48 horas en Ronda: qué hacer y qué comer en una de las ciudades más bonitas de Andalucía

Ronda no necesita presentaciones largas para seducir. Situada en el corazón de la Serranía que lleva su nombre, esta joya malagueña es uno de los destinos más impresionantes de Andalucía, tanto por su emplazamiento natural como por su riqueza histórica y patrimonial. Asentada sobre un impresionante desfiladero, el célebre Tajo de Ronda, la ciudad está literalmente dividida en dos por el río Guadalevín, que ha tallado un cañón de más de 100 metros de profundidad. Un equilibrio entre naturaleza salvaje y arquitectura monumental que deja sin aliento al visitante desde el primer vistazo. Con poco más de 33.000 habitantes, Ronda ha sido testigo del paso de íberos, romanos, visigodos y musulmanes, cada uno dejando huella en su entramado urbano y cultural. Esta herencia se aprecia claramente en su casco antiguo, donde las calles empedradas conducen a iglesias, palacios, baños árabes y casas solariegas. Uno de los emblemas más reconocidos de la ciudad es el Puente Nuevo, una majestuosa obra de ingeniería del siglo XVIII que conecta la parte antigua con la nueva, suspendido sobre el Tajo como un coloso de piedra. Desde sus miradores se obtienen algunas de las panorámicas más icónicas de Andalucía. Tajo de Ronda. ©Turismo de Ronda. Además del Puente Nuevo, Ronda atesora otros monumentos que justifican por sí solos una visita: la Plaza de Toros, una de las más antiguas y monumentales de España, asociada a la familia Romero y a la historia misma del toreo; el Palacio de Mondragón, antigua residencia del rey Abomelic, convertido hoy en museo municipal; o la Casa del Rey Moro, con su famosa mina de agua tallada en la roca. A escasos pasos se encuentra el minucioso trazado del barrio de San Miguel, de esencia morisca, y la Iglesia de Santa María la Mayor, que mezcla gótico y renacimiento con restos visibles de la antigua mezquita. Ronda también conserva una fuerte tradición festiva, reflejo de su rica identidad cultural. La Semana Santa se vive con intensidad, destacando las procesiones del  Santo Entierro de Cristo que atraviesan los puentes y callejuelas con un aura casi mística. Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Ronda. ©Turismo de Ronda. A finales de agosto, la Feria de Pedro Romero combina tradición, toros y folclore, y tiene su culmen en la Corrida Goyesca, en la que los toreros visten trajes inspirados en los grabados de Goya, aunque lleva varios años sin celebrarse por problemas con la plaza. También son muy populares las fiestas de San Sebastián (patrón de la ciudad) y el Carnaval, que llena de disfraces, chirigotas y humor las frías jornadas de febrero. Día 1 – Entre palacios, iglesias y callejones  Mañana: un paseo monumental por el casco antiguo Empezar el día en Ronda es despertar con vistas al infinito. Lo ideal es comenzar el recorrido en el Puente Nuevo, el símbolo indiscutible de la ciudad. Sus más de 90 metros de altura ofrecen una de las estampas más espectaculares de toda Andalucía. Justo al lado, el Parador Nacional permite asomarse a la profundidad del Tajo con total serenidad. Desde aquí, las callejuelas invitan a perderse hacia el casco antiguo, declarado Bien de Interés Cultural. Subida a Ronda a través del arco de Felipe V. ©Turismo de Ronda. Unos pasos más allá se encuentra el Palacio de Mondragón, una joya mudéjar-renacentista rodeada de jardines árabes que bien merecen un alto en el camino. De hecho, sirve como museo municipal, así que nos ayudará a entender la evolución histórica de Ronda, desde los tiempos romanos hasta la actualidad. Muy cerca, los Baños Árabes del siglo XIII, excepcionalmente bien conservados, permiten revivir el ambiente del antiguo hammam andalusí. Aparte, si tuviéramos el capricho de vivir una experiencia a la antigua usanza, el hammam Aguas de Ronda ofrece baños en el mismo centro de la ciudad. Baños árabes. ©Turismo de Ronda. Más allá de sumergirnos, literal o metafóricamente, el paseo puede continuar hacia la Iglesia de Santa María la Mayor, levantada sobre la antigua mezquita mayor, y con elementos que van desde el gótico al barroco, ya que el terremoto de 1580 afectó mucho a su estructura, pero sigue siendo la gran referencia de la arquitectura religiosa rondeña y un lugar de paso casi obligado donde, además, aguarda uno de los retablos más impresionantes de Andalucía. Iglesia de Santa María la Mayor. ©Turismo de Ronda. A su lado, el Palacio de los Marqueses de Moctezuma (actualmente el Museo Joaquín Peinado) también es visitable y representa a la perfección ese florecimiento de Ronda en el Renacimiento. Justo enfrente se extiende la Plaza Duquesa de Parcent, probablemente la más bonita de la ciudad, que actúa como el epicentro de un rincón casi de postal

May 1, 2025 - 18:05
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48 horas en Ronda: qué hacer y qué comer en una de las ciudades más bonitas de Andalucía

48 horas en Ronda: qué hacer y qué comer en una de las ciudades más bonitas de Andalucía

Ronda no necesita presentaciones largas para seducir. Situada en el corazón de la Serranía que lleva su nombre, esta joya malagueña es uno de los destinos más impresionantes de Andalucía, tanto por su emplazamiento natural como por su riqueza histórica y patrimonial.

