Guerra total en el Banco de Sangre de Aragón: la gerente del PP subleva a asociaciones de donantes y empleados
"Esto no es una fábrica de tornillos o tuercas", critican trabajadores, mientras que desde la Federación de Donantes de Sangre de Zaragoza lamentan el "maltrato" al que les somete Rosa Plantagenet-WhiteDesde el Ejecutivo autonómico aseguran que solo intentan "velar por el cumplimiento de la ley"La oposición reclama “claridad total” a la gerente del Banco de Sangre de Aragón y el PSOE apunta ahora a las contrataciones La gestión del Banco de Sangre de Aragón no deja de causar sobresaltos. Las asociaciones de donantes, encargadas de recoger buena parte de la materia prima –crítica en materia de salud pública–, y empleados del organismo critican abiertamente la gestión de la actual gerente, la exsecretaria general del PP Rosa Plantagenet-White. A esto se suman las polémicas contrataciones, tanto de personal como de material, llevadas a cabo en los últimos meses. Y, como trasfondo, un informe de la Cámara de Cuentas que apunta a posibles irregularidades en la forma de gestionar tradicionalmente esta entidad pública. “Hay un ambiente de miedo y de desilusión. Se están cargando la ilusión de una entidad con veinte años de trayectoria, por la que han pasado gerentes del PP y del PSOE. La están politizando para sus réditos políticos”, lamenta un destacado empleado que lleva muchos años en esta entidad y que prefiere guardar el anonimato. Precisamente este miércoles la Plantagenet-White puso en el foco a parte de la plantilla en su comparecencia en las Cortes de Aragón. Quien habla sin ambages es la presidenta de la Hermandad de Donantes de Sangre de Zaragoza. Maricarmen González, que a finales de año recibió un premio del Gobierno de Aragón a la Persona Mayor del Año a la Trayectoria Personal, expresa el “malestar” que existe en su asociación con la labor de Plantagenet-White al frente del Banco de Sangre: “Por la manera de actuar, parece que quieran acabar con las hermandades, que llevan 60 años activas. Si es así, que lo digan abiertamente”, manifiesta. La principal controversia parte de un informe de la Cámara de Cuentas de Aragón que pone en duda el procedimiento empleado y la ejecución de las subvenciones que reciben las seis asociaciones de donantes que hay en Aragón, repartidas por el territorio, con un monto total de 254.000 euros al año. En cuanto a la de Zaragoza, la de mayor tamaño, el grueso de los gastos que según el organismo fiscalizador no son subvenciones se derivan, según explican desde la Federación zaragozana, de las características del propio convenio que suscriben con el Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón. El último de ellos, por cierto, el pasado mes de enero, cuando en el Ejecutivo autonómico ya se conocía el contenido sustancial del informe de la Cámara de Cuentas. González deja claro que en su asociación cumplen con “todas las directrices” que les marca el Banco de Sangre. “Pero -añade- en el convenio consta que no podemos adquirir bienes de naturaleza inventariable que tengan el carácter de amortizables y que precisen de mantenimiento en varios ejercicios. ¿Qué solución nos queda para comprar un simple ordenador? El renting”, pone como ejemplo. “Tampoco podemos subvencionar las posibles indemnizaciones el personal contratado por la entidad. Hay tres empleadas y nuestros únicos ingresos son esta subvención. ¿Qué haremos si hay un despido?”, se pregunta también. Según la Cámara de Cuentas, la mayor parte de las discrepancias que expone tienen que ver con los renting (vehículo, centralita, ordenadores e impresoras por un total de 12.027 €) y con los gastos por inversiones en inmuebles arrendados (12.033 €); en ambos casos, derivados del mencionado convenio recientemente renovado. La gerente del Banco de Sangre, con la presidenta de la Hermandad de Donantes de Sangre de Zaragoza, Maricarmen González, cuando esta fue premiada el pasado mes de diciembre. Unos problemas, destaca la presidenta de la Herma

"Esto no es una fábrica de tornillos o tuercas", critican trabajadores, mientras que desde la Federación de Donantes de Sangre de Zaragoza lamentan el "maltrato" al que les somete Rosa Plantagenet-White
Desde el Ejecutivo autonómico aseguran que solo intentan "velar por el cumplimiento de la ley"
La oposición reclama “claridad total” a la gerente del Banco de Sangre de Aragón y el PSOE apunta ahora a las contrataciones
La gestión del Banco de Sangre de Aragón no deja de causar sobresaltos. Las asociaciones de donantes, encargadas de recoger buena parte de la materia prima –crítica en materia de salud pública–, y empleados del organismo critican abiertamente la gestión de la actual gerente, la exsecretaria general del PP Rosa Plantagenet-White. A esto se suman las polémicas contrataciones, tanto de personal como de material, llevadas a cabo en los últimos meses. Y, como trasfondo, un informe de la Cámara de Cuentas que apunta a posibles irregularidades en la forma de gestionar tradicionalmente esta entidad pública.
