Estas plantas esenciales de la cocina asiática se pueden cultivar en casa y es 'requetefácil' que salgan bien

Aunque parezca algo imposible, algunas de las plantas más icónicas de la cocina asiática no solo son comestibles, también se cultivan con sorprendente facilidad en casa. La gastronomía asiática no es solo cuestión de recetas, sino también de ingredientes vivos. Esas hojas con nombres impronunciables que se ven en los ramen o currys no solo crecen en mercados de Tokio o Bangkok: también prosperan en balcones occidentales. Aunque parezcan exóticas, muchas hierbas asiáticas son sorprendentemente accesibles. No necesitan invernaderos de bambú ni rituales taoístas, solo un poco de luz, macetas amplias y la curiosidad suficiente como para cultivar lo que no viene en bolsitas secas del supermercado. La albahaca tailandesa, por ejemplo, se parece a la mediterránea, pero con un sabor más picante y anisado. Crece deprisa, adora el sol, y sus flores moradas son tan decorativas como sabrosas. Asimismo, basta una maceta generosa y riego constante para tener curry fresco todo el año. Aunque su nombre pueda confundir, la planta de curry no tiene nada que ver con la mezcla de especias del mismo nombre, sino con una hierba perenne de hojas plateadas y aroma penetrante que recuerda al plato indio. Para cultivarla con éxito, se necesita una maceta con buen drenaje, tierra arenosa y un lugar soleado que imite su hábitat mediterráneo. En Directo al Paladar Deja de tirar las cajas de cartón de los paquetes: tus plantas lo agradecerán Otro clásico es el cilantro vietnamita, más fuerte y resistente que su primo europeo. Soporta mejor el calor, no se espiga tan rápido y tiene un aroma que eleva cualquier sopa al rango de experiencia espiritual. También está el cebollino chino, fino y largo como un pincel de caligrafía. Para plantarlo, basta con semillas frescas, un sustrato fértil y un rincón que reciba al menos seis horas de luz directa al día. Requiere riegos regulares, pero sin encharcar, y agradecerá una cosecha frecuente para fomentar nuevos brotes. Su crecimiento es lento al principio, pero una vez arraigado, puede convertirse en un imprescindible del huerto urbano.x. La menta japonesa, con sus hojas oscuras y su perfume intenso, es ideal para infusiones, postres o simplemente para espantar insectos. Se adapta a casi cualquier balcón con sombra y buen drenaje. A cambio, ofrece una explosión de frescor natural. Entre las joyas botánicas está el shiso, una planta japonesa que mezcla notas cítricas y especiadas. Sus hojas se pueden consumir crudas, fritas o encurtidas. Es caprichosa con el clima, pero agradecida si se le da espacio y un suelo suelto y rico. Todas estas hierbas tienen un denominador común: transforman cualquier plato aburrido en algo con personalidad. Y cultivarlas añade un punto de conexión con la comida que ni el mejor delivery puede ofrecer. Además, mantenerlas vivas (y sabrosas) es más sencillo de lo que parece. Basta con evitar los encharcamientos, ofrecer un sustrato nutritivo y cortar regularmente para que sigan brotando. En jardinería como en cocina, cortar es sinónimo de renovar. Fotos | Nati En DAP | Bicarbonato en las plantas: para qué sirve y cómo utilizarlo en tu huerto doméstico En DAP | Los tres productos que hay que ponerle a la planta de pimientos para que tenga una producción abundante - La noticia Estas plantas esenciales de la cocina asiática se pueden cultivar en casa y es 'requetefácil' que salgan bien fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Joana Costa .

May 11, 2025 - 19:54
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Estas plantas esenciales de la cocina asiática se pueden cultivar en casa y es 'requetefácil' que salgan bien

Estas plantas esenciales de la cocina asiática se pueden cultivar en casa y es 'requetefácil' que salgan bien

Aunque parezca algo imposible, algunas de las plantas más icónicas de la cocina asiática no solo son comestibles, también se cultivan con sorprendente facilidad en casa.

La gastronomía asiática no es solo cuestión de recetas, sino también de ingredientes vivos. Esas hojas con nombres impronunciables que se ven en los ramen o currys no solo crecen en mercados de Tokio o Bangkok: también prosperan en balcones occidentales.

Aunque parezcan exóticas, muchas hierbas asiáticas son sorprendentemente accesibles. No necesitan invernaderos de bambú ni rituales taoístas, solo un poco de luz, macetas amplias y la curiosidad suficiente como para cultivar lo que no viene en bolsitas secas del supermercado.

La albahaca tailandesa, por ejemplo, se parece a la mediterránea, pero con un sabor más picante y anisado. Crece deprisa, adora el sol, y sus flores moradas son tan decorativas como sabrosas.

Asimismo, basta una maceta generosa y riego constante para tener curry fresco todo el año. Aunque su nombre pueda confundir, la planta de curry no tiene nada que ver con la mezcla de especias del mismo nombre, sino con una hierba perenne de hojas plateadas y aroma penetrante que recuerda al plato indio. Para cultivarla con éxito, se necesita una maceta con buen drenaje, tierra arenosa y un lugar soleado que imite su hábitat mediterráneo.

Otro clásico es el cilantro vietnamita, más fuerte y resistente que su primo europeo. Soporta mejor el calor, no se espiga tan rápido y tiene un aroma que eleva cualquier sopa al rango de experiencia espiritual.

También está el cebollino chino, fino y largo como un pincel de caligrafía. Para plantarlo, basta con semillas frescas, un sustrato fértil y un rincón que reciba al menos seis horas de luz directa al día. Requiere riegos regulares, pero sin encharcar, y agradecerá una cosecha frecuente para fomentar nuevos brotes. Su crecimiento es lento al principio, pero una vez arraigado, puede convertirse en un imprescindible del huerto urbano.x.

La menta japonesa, con sus hojas oscuras y su perfume intenso, es ideal para infusiones, postres o simplemente para espantar insectos. Se adapta a casi cualquier balcón con sombra y buen drenaje. A cambio, ofrece una explosión de frescor natural.

Entre las joyas botánicas está el shiso, una planta japonesa que mezcla notas cítricas y especiadas. Sus hojas se pueden consumir crudas, fritas o encurtidas. Es caprichosa con el clima, pero agradecida si se le da espacio y un suelo suelto y rico.

Todas estas hierbas tienen un denominador común: transforman cualquier plato aburrido en algo con personalidad. Y cultivarlas añade un punto de conexión con la comida que ni el mejor delivery puede ofrecer.

Además, mantenerlas vivas (y sabrosas) es más sencillo de lo que parece. Basta con evitar los encharcamientos, ofrecer un sustrato nutritivo y cortar regularmente para que sigan brotando. En jardinería como en cocina, cortar es sinónimo de renovar.

Fotos | Nati

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En DAP | Los tres productos que hay que ponerle a la planta de pimientos para que tenga una producción abundante

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