En el bosque, un llanto desesperado desde el fondo de un pozo terminó en un rescate: “Había perdido las uñas al intentar escapar”
Era un frío día de otoño cuando volvía a su casa ubicada en una zona rural de Georgia y un llanto desgarrador llamó su atención. Siguió el sonido por el bosque hasta que finalmente localizó el origen: una perra de pelaje negro estaba atrapada en el fondo de un pozo de agua abandonado.Con mucho cuidado, sacó al animal del pozo y lo acostó en el suelo mientras, con manos temblorosas, buscó su teléfono para pedir ayuda. La perra no intentó siquiera moverse. Se quedó allí temblando, cubierta de tierra y hojas. El hombre llamó a varias personas pidiendo ayuda y finalmente contactó con el refugio Hounds in Pounds. “Dijimos que sí de inmediato”, recuerda Cat Suzuki, la directora de la organización sin fines de lucro con sede en Nueva Jersey y Georgia, que tomó el caso.No se dejaba tocar, pero estaba tan enferma que maulló hasta que ella entendió lo que necesitaba: “Quizás fuera su último invierno”¿Estaba escapando o la habían arrojado al pozo?Los rescatistas llamaron a la cachorra Tudy y la llevaron de urgencia a un veterinario. Tudy se encontraba en un estado lamentable, con heridas profundas que le cubrían el cuerpo. Además, no tenía uñas: las había perdido al intentar escapar del pozo. La zona en la que habían encontrado a la perra es lamentablemente conocida por el elevado número de collares de lucha de perros que allí aparecen. ¿Estaba Tudy huyendo de quienes la sometían a esa tortura y cayó en el pozo o la habían abandonado allí?Según la Sociedad Americana para la Prevención de Crueldad hacia los Animales (ASPCA por sus siglas en inglés), los perros utilizados para peleas suelen criarse en aislamiento, y muchos pasan la mayor parte de su vida atados a cadenas cortas y pesadas. Como si fuera poco, se los acondiciona regularmente para peleas mediante el uso de drogas, incluyendo esteroides anabólicos para aumentar la masa muscular y fomentar la agresividad. Aunque las peleas de perros son un delito grave en los Estados Unidos, siguen ocurriendo en todo el país y en todo tipo de comunidades. Pueden ocurrir en lugares diversos, desde callejones hasta propiedades privadas y suelen desarrollarse en un foso diseñado para contener a los animales. Durar desde unos minutos hasta varias horas, y ambos animales pueden sufrir lesiones, como heridas punzantes, laceraciones, pérdida de sangre, aplastamientos y fracturas. Muchos animales sucumben posteriormente a sus heridas, y los “perdedores” suelen ser descartados, sacrificados o brutalmente ejecutados como parte del “deporte”.Por su pasado, odiaba estar solaPor eso los rescatistas y veterinarios de inmediato supieron que el camino que Tudy tenía por delante no sería nada fácil. Dado su pasado, Tudy odiaba estar sola. Por eso, los rescatistas idearon para ella un programa de alojamiento y entrenamiento que la ayudara a controlar su ansiedad y pudiera prepararla para un nuevo hogar permanente. A diario, recibía cuidado en las últimas heridas abiertas y tomaba paseos de una hora. En un espacio especialmente acondicionado para ella, disponía de cama, comedero en altura y juguetes. Con una velocidad que sorprendió a todos, al poco tiempo, mostró total dominio sobre los comandos abajo, quieto, espera, cruza y mira. También vio su primera nevada y probó los arándanos. Probabilidad de supervivencia: mínimaFinalmente, luego de cuatro largos meses con altibajos, Tudy se despidió de los veterinarios que la habían cuidado con tanta dedicación durante ese tiempo de incertidumbre. Contra todo pronóstico, la perra salió adelante. No se suponía que sobreviviera. Sus heridas eran tan graves y profundas que en la clínica de urgencias habían advertido: la probabilidad de supervivencia era mínima.Luego de atravesar con éxito su etapa de recuperación, llegó el día que todos esperaban: una familia del condado de Westchester, Nueva York, vio a Tudy y supo que era especial. Estos días, Tudy pasa sus días jugando y relajándose con sus seres queridos, un grupo que incluye dos niños y un hermano pitbull.“Estamos muy agradecidos con todos los que ayudaron a salvar la vida de Tudy”, escribió Hounds in Pounds en una publicación de Facebook. “Nadie pensó que esta perra viviría. Algunos de nuestros seguidores incluso dijeron que deberían sacrificarla, pero aquí está: próspera, feliz y llena de amor”.Compartí una historiaSi tenés una historia de adopción, rescate, rehabilitación o ayudaste a algún animal en situación de riesgo y querés contar su historia, escribinos a bestiariolanacion@gmail.com

Era un frío día de otoño cuando volvía a su casa ubicada en una zona rural de Georgia y un llanto desgarrador llamó su atención. Siguió el sonido por el bosque hasta que finalmente localizó el origen: una perra de pelaje negro estaba atrapada en el fondo de un pozo de agua abandonado.