“Hay un ambiente de miedo y de desilusión. Se están cargando la ilusión de una entidad con veinte años de trayectoria, por la que han pasado gerentes del PP y del PSOE. La están politizando para sus réditos políticos”, lamenta un destacado empleado que lleva muchos años en esta entidad y que prefiere guardar el anonimato. Precisamente este miércoles la Plantagenet-White puso en el foco a parte de la plantilla en su comparecencia en las Cortes de Aragón.
Quien habla sin ambages es la presidenta de la Hermandad de Donantes de Sangre de Zaragoza. Maricarmen González, que a finales de año recibió un premio del Gobierno de Aragón a la Persona Mayor del Año a la Trayectoria Personal, expresa el “malestar” que existe en su asociación con la labor de Plantagenet-White al frente del Banco de Sangre: “Por la manera de actuar, parece que quieran acabar con las hermandades, que llevan 60 años activas. Si es así, que lo digan abiertamente”, manifiesta.
La principal controversia parte de un informe de la Cámara de Cuentas de Aragón que pone en duda el procedimiento empleado y la ejecución de las subvenciones que reciben las seis asociaciones de donantes que hay en Aragón, repartidas por el territorio, con un monto total de 254.000 euros al año. En cuanto a la de Zaragoza, la de mayor tamaño, el grueso de los gastos que según el organismo fiscalizador no son subvenciones se derivan, según explican desde la Federación zaragozana, de las características del propio convenio que suscriben con el Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón. El último de ellos, por cierto, el pasado mes de enero, cuando en el Ejecutivo autonómico ya se conocía el contenido sustancial del informe de la Cámara de Cuentas.
González deja claro que en su asociación cumplen con “todas las directrices” que les marca el Banco de Sangre. “Pero -añade- en el convenio consta que no podemos adquirir bienes de naturaleza inventariable que tengan el carácter de amortizables y que precisen de mantenimiento en varios ejercicios. ¿Qué solución nos queda para comprar un simple ordenador? El renting”, pone como ejemplo. “Tampoco podemos subvencionar las posibles indemnizaciones el personal contratado por la entidad. Hay tres empleadas y nuestros únicos ingresos son esta subvención. ¿Qué haremos si hay un despido?”, se pregunta también.
Según la Cámara de Cuentas, la mayor parte de las discrepancias que expone tienen que ver con los renting (vehículo, centralita, ordenadores e impresoras por un total de 12.027 €) y con los gastos por inversiones en inmuebles arrendados (12.033 €); en ambos casos, derivados del mencionado convenio recientemente renovado.
Unos problemas, destaca la presidenta de la Hermandad de Donantes de Sangre de Zaragoza, que no se traducen en falta de sangre: “En Sanidad tienen siempre disponible un stock de 3.000 bolsas. Desde que está esta gerencia, no han tenido que ir a buscar sangre a ninguna otra comunidad, gracias al buen trabajo que se hace desde las hermandades”, incide González, quien se queja: “No hay derecho a que se nos esté difamando así, cuando hemos ido con un altruismo impecable, poniendo incluso dinero de nuestro bolsillo”.
Pero tienen un dilema aún mayor: la sede de la asociación. La aparición de una sima les obligó a cambiar de local y se trasladaron al que ocupan en la actualidad, en la margen izquierda. Ante la falta de disponibilidad de ingresos para reformarlo, arrancaron al consejero autonómico de Sanidad, José Luis Bancalero, el compromiso de ayuda por parte del Ejecutivo autonómico. Sin embargo, meses después Sanidad sigue sin hacer realidad este compromiso. “La propia gerente nos dijo que buscáramos otro local y encontramos este. Ella lo vio y autorizó las obras, creímos que de buena fe. Más tarde, el propio consejero dijo que nos ayudaría, pero ha sido un año y medio de mentiras. Hemos tenido que pedir una línea de crédito para pagar 43.000 euros por la reforma, es un quebranto”, valora.
Fuentes del Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón aseguran que “no se plantea” una gestión alternativa para las donaciones e inciden en la “importante” labor que desarrollan estas las hermandades. Pero sitúan en un capítulo aparte el “control económico y jurídico” que debe mantener el Ejecutivo autonómico para alinearlo con las tesis de la Cámara de Cuentas: “Se trabaja para que todos los convenios, subvenciones, acuerdos y demás procedimientos se adapten a los requisitos” que impone el órgano fiscalizador. Las mismas fuentes instan a “reuniones” con todas las asociaciones para “ver la forma más adecuada de proceder”.
