Hay muchas formas de llevar Internet a los cuartos sin usar un cable Ethernet. Y las mejores quizás ya las tienes en casa
A la hora de poder tener conexión a Internet en todas las habitaciones de la casa, lo ideal sería poder contar con una instalación de cables de red Ethernet ya hecha en toda la vivienda. Es algo que puede ser relativamente común en nuevas construcciones, pero que no lo es ni de lejos en las casas antiguas, puesto que esta tecnología era una desconocida en el momento de su diseño. Y aunque es cierto que podemos meternos en obras y hacer rozas para cablear toda la casa, también que puede ser más sencillo, rápido y económico aprovechar otras opciones disponibles actualmente en el mercado. ¿Cuáles son las más interesantes? Índice de Contenidos (5) Aprovechando los cables eléctricos de la vivienda La opción de futuro: usar fibra óptica de plástico Usar los cables coaxiales de antena de TV Extensores de la señal WiFi Montar una red WiFi Mesh En Xataka Smart Home Quiero mejorar la conexión dentro de casa sin usar WiFi, PLC ni cable Ethernet: así puedes hacerlo gracias a la fibra óptica de plástico Aprovechando los cables eléctricos de la vivienda Imagen: Xataka Una de las opciones más interesantes son los adaptadores PLC o Power Line Communications, unos curiosos dispositivos que como hemos visto en otras ocasiones están pensados para usar la red eléctrica de casa, los cables que todos tenemos detrás de las paredes, como medio para enviar los datos de una habitación a otra y que pueden dar unos muy buenos rendimientos, aunque con matices que es necesario conocer. Hasta hace unos años todos los adaptadores PLC que había en el mercado doméstico apostaban por el estándar HomePlugAV en alguna de sus versiones, lo que hacía que los equipos, fueran de la marca que fueran, pudieran comunicarse entre sí. De este modo, podíamos comprar un adaptador hoy y años después otro de otra marca y funcionarían a la perfección. Ahora esto ha cambiado con la llegada del nuevo estándar Powerline G.hn. Se trata de una norma técnica desarrollada por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) más rápido que el tradicional HomePlugAV, pero también es incompatible con él. Por ello, al ir a la tienda tendremos que fijarnos con qué estándar son compatibles los equipos que vamos a comprar, sobre todo en el caso de que queramos ampliar en un futuro o si estamos pensando en aprovechar otros adaptadores viejos que ya tengamos en casa. En la actualidad hay modelos sencillos que parten de unos 500 Mbps y otros que pueden llegar a los 2.400 Mbps. Pero son velocidades teóricas y que por mi experiencia se suelen quedar luego en el 40-50% dependiendo de las condiciones de nuestra instalación eléctrica. Además conviene considerar el puerto Ethernet que montan estos aparatos. La mayoría de modelos de gamas medias-bajas suelen tener puertos Ethernet a 100 Mbps, con rendimientos reales que no pasan de unos 90 Mbps, lo que, por mucha velocidad de sincronización que prometan de 500 o 1000 Mbps es un claro cuello de botella. Si en casa tenemos contratada una conexión de cable o fibra que supere estos 100 Mbps nos convendrá hacernos con un adaptador que cuente con uno o varios puertos Gigabit, esto es a 1.000 Mbps. Con ello nos aseguraremos de evitar estos cuellos de botella y los equipos podrán funcionar a pleno rendimiento. La opción de futuro: usar fibra óptica de plástico Como vimos a fondo en este artículo, una opción cada vez más interesante es la fibra óptica de plástico o POF. Al igual que otras tecnologías de fibra óptica, la idea es utilizar luz en lugar de electricidad para transportar la información, basando su eficacia y características físicas en el material de polímero con el que está construida, siendo muy flexible, delgada y económica. La fibra óptica plástica permite aprovechar los tubos corrugados de la corriente eléctrica o la red de antiguos cables telefónicos que ya tengamos en casa, y de esta forma simplificar la instalación. Es un cable extremadamente delgado, lo que hace que se pueda usar sin problema en instalaciones donde los tubos de los cables eléctricos son antiguos y presentan ángulos cerrados (tiene radio de curvatura de hasta 20 milímetros). No tiene pérdidas de transmisión para instalaciones de unas decenas de metros y tampoco le afectan las interferencias electromagnéticas de los cables eléctricos, por lo que nos permite aprovechar todo el ancho de banda que tenemos contratado con independencia del punto de la casa en el que efectuemos la conexión. Por todo ello, la fibra óptica de plástico permite actualmente montar en casa una red local Gigabit Ethernet usando entre cada punto de la conexión

