Júbilo desatado entre los más de 40.000 feligreses en la Plaza de San Pedro
Fieles, peregrinos, periodistas, parejas de novios… y miles de historias se entrelazan con el evento que a todos allí les reúne, un cónclave especial
Miles de fieles han llenado la plaza de San Pedro del Vaticano esperando la tan deseada fumata blanca que ya anuncia la llegada del Papa número 267 de la historia de la Iglesia Católica.
Después de varias “falsas alarmas”, es decir, de varias fumatas negras, el mundo ya tiene Papa y son muchos los fieles que han seguido el proceso en directo con fe, alegría y júbilo.
Mientras esperaban, muchos de los creyentes y curiosos, tomaban el sol. Tanto curas, como monjas y otros religiosos rezaban a la espera de la decisión, algunos para amenizar el rato han aprovechado para leer un libro o revisar el móvil. Otros incluso trabajaban durante la espera con sus portátiles.
Cada vez que salía una fumata negra, la gente abandonaba masivamente, pero con tranquilidad, la plaza, para pasar el resto de horas en otras partes de la ciudad, y muchos de ellos, volvían luego, emocionados por conocer la identidad del nuevo líder del catolicismo.
Cientos de historias
Fieles, peregrinos, periodistas, parejas de novios… y miles de historias se entrelazan con el evento que a todos allí les reúne, un cónclave especial, un cónclave que definirá si se sigue la senda de cambio en la Iglesia que comenzó Francisco.
El miércoles, como hace 12 años, un monje, ataviado solo con sandalias y una vieja túnica, ha aparecido en la plaza llamando la atención por sus atuendos. Lo único que hace es quedarse en silencio, rezando, de rodillas. Con la apariencia de un sintecho, se queda rezando hasta que haya Papa y luego, cuando lo hay, se va. Caminando, con un bastón, al igual que como llegó.
El humilde monje que, al igual que en el anterior cónclave aduce a rezar a la Plaza de San Pedro
En un mundo en el que predomina la tecnología, la IA y la digitalización; la plaza de San Pedro se ha llenado estos días de personas que miraban en una sola dirección, hacia la antigua chimenea de la capilla Sixtina, esperando una señal de humo en un tejado en la que durante horas, dos gaviotas parecían hacer guardia, también a la espera, de la confirmación humeante de la llegada al mundo de un nuevo Santo Padre.
El trasiego es constante, las personas se sientan en corrillo, y minutos antes esperan a ver de qué color es el humo. La espera es cansada, algunos llevan incluso un taburete telescópico.
Personas de todas las razas y condiciones esperan la noticia, es normal ver a gente que contiene las lágrimas, a monjas emocionadas y a padres que cogen a hombros a sus hijos minutos antes a ver de qué color es el humo. Solo durante la primera fumata, el miércoles a última hora de la tarde, había en la plaza más de 30.000 personas, según la policía, y unas 50.000, según medios vaticanos, se congregaron con la esperanza de conocer al sucesor de Francisco.
Incluso una mujer ha acudido con su perro disfrazado de Papa y los periodistas se han agolpado alrededor del animal y su dueña para fotografiarla
Un perrito disfrazado de Papa | EFE
“En cuanto llegas al Vaticano, la emoción se siente distinta, porque estás rodeada de gente que está viviendo la misma experiencia que tú”, “Sólo esperamos una persona que sea igual de cercana y buena con los enfermos y pobres como Francisco”, declararon un grupo de mujeres a los medios.
Mucha seguridad
Las vistas más privilegiadas a la pequeña chimenea que sobresale de la capilla Sixtina las han tenido los más rápidos, los que han ocupado las primeras filas frente a la basílica, que han accedido a este privilegiado lugar pasando por controles de seguridad.
El dispositivo de seguridad ha estado basado en el del funeral de Francisco. El ayuntamiento de la ciudad de Roma anunció que el plan iba a prever que las concentraciones y las aglomeraciones se dieran con normalidad.
El Ayuntamiento de Roma anunció un plan de seguridad adaptable según los niveles de aglomeración y los momentos claves del proceso, que se ajustará según la evolución del cónclave.
En el despliegue participarán las fuerzas de seguridad del Vaticano y la Gendarmería vaticana, junto a la Policía local de Roma y otros cuerpos de seguridad italianos, así como los equipos de Protección Civil y de emergencia sanitaria.
Las jornadas han transcurrido sin disturbios prácticamente, sin contar con la detención inmediata de un español y dos suizos detenido en plena plaza de San Pedro, tras desplegar una pancarta que anunciaba la llegada de Mahdi, una figura apocaliptica del Islam, que, según esta religión reinará la tierra durante los años previos al fin del mundo.