Una semana después del apagón que dejó a la Península Ibérica a oscuras durante horas –hasta 12 del mediodía en algunos puntos, como Arzúa–, las causas continúan sin trascender, más allá de las evasivas y la falta de asunción de responsabilidades, pese a que las consecuencias ya son palpables, si bien difíciles de calcular con exactitud. En Galicia, uno de los últimos territorios de España en restablecerse por completo el suministro, los efectos no solo se limitan a lo económico o lo humano, sino al ámbito medioambiental, con el fallo de la depuradora EDAR de Vigo, que vertió aproximadamente 28.800 metros cúbicos de agua sin tratar directamente a la ría. Desde la patronal gallega, su presidente, Juan Manuel Vieites, afirma...
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