Y, junto a este, a la gerente del Banco de Sangre se le abre un nuevo frente: el malestar en la plantilla, tanto entre los cargos más básicos como entre los altos.
En este apartado, la principal objeción que figura en el informe de la Cámara de Cuentas tiene que ver con las percepciones de algunos empleados, que sitúa por encima de la media de los trabajadores del Servicio Aragonés de Salud, principalmente debido a los complementos aplicados. Entre otros aspectos que destaca el órgano fiscalizador figura la falta de un sistema de fichaje y o que todos los trabajadores cobren un complemento por productividad.
Sin embargo, trabajadores consultados lamentan que el “mal ambiente” que hay en la actualidad en el Banco de Sangre no parte del informe de la Cámara de Cuentas, sino que viene de antes. “La actual gerente ha creado inestabilidad, incertidumbre y desconfianza”, lamenta una empleada, quien habla de “falta de ilusión y motivación” en la plantilla, algo que cree que está “generalizado” entre todos los trabajadores: “Desde que llegó dijo que llevábamos 20 años haciéndolo mal administrativamente”, apunta, sin querer revelar su identidad para que no haya represalias.
“Un trabajo muy vocacional”
“Esto no es una fábrica de tornillos o tuercas, hablamos de una cuestión de salud pública. Sin sangre, el sistema sanitario se para. Es un centro sanitario estratégico”, destaca otro empleado, que sí pone el acento en el recorte de nóminas: “Nos ha escogido como chivo expiatorio para ponerse medallas”, incide. “Este es un trabajo muy vocacional, que llena mucho. Cuando operan a un familiar o a un amigo y ves la bolsa de sangre colgando en la cama te sientes muy orgulloso. Pero está consiguiendo que cambie eso”, lamenta.
Un tercer empleado, que lleva desde el principio en el Banco de Sangre, pone también el acento en “el miedo y la desilusión”: “Se están cargando la ilusión de una entidad con 20 años de trayectoria, por la que han pasado gerentes del PP y del PSOE. Lo están politizando para sus réditos políticos”, señala.
Desde el Gobierno de Aragón, sin embargo, destacan que al llegar al Ejecutivo, en el verano de 2023, se encontraron una “primera irregularidad”, una “relación de puestos de trabajo” recién aprobada y “la integración del personal laboral a estatutario” sin procedimientos que garantizasen “los principios de igualdad, mérito y capacidad”. Entonces se trabajó para regularizar la situación, labor que concluyó el pasado mes de diciembre. “Consideramos que este proceso de reversión ha podido ocasionar algún malestar, ya que lo que se pretendía no se ajustaba a la norma, pero el nuevo equipo veló por el cumplimiento de la ley”, argumentan fuentes del Ejecutivo autonómico.
Frente a esto, los empleados denuncian lo sucedido con los dos únicos fichajes de la nueva gerente, ex secretaria general del PP y que ya tiene a sus espaldas otras polémicas por contrataciones en organismos que dirigió previamente. Ayer miércoles, también el grupo socialista en las Cortes de Aragón apuntó hacia estas contrataciones.
En concreto, son dos los fichajes hacia los que han dirigido su mira los socialistas. El primero de ellos fue el de una jefa del área de Asuntos Jurídicos (A1 nivel 26). El puesto laboral ha sido asumido por Ana Matilde Martínez, exdiputada autonómica del PP y que todavía figura como responsable de Justicia e Interior en el PP de Zaragoza. Fuentes de Sanidad aseguran que para contratarla se echó mano de la “bolsa de Función Pública”. “Los sindicatos fueron informados y optó al puesto la persona que cumplía requisitos”, añaden estas fuentes.
El segundo es el de una técnico superior de Logística (A1 nivel 23). Frente a los meses –incluso más de un año– en que tardan en resolverse las convocatorias de empleo en el Banco de Sangre de Aragón, su caso fue distinto: la plaza se convocó el 25 de abril de 2024 y veinte días más tarde, el 15 de mayo, se emplazó a la única solicitante para una entrevista ocho días más tarde. El 31 de mayo –prácticamente un mes después de la convocatoria– la gerente del Banco de Sangre firmó su incorporación. La información es pública y se puede consultar en la propia página de la institución.
Esta persona del área de Logística es quien suscribió, en su condición de vocal de la mesa de contratación, el informe técnico con el que se avaló la adjudicación a la empresa en la que trabaja la hija de Rosa Plantagenet-White del polémico contrato para el carrozado de una unidad móvil de donación de plasma, y que ha motivado por parte de los socialistas la petición de comparecencia en la comisión de Sanidad de la gerente del Banco de Sangre.
La duración del contrato de esta técnico de Logística, según consta en la resolución de la gerente, era temporal de seis meses, pero ha sido renovado.