Con mucho cuidado, sacó al animal del pozo y lo acostó en el suelo mientras, con manos temblorosas, buscó su teléfono para pedir ayuda. La perra no intentó siquiera moverse. Se quedó allí temblando, cubierta de tierra y hojas. El hombre llamó a varias personas pidiendo ayuda y finalmente contactó con el refugio Hounds in Pounds. “Dijimos que sí de inmediato”, recuerda Cat Suzuki, la directora de la organización sin fines de lucro con sede en Nueva Jersey y Georgia, que tomó el caso.
¿Estaba escapando o la habían arrojado al pozo?
Los rescatistas llamaron a la cachorra Tudy y la llevaron de urgencia a un veterinario. Tudy se encontraba en un estado lamentable, con heridas profundas que le cubrían el cuerpo. Además, no tenía uñas: las había perdido al intentar escapar del pozo. La zona en la que habían encontrado a la perra es lamentablemente conocida por el elevado número de collares de lucha de perros que allí aparecen. ¿Estaba Tudy huyendo de quienes la sometían a esa tortura y cayó en el pozo o la habían abandonado allí?
Según la Sociedad Americana para la Prevención de Crueldad hacia los Animales (ASPCA por sus siglas en inglés), los perros utilizados para peleas suelen criarse en aislamiento, y muchos pasan la mayor parte de su vida atados a cadenas cortas y pesadas. Como si fuera poco, se los acondiciona regularmente para peleas mediante el uso de drogas, incluyendo esteroides anabólicos para aumentar la masa muscular y fomentar la agresividad.
Aunque las peleas de perros son un delito grave en los Estados Unidos, siguen ocurriendo en todo el país y en todo tipo de comunidades. Pueden ocurrir en lugares diversos, desde callejones hasta propiedades privadas y suelen desarrollarse en un foso diseñado para contener a los animales. Durar desde unos minutos hasta varias horas, y ambos animales pueden sufrir lesiones, como heridas punzantes, laceraciones, pérdida de sangre, aplastamientos y fracturas. Muchos animales sucumben posteriormente a sus heridas, y los “perdedores” suelen ser descartados, sacrificados o brutalmente ejecutados como parte del “deporte”.
Por su pasado, odiaba estar sola
Por eso los rescatistas y veterinarios de inmediato supieron que el camino que Tudy tenía por delante no sería nada fácil. Dado su pasado, Tudy odiaba estar sola. Por eso, los rescatistas idearon para ella un programa de alojamiento y entrenamiento que la ayudara a controlar su ansiedad y pudiera prepararla para un nuevo hogar permanente. A diario, recibía cuidado en las últimas heridas abiertas y tomaba paseos de una hora. En un espacio especialmente acondicionado para ella, disponía de cama, comedero en altura y juguetes.
Con una velocidad que sorprendió a todos, al poco tiempo, mostró total dominio sobre los comandos abajo, quieto, espera, cruza y mira. También vio su primera nevada y probó los arándanos.
Probabilidad de supervivencia: mínima
Finalmente, luego de cuatro largos meses con altibajos, Tudy se despidió de los veterinarios que la habían cuidado con tanta dedicación durante ese tiempo de incertidumbre. Contra todo pronóstico, la perra salió adelante. No se suponía que sobreviviera. Sus heridas eran tan graves y profundas que en la clínica de urgencias habían advertido: la probabilidad de supervivencia era mínima.
Luego de atravesar con éxito su etapa de recuperación, llegó el día que todos esperaban: una familia del condado de Westchester, Nueva York, vio a Tudy y supo que era especial. Estos días, Tudy pasa sus días jugando y relajándose con sus seres queridos, un grupo que incluye dos niños y un hermano pitbull.
“Estamos muy agradecidos con todos los que ayudaron a salvar la vida de Tudy”, escribió Hounds in Pounds en una publicación de Facebook. “Nadie pensó que esta perra viviría. Algunos de nuestros seguidores incluso dijeron que deberían sacrificarla, pero aquí está: próspera, feliz y llena de amor”.
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Si tenés una historia de adopción, rescate, rehabilitación o ayudaste a algún animal en situación de riesgo y querés contar su historia, escribinos a bestiariolanacion@gmail.com