A la hora de poder tener conexión a Internet en todas las habitaciones de la casa, lo ideal sería poder contar con una instalación de cables de red Ethernet ya hecha en toda la vivienda. Es algo que puede ser relativamente común en nuevas construcciones, pero que no lo es ni de lejos en las casas antiguas, puesto que esta tecnología era una desconocida en el momento de su diseño.
Y aunque es cierto que podemos meternos en obras y hacer rozas para cablear toda la casa, también que puede ser más sencillo, rápido y económico aprovechar otras opciones disponibles actualmente en el mercado. ¿Cuáles son las más interesantes?
Índice de Contenidos (5)
Aprovechando los cables eléctricos de la vivienda

Una de las opciones más interesantes son los adaptadores PLC o Power Line Communications, unos curiosos dispositivos que como hemos visto en otras ocasiones están pensados para usar la red eléctrica de casa, los cables que todos tenemos detrás de las paredes, como medio para enviar los datos de una habitación a otra y que pueden dar unos muy buenos rendimientos, aunque con matices que es necesario conocer.
Hasta hace unos años todos los adaptadores PLC que había en el mercado doméstico apostaban por el estándar HomePlugAV en alguna de sus versiones, lo que hacía que los equipos, fueran de la marca que fueran, pudieran comunicarse entre sí. De este modo, podíamos comprar un adaptador hoy y años después otro de otra marca y funcionarían a la perfección.
Ahora esto ha cambiado con la llegada del nuevo estándar Powerline G.hn. Se trata de una norma técnica desarrollada por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) más rápido que el tradicional HomePlugAV, pero también es incompatible con él. Por ello, al ir a la tienda tendremos que fijarnos con qué estándar son compatibles los equipos que vamos a comprar, sobre todo en el caso de que queramos ampliar en un futuro o si estamos pensando en aprovechar otros adaptadores viejos que ya tengamos en casa.
En la actualidad hay modelos sencillos que parten de unos 500 Mbps y otros que pueden llegar a los 2.400 Mbps. Pero son velocidades teóricas y que por mi experiencia se suelen quedar luego en el 40-50% dependiendo de las condiciones de nuestra instalación eléctrica.
Además conviene considerar el puerto Ethernet que montan estos aparatos. La mayoría de modelos de gamas medias-bajas suelen tener puertos Ethernet a 100 Mbps, con rendimientos reales que no pasan de unos 90 Mbps, lo que, por mucha velocidad de sincronización que prometan de 500 o 1000 Mbps es un claro cuello de botella.
Si en casa tenemos contratada una conexión de cable o fibra que supere estos 100 Mbps nos convendrá hacernos con un adaptador que cuente con uno o varios puertos Gigabit, esto es a 1.000 Mbps. Con ello nos aseguraremos de evitar estos cuellos de botella y los equipos podrán funcionar a pleno rendimiento.
La opción de futuro: usar fibra óptica de plástico
Como vimos a fondo en este artículo, una opción cada vez más interesante es la fibra óptica de plástico o POF. Al igual que otras tecnologías de fibra óptica, la idea es utilizar luz en lugar de electricidad para transportar la información, basando su eficacia y características físicas en el material de polímero con el que está construida, siendo muy flexible, delgada y económica.
La fibra óptica plástica permite aprovechar los tubos corrugados de la corriente eléctrica o la red de antiguos cables telefónicos que ya tengamos en casa, y de esta forma simplificar la instalación. Es un cable extremadamente delgado, lo que hace que se pueda usar sin problema en instalaciones donde los tubos de los cables eléctricos son antiguos y presentan ángulos cerrados (tiene radio de curvatura de hasta 20 milímetros).

No tiene pérdidas de transmisión para instalaciones de unas decenas de metros y tampoco le afectan las interferencias electromagnéticas de los cables eléctricos, por lo que nos permite aprovechar todo el ancho de banda que tenemos contratado con independencia del punto de la casa en el que efectuemos la conexión.
Por todo ello, la fibra óptica de plástico permite actualmente montar en casa una red local Gigabit Ethernet usando entre cada punto de la conexión cable óptico en lugar de eléctrico, sin obras, sin perdidas, sin radiaciones, sin interferencias y sin cables vistos.
El principal problema que presenta es que los equipos necesarios para que todo funcione correctamente son relativamente caros con precios actualmente de más de 200 euros. Y hay que tener unas mínimas habilidades en bricolaje para instalarla, aunque están surgiendo alternativas como la propuesta de Movistar con fibra plástica que se adhiere a las paredes y rodapiés y que es instalada por la propia operadora.
Usar los cables coaxiales de antena de TV

