervención informando de que la cuenca del Ebro cuenta en estos momentos con un 15% más de agua y 1.000 hectómetros cúbicos más, en números redondos, que el promedio de un año. Se encuentra casi al 90% de llenado, ha destacado. Repasó los fenómenos meteorológicos adversos que desencadenaron incremento de caudales y que ha habido que gestionar haciendo maniobras en los embalses y ha precisado que, en general, y salvo la subcuenca del Siurana y el Asmat, todas las demás subcuencas han tenido un incremento porcentual de aportaciones respecto a un año medio, o se han situado en un año medio. En este gupo sobresalen ríos pirenaicos como el Cinca, el Ésera o el Noguera Ribagorzana, con aportaciones «muy por encima» de la media. La comisaria de Aguas, Miriam Pardos, resaltó igualmente el trabajo continuo que se realiza frente a la contaminación difusa y la directa. Destacó como muy importantes tanto los trabajos para el control de los desbordamientos en los sistemas de saneamiento en episodios de lluvia, como la aprobación en diciembre de 2024 de la nueva Directiva sobre tratamiento de aguas residuales urbanas, que supone un gran cambio en la gestión de la depuración. Entre otros aspectos, esta Directiva incide en nuevos tratamientos para conseguir eliminar, en las grandes depuradoras, contaminantes emergentes como pueden ser los microplásticos, medicamentos y sustancias empleadas en cosmética. También citó la renovación de agua que se está llevando a cabo en el embalse del Val, aprovechando la buena situación, lo que permite mejorar la calidad del agua. En cuanto a las actuaciones en los territorios dañados por las danas del 2024 y por las lluvias torrenciales este año, recordó que hay unas 90 actuaciones en un inventario, de las que una treintena se han podido acometer ya. Las otras deben esperar las autorizaciones ambientales o que el cauce sea accesible. Pardos ha hablado también de los avances en materia de riesgo de inundación, con la elaboración continua de nuevos mapas de peligrosidad. Por último, el director técnico, Ramón Lúquez , hizo un balance de las obras de las presas terminadas, de los avances en las que no se han finalizado, y de los distintos avances también en las que están en situación de puesta en carga. Sobre los embalses que están en puesta en carga o que justo ha terminado este año hidrológico, ha remarcado la importancia para los usos de La Loteta, Lechago, Cañón de Santolea y Montearagón, en Aragón, y de Enciso, en La Rioja.
Publicaciones Relacionadas