España es el segundo país de la OCDE donde se pagan más impuestos por vivienda en propiedad: este es el ranking completo
Uno de los problemas a los que se enfrenta el mercado del acceso a la vivienda en España es la poca oferta existente frente a la alta demanda. Esta semana el Instituto de Estudios Económicos (IEE) ha presentado un informa de opinión en el que se aborda no sólo la «compleja situación» a la que se enfrenta la vivienda en la actualidad en España sino que analiza la fiscalidad de este mercado. El informe señala que «la fiscalidad de la vivienda y el alquiler en España es más gravosa que en la mayoría de países desarrollados», es decir, que en nuestro país los impuestos son más elevados que en otros en cuestiones relacionadas con la «adquisisción, tenencia y enajenación de vivienda» , algo que, destacan, «afecta negativamente al mercado inmobiliario». La tributación vinculada a la vivienda en España genera más de 52.200 millones de ingresos tributarios al año, aproximadamente el 3,5% del PIB. Por otro lado, España sufre un «déficit estructural de vivienda» que asciende a 2,2 millones de euros y para corregirlo se debería movilizar una inversión de 380.000 euros. El impuesto que más recauda en el mercado inmobiliario es el IBI, con un 30% sobre el total, seguido del IVA y del IRPF. El IEE explica que un indicador clave en este mercado es «la presión fiscal efectiva» sobre la inversión inmobiliaria. En este sentido, nuestro país «es uno de los países con mayor tributación efectiva sobre la vivienda en propiedad de la OCDE » con un 30,3% de tipo efectivo frente al 6,5% del promedio de la UE. Adquirir una vivienda en España también está sometido a una fuerte presión fiscal con un tipo del 11%, siendo de los más elevados de la UE. Sobre este dato, la conclusión del informe presentado es que España aplica una carga fiscal elevado «en comparación tanto con otros países de la Unión Europea como con otros países de la OCDE». Lo que supone ese 30,3% es que por cada euro de rendimiento antes de cargas, «un inversor pierde casi un tercio de sus rendimientos por el efecto de los impuestos» . De esta manera, destacan España es el segundo país menos atractivo para invertir «o con el segunos sistema tributario menos competitivo de los 40 países analizados ». Así, el inversor se queda con el 69,7% de de lo que habría obtenido en un escenario sin imposición situándose en una tributación efectiva mucho más alta sobre los rendimientos en relación con los estándares internacionales. El informe critica que a la ya elevada presión fiscal hay que sumarle otros condicionantes como la sobrerregulación como los controles de precios que, aseguran, producen inseguridad jurísica y tienen un impacto negativo sobre la inversión en vivienda. También señala que la declaración de 'zonas tensionadas' es una medida «ineficaz y contraproducente, especialmente para los colectivos más vulnerables, ya que reduce la oferta de alquiler», algo en lo que España también aplica cargas impositivas elevadas, aunque en este caso desciende hasta el décimo puesto. Asimismo, otro de los problemas son «las diferencias normativas acusadas» entre comunidades y aumentan la complejidad del mercado. «Más allá de su afán recaudatorio, los gobiernos deben introducir reformas en la fiscalidad de la vivienda que vayan encaminadas a promover la inversión en este tipo de activos y fomentar la propiedad y el alquiler, aumentando la oferta disponible y facilitando el acceso», destacan.
Uno de los problemas a los que se enfrenta el mercado del acceso a la vivienda en España es la poca oferta existente frente a la alta demanda. Esta semana el Instituto de Estudios Económicos (IEE) ha presentado un informa de opinión en el que se aborda no sólo la «compleja situación» a la que se enfrenta la vivienda en la actualidad en España sino que analiza la fiscalidad de este mercado. El informe señala que «la fiscalidad de la vivienda y el alquiler en España es más gravosa que en la mayoría de países desarrollados», es decir, que en nuestro país los impuestos son más elevados que en otros en cuestiones relacionadas con la «adquisisción, tenencia y enajenación de vivienda» , algo que, destacan, «afecta negativamente al mercado inmobiliario». La tributación vinculada a la vivienda en España genera más de 52.200 millones de ingresos tributarios al año, aproximadamente el 3,5% del PIB. Por otro lado, España sufre un «déficit estructural de vivienda» que asciende a 2,2 millones de euros y para corregirlo se debería movilizar una inversión de 380.000 euros. El impuesto que más recauda en el mercado inmobiliario es el IBI, con un 30% sobre el total, seguido del IVA y del IRPF. El IEE explica que un indicador clave en este mercado es «la presión fiscal efectiva» sobre la inversión inmobiliaria. En este sentido, nuestro país «es uno de los países con mayor tributación efectiva sobre la vivienda en propiedad de la OCDE » con un 30,3% de tipo efectivo frente al 6,5% del promedio de la UE. Adquirir una vivienda en España también está sometido a una fuerte presión fiscal con un tipo del 11%, siendo de los más elevados de la UE. Sobre este dato, la conclusión del informe presentado es que España aplica una carga fiscal elevado «en comparación tanto con otros países de la Unión Europea como con otros países de la OCDE». Lo que supone ese 30,3% es que por cada euro de rendimiento antes de cargas, «un inversor pierde casi un tercio de sus rendimientos por el efecto de los impuestos» . De esta manera, destacan España es el segundo país menos atractivo para invertir «o con el segunos sistema tributario menos competitivo de los 40 países analizados ». Así, el inversor se queda con el 69,7% de de lo que habría obtenido en un escenario sin imposición situándose en una tributación efectiva mucho más alta sobre los rendimientos en relación con los estándares internacionales. El informe critica que a la ya elevada presión fiscal hay que sumarle otros condicionantes como la sobrerregulación como los controles de precios que, aseguran, producen inseguridad jurísica y tienen un impacto negativo sobre la inversión en vivienda. También señala que la declaración de 'zonas tensionadas' es una medida «ineficaz y contraproducente, especialmente para los colectivos más vulnerables, ya que reduce la oferta de alquiler», algo en lo que España también aplica cargas impositivas elevadas, aunque en este caso desciende hasta el décimo puesto. Asimismo, otro de los problemas son «las diferencias normativas acusadas» entre comunidades y aumentan la complejidad del mercado. «Más allá de su afán recaudatorio, los gobiernos deben introducir reformas en la fiscalidad de la vivienda que vayan encaminadas a promover la inversión en este tipo de activos y fomentar la propiedad y el alquiler, aumentando la oferta disponible y facilitando el acceso», destacan.
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