Otra opción interesante pasa por aprovechar las instalaciones ya existentes de cables coaxiales usados habitualmente para llevar la señal de TV, que contarán con sus propios conductos y rozas ya hechos en la vivienda.
La idea no es pasar otro cable de red por dichos conductos, sino transformar el cable de antena que ya tenemos en una conexión de red. Para ello podemos usar los conocidos como adaptadores coaxiales-Ethernet, que son como una especie de extensor Ethernet punto a punto que llega a diferentes habitaciones.
Son equipos pequeños que podemos colocar en casi cualquier parte, incluso colgados de la pared, y prácticamente no ofrecen opciones de configuración o gestión. Simplemente se conectan, enchufan y listo. En general, los adaptadores cuentan con una o varias tomas para cable coaxial a la que deberemos conectar las terminaciones de las tomas de la pared que ya tengamos en casa, y también tienen una entrada Ethernet que deberá ir al router o al equipo que queramos conectar (por ejemplo un PC o un televisor), así como una toma de alimentación que conectaremos a un enchufe.
Su principal ventaja es la sencillez de instalación y uso. Únicamente hay que sacarlos de la caja, conectarlos en las habitaciones donde queramos llevar la red Ethernet y ya está, poco más hay que hacer. Además, los modelos más modernos y potentes cuentan con una gran velocidad de transmisión de datos de hasta 2,5 Gbps, por lo que podemos usarlos para cualquier actividad que nos propongamos realizar en red.
¿Su principal inconveniente? Pues que no todas las viviendas están preparadas para que funcionen correctamente, ya que necesitamos un cableado directo, punto a punto, entre los dos extremos de la red que vamos a crear. Si hay divisores de señal, amplificadores y similares, algo muy típico para llevar la señal de TV a distintas zonas de la casa, puede que el rendimiento descienda considerablemente o que directamente no podamos establecer la red Ethernet.
Extensores de la señal WiFi

Si lo que queremos es ampliar la cobertura de una red WiFi por toda la casa la forma más sencilla, rápida y económica de hacerlo es un extensor o amplificador de la señal WiFi. Se trata de equipos en general de pequeño tamaño que podemos conectar directamente a un enchufe y son capaces de amplificar la señal de una red WiFi ya existente.
Lo que hacen es básicamente detectar la señal de la red WiFi que ya tengas en tu casa y la amplifican para que llegue más lejos, ampliando así el radio de cobertura. La red resultante tendrá habitualmente el mismo nombre o identificador que la original y se copiará la contraseña de forma automática, sirviendo el extensor como una especie de puente bidireccional entre la red antigua y la nueva generada por él mismo.
Su principal inconveniente es que estos dispositivos para empezar no suelen contar con las últimas prestaciones del mercado o si lo hacen ya no son tan económicos. Además, no saben analizar el estado general de las redes inalámbricas de casa y si queremos un área de cobertura muy amplia deberemos recurrir a instalar varios de estos equipos que quizá no se lleven muy bien entre sí reduciendo la velocidad máxima ofrecida.
Montar una red WiFi Mesh
Como solución a los problemas típicos de los extensores WiFi tenemos los denominados sistemas WiFi Mesh o en malla. Se trata de equipos con diseños más complejos y que nos ofrecerán las mejores prestaciones posibles hoy en día, con múltiples nodos capaces de comunicarse entre sí para establecer los parámetros de la red más adecuados en cada momento.
Constan básicamente de un nodo principal que puede o no funcionar como router y que deberemos conectar por cable Ethernet al router de la operadora. Este nodo principal se comunicará de forma inalámbrica o por cable con el resto de nodos satélite que vengan en el paquete, creando una red WiFi uniforme entre todos ellos con los mismos parámetros y contraseñas.
La ventaja es que los nodos pueden comunicarse entre sí para señalar el estado de la red, si hay interferencias en alguno de ellos, si existe saturación porque tenemos muchos dispositivos conectados, etc. Con esta información se redirige el tráfico a los nodos menos saturados y se mejora el rendimiento general de la red.
¿El principal inconveniente? Pues es claramente el precio. Los sistemas de redes WiFi Mesh son mucho más caros que los simples extensores, como poco duplicando o triplicando el importe a pagar si queremos hacernos con un conjunto de dos o tres nodos.
Imagen portada | 2H Media
En Xataka Smart Home | Sin cables Ethernet ni PLC: Movistar ahora lleva la fibra óptica hasta todas las habitaciones de la casa con el nuevo servicio Fibra FTTR
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Hay muchas formas de llevar Internet a los cuartos sin usar un cable Ethernet. Y las mejores quizás ya las tienes en casa
fue publicada originalmente en
Xataka Smart Home
por
Paco Rodríguez
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