El truco para conservar las fresas sin que se estropeen: te durarán más de una semana
Las fresas son una excelente fuente de vitamina C y ayudan a controlar el colesterol

Las fresas con nata son, para muchos, uno de sus postres favoritos. Es una de las frutas más queridas y adoradas por los más pequeños, y añadir este ingrediente extra hace de ellas un dulce mucho más jugoso y disfrutable, aunque tiene una sola pega: es una elaboración de lo más perecedera, y de no comerla en uno o dos días, tiene a estropearse con facilidad.
Es sencillo identificar cuando la fruta comienza a estar en mal estado y solo queda la opción de desecharla: la aparición de una pelusilla blanca alrededor de ella. Este es el indicativo de que ya no se encuentra en buenas condiciones, aunque es posible retrasar la llegada de este momento utilizando tan solo dos cosas presentes en todos los hogares españoles.
Fresas, un aliado contra el acné
Son muchas las propiedades de las fresas. Ricas en antioxidantes, también contribuyen a mantener una buena salud digestiva y regular los niveles de azúcar en sangre. Asimismo, los profesionales también afirman que ayudan a prevenir ciertas formas de cáncer.
El magnesio, potasio, hierro y calcio ayudan a mantener una buena salud ósea. Además, su consumo también es bueno para reducir el colesterol y la presión arterial, aunque siempre teniendo presente que, al añadir azúcar y nata a la elaboración, la receta ya no es tan saludable y debe consumirse con control y mesura.
Finalmente, las fresas también cuentan con propiedades antiinflamatorias y ácido salicílico, un elemento de lo más utilizado en cosmética para mantener la piel limpia. Así, es una buena forma de luchar contra el acné de forma natural y evitando el uso de químicos o sustancias más agresivas.
El truco para preservar las fresas
Para conseguir que las fresas duren más tiempo, el primer paso a seguir es lavarlas con agua tibia. Retirar la suciedad y posibles impurezas es esencial, no solo para evitar ingerirlas, sino también para mantener la fruta en buen estado. Después de esto solo queda meter las fresas en agua fría junto a unos cuantos hielos, escurrirlas y secarlas con papel de cocina.
Tras esto habrá que coger un táper o recipiente en el que guardar las fresas y, finalmente, cubrirlo con papel absorbente. Esto último hará que, tras depositarlas, el papel absorba la humedad de la fruta. El papel las cubrirá también por encima y, posteriormente, cerramos el recipiente. Introducirlas en el frigorífico hará que aguante más de una semana sin problema.