Impulsos, contradicciones y rectificaciones: las claves de la vuelta de Trump a la Casa Blanca

Declarar la guerra comercial sobre el mundo no es una decisión nacida de impulsividad o de locura; es un proceso meticuloso que trae consigo serias consecuencias económicas y, posteriormente, sociales. Sin embargo, parece que el presidente estadounidense, Donald Trump, se ha tirado de cabeza en este mandato, pero no necesariamente significa que lo ha hecho sin plan. Notorio por su personaje, el presidente de una de las principales potencias del mundo lleva a cabo su rol como mandatario de forma a veces errática en comparación con lo que la sociedad está acostumbrada. Sin embargo, también se puede percibir un diálogo subyacente, escondido detrás de grandes espectáculos políticos, en el que Trump explica realmente lo que busca conseguir con aranceles: revivir la industria estadounidense y recuperar el viejo estatus del superpoder. China es la gran amenaza de Estados Unidos y es la razón detrás de muchas de sus decisiones geopolíticas actuales. Pese a que el país mantiene su posición como superpotencia económica, el PIB de China está creciendo anualmente casi el doble –Estados Unidos creció un 2,9% en 2023 mientras que China un 5,2% según datos de World Bank–. Además, Estados Unidos el segundo mayor país comercial después de China, pero su porcentaje de exportación de bienes ha crecido poco en los últimos años y está marcadamente por detrás de China. Esto puede explicar, en parte, los aranceles del 145% sobre productos chinos y la escalada agresiva que se ha visto la última semana entre ambas potencias. Sin embargo, también se ha dicho en múltiples ocasiones desde el inicio de su mandato a mediados de enero que Trump lleva a cabo su política como hace negocios: arranca con una oferta ridícula para así ofrecer posteriormente su objetivo real. Esto, en teoría, maneja las expectativas, pero está teniendo impactos severos en las bolsas mundiales y causando incertidumbre. No obstante, esta estrategia se puede percibir en sus anuncios arancelarios, donde los utiliza como una herramienta de negociación; la propia Casa Blanca ha confirmado que la guerra arancelaria busca iniciar negociaciones. En la red social del presidente estadounidense, Truth Social, también ha reflejado esta intención: "Basado en el hecho de que más de 75 países han llamado a representantes de Estados Unidos, incluidos los del Departamento de Comercio, Tesorería y la Oficial del representante Comercial, para negociar una solución a los temas que se están discutiendo en relación con el comercio, barreras al comercio, aranceles, manipulación de divisas y aranceles no monetarios, y que estos países no han, de acuerdo con mis sugerencias, tomado represalias de ninguna forma en contra de Estados Unidos, he autorizado una PAUSA de 90 días". Una de las hipótesis que se puede extraer de esta medida, tomando en cuenta que ha establecido un arancel estandarizado del 10%, es que su objetivo real haya sido aumentar los aranceles del 10% al mundo para fomentar la industria estadounidense, pero de forma que se acepte más fácilmente si se percibe como una desescalada en vez de un aumento. Entre los anuncios aparentemente...

Abr 20, 2025 - 10:19
 0
Impulsos, contradicciones y rectificaciones: las claves de la vuelta de Trump a la Casa Blanca
Declarar la guerra comercial sobre el mundo no es una decisión nacida de impulsividad o de locura; es un proceso meticuloso que trae consigo serias consecuencias económicas y, posteriormente, sociales. Sin embargo, parece que el presidente estadounidense, Donald Trump, se ha tirado de cabeza en este mandato, pero no necesariamente significa que lo ha hecho sin plan. Notorio por su personaje, el presidente de una de las principales potencias del mundo lleva a cabo su rol como mandatario de forma a veces errática en comparación con lo que la sociedad está acostumbrada. Sin embargo, también se puede percibir un diálogo subyacente, escondido detrás de grandes espectáculos políticos, en el que Trump explica realmente lo que busca conseguir con aranceles: revivir la industria estadounidense y recuperar el viejo estatus del superpoder. China es la gran amenaza de Estados Unidos y es la razón detrás de muchas de sus decisiones geopolíticas actuales. Pese a que el país mantiene su posición como superpotencia económica, el PIB de China está creciendo anualmente casi el doble –Estados Unidos creció un 2,9% en 2023 mientras que China un 5,2% según datos de World Bank–. Además, Estados Unidos el segundo mayor país comercial después de China, pero su porcentaje de exportación de bienes ha crecido poco en los últimos años y está marcadamente por detrás de China. Esto puede explicar, en parte, los aranceles del 145% sobre productos chinos y la escalada agresiva que se ha visto la última semana entre ambas potencias. Sin embargo, también se ha dicho en múltiples ocasiones desde el inicio de su mandato a mediados de enero que Trump lleva a cabo su política como hace negocios: arranca con una oferta ridícula para así ofrecer posteriormente su objetivo real. Esto, en teoría, maneja las expectativas, pero está teniendo impactos severos en las bolsas mundiales y causando incertidumbre. No obstante, esta estrategia se puede percibir en sus anuncios arancelarios, donde los utiliza como una herramienta de negociación; la propia Casa Blanca ha confirmado que la guerra arancelaria busca iniciar negociaciones. En la red social del presidente estadounidense, Truth Social, también ha reflejado esta intención: "Basado en el hecho de que más de 75 países han llamado a representantes de Estados Unidos, incluidos los del Departamento de Comercio, Tesorería y la Oficial del representante Comercial, para negociar una solución a los temas que se están discutiendo en relación con el comercio, barreras al comercio, aranceles, manipulación de divisas y aranceles no monetarios, y que estos países no han, de acuerdo con mis sugerencias, tomado represalias de ninguna forma en contra de Estados Unidos, he autorizado una PAUSA de 90 días". Una de las hipótesis que se puede extraer de esta medida, tomando en cuenta que ha establecido un arancel estandarizado del 10%, es que su objetivo real haya sido aumentar los aranceles del 10% al mundo para fomentar la industria estadounidense, pero de forma que se acepte más fácilmente si se percibe como una desescalada en vez de un aumento. Entre los anuncios aparentemente...