Ghosting Laboral: Los Gen Z no solo ghostean a sus ex, también al trabajo y estas son las razones

¿Habías escuchado del ghosting laboral? Sabemos que el ghosting es una de las prácticas más intensas (y feas) que podrían hacerle a cualquiera, pero, ¿sabías que los Gen Z también lo aplican en el trabajo?

Alguien desaparece sin decir nada, corta comunicación sin explicación y te borra de todos lados, ¿te suena familiar? Ahora piensa en eso, pero en una situación laboral, porque si, aunque suene loco, cada vez es más común que esto suceda.

En esta era donde la inmediatez, el cansancio mental y la sobreexposición a ofertas laborales están a la mano, cada vez más personas optan por desaparecer sin avisar, sin justificar, sin nada. Ya no hablamos de no contestarle al ligue que conociste por Tinder, sino de no presentarte a una entrevista, de firmar un contrato y aún así no ir el primer día.

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Y aunque podríamos pensar que solo los más jóvenes lo hacen, la realidad es que todas las generaciones tienen algo de culpa. El ghosting laboral está tan presente como los memes de “renuncio si me ganara la lotería”, solo que en este caso ni se renuncia, simplemente se esfuman. Pero, ¿por qué está pasando esto?

¿Qué es el ghosting laboral?

En pocas palabras, el ghosting laboral es cuando alguien que estaba en un proceso de reclutamiento (o incluso que ya consiguió un empleo) decide cortar todo tipo de comunicación con la empresa… sin previo aviso.

Desaparecen, no contestan mensajes, llamadas ni correos, y simplemente no aparecen el día que deberían empezar, es como si de repente simplemente se hubieran esfumado.

Pero no estamos hablando de casos aislados, según una investigación reciente que encuestó a 1,500 empresas y 1,500 trabajadores en el Reino Unido, esto se está convirtiendo en una tendencia generacional… y mucho más común de lo que imaginamos.

En ese estudio, el 75% de los trabajadores dijeron que en el último año han ignorado al menos una oportunidad de trabajo. O sea, sí vieron el mensaje… pero lo dejaron en visto.

El 93% de las personas dijeron que faltaron a una entrevista después de haberla agendado y lo más impactante fue que el 87% de los que firmaron contrato y aseguraron el trabajo, ni siquiera fueron el primer día, literal: ya tenían todo, pero decidieron no presentarse.

¿Por qué sucede esto?

Aunque puede sonar a irresponsabilidad o falta de compromiso (y sí, en muchos casos lo es), la encuesta reveló una razón que muchos repitieron: esto los hace “sentirse a cargo de su carrera”. Es como si dijeran: “yo decido dónde quiero estar, y si no me vibra, simplemente me voy (sin avisar)”.

Puede que no sea la forma más elegante o ética de manejarlo, pero para algunas personas de la Generación Z, el ghosting es una forma de decir: “No me voy a quedar en un lugar que no me hace feliz solo porque ya firmé un contrato”. Y ojo, no significa que esté bien, simplemente es una señal clara de cómo están cambiando las dinámicas laborales.

¿Y las empresas? ¿Qué piensan al respecto?

Para ser muy honestos no es algo tan cool, más de la mitad de las compañías encuestadas dijeron que esta tendencia ha hecho que las contrataciones sean más complicadas, pues reclutar gente se vuelve más costoso, más lento y más incierto.

Además, genera frustración cuando se invierte tiempo en entrevistar a alguien que al final del día no va a llegar, pues al igual que en una relación, se ilusiona a la empresa para después dejarla plantada.

Aunque la Generación Z es la principal señalada por este fenómeno, los baby boomers, los millennials y la Generación X también han hecho ghosting laboral en algún momento. La diferencia está en cómo lo viven emocionalmente:

• Gen Z: se sienten empoderados al hacerlo. Para ellos, el trabajo es algo que se adapta a su vida, no al revés.

• Millennials: muchos reconocen que sí lo han hecho, pero después sienten ansiedad o culpa, especialmente porque temen que eso les cierre puertas a futuro.

• Generaciones mayores: si bien también han caído en esta práctica, lo ven más como un “me arrepiento” que como una estrategia de empoderamiento.

Además, los investigadores notaron algo interesante: la probabilidad de hacer ghosting disminuye con la edad. Es decir, mientras más grandes, más responsabilidad laboral se asume (o al menos, se intenta).

El ghosting laboral existe, es un síntoma de cómo ha cambiado la manera en que nos relacionamos con el trabajo, pero también es una invitación a pensar: ¿de verdad queremos vivir en un mundo donde desaparecer sin decir nada sea la nueva normalidad?

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