Asentada sobre un impresionante desfiladero, el célebre Tajo de Ronda, la ciudad está literalmente dividida en dos por el río Guadalevín, que ha tallado un cañón de más de 100 metros de profundidad. Un equilibrio entre naturaleza salvaje y arquitectura monumental que deja sin aliento al visitante desde el primer vistazo.

Con poco más de 33.000 habitantes, Ronda ha sido testigo del paso de íberos, romanos, visigodos y musulmanes, cada uno dejando huella en su entramado urbano y cultural. Esta herencia se aprecia claramente en su casco antiguo, donde las calles empedradas conducen a iglesias, palacios, baños árabes y casas solariegas.

Uno de los emblemas más reconocidos de la ciudad es el Puente Nuevo, una majestuosa obra de ingeniería del siglo XVIII que conecta la parte antigua con la nueva, suspendido sobre el Tajo como un coloso de piedra. Desde sus miradores se obtienen algunas de las panorámicas más icónicas de Andalucía.

Ronda 299 1 Tajo de Ronda. ©Turismo de Ronda.

Además del Puente Nuevo, Ronda atesora otros monumentos que justifican por sí solos una visita: la Plaza de Toros, una de las más antiguas y monumentales de España, asociada a la familia Romero y a la historia misma del toreo; el Palacio de Mondragón, antigua residencia del rey Abomelic, convertido hoy en museo municipal; o la Casa del Rey Moro, con su famosa mina de agua tallada en la roca. A escasos pasos se encuentra el minucioso trazado del barrio de San Miguel, de esencia morisca, y la Iglesia de Santa María la Mayor, que mezcla gótico y renacimiento con restos visibles de la antigua mezquita.

Ronda también conserva una fuerte tradición festiva, reflejo de su rica identidad cultural. La Semana Santa se vive con intensidad, destacando las procesiones del  Santo Entierro de Cristo que atraviesan los puentes y callejuelas con un aura casi mística.

Ronda 256 Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Ronda. ©Turismo de Ronda.

A finales de agosto, la Feria de Pedro Romero combina tradición, toros y folclore, y tiene su culmen en la Corrida Goyesca, en la que los toreros visten trajes inspirados en los grabados de Goya, aunque lleva varios años sin celebrarse por problemas con la plaza. También son muy populares las fiestas de San Sebastián (patrón de la ciudad) y el Carnaval, que llena de disfraces, chirigotas y humor las frías jornadas de febrero.

Día 1 – Entre palacios, iglesias y callejones 

Mañana: un paseo monumental por el casco antiguo

Empezar el día en Ronda es despertar con vistas al infinito. Lo ideal es comenzar el recorrido en el Puente Nuevo, el símbolo indiscutible de la ciudad. Sus más de 90 metros de altura ofrecen una de las estampas más espectaculares de toda Andalucía. Justo al lado, el Parador Nacional permite asomarse a la profundidad del Tajo con total serenidad. Desde aquí, las callejuelas invitan a perderse hacia el casco antiguo, declarado Bien de Interés Cultural.

Subida A Ronda A Traves Del Arco De Felipe V C Turismo De Ronda Subida a Ronda a través del arco de Felipe V. ©Turismo de Ronda.

Unos pasos más allá se encuentra el Palacio de Mondragón, una joya mudéjar-renacentista rodeada de jardines árabes que bien merecen un alto en el camino. De hecho, sirve como museo municipal, así que nos ayudará a entender la evolución histórica de Ronda, desde los tiempos romanos hasta la actualidad.

Muy cerca, los Baños Árabes del siglo XIII, excepcionalmente bien conservados, permiten revivir el ambiente del antiguo hammam andalusí. Aparte, si tuviéramos el capricho de vivir una experiencia a la antigua usanza, el hammam Aguas de Ronda ofrece baños en el mismo centro de la ciudad.

Banos Arabes C Turismo De Ronda Baños árabes. ©Turismo de Ronda.

Más allá de sumergirnos, literal o metafóricamente, el paseo puede continuar hacia la Iglesia de Santa María la Mayor, levantada sobre la antigua mezquita mayor, y con elementos que van desde el gótico al barroco, ya que el terremoto de 1580 afectó mucho a su estructura, pero sigue siendo la gran referencia de la arquitectura religiosa rondeña y un lugar de paso casi obligado donde, además, aguarda uno de los retablos más impresionantes de Andalucía.

Iglesia De Santa Maria La Mayor C Turismo De Ronda Iglesia de Santa María la Mayor. ©Turismo de Ronda.

A su lado, el Palacio de los Marqueses de Moctezuma (actualmente el Museo Joaquín Peinado) también es visitable y representa a la perfección ese florecimiento de Ronda en el Renacimiento.

Justo enfrente se extiende la Plaza Duquesa de Parcent, probablemente la más bonita de la ciudad, que actúa como el epicentro de un rincón casi de postal, rodeado de palacetes y conventos, donde el tiempo parece haberse detenido.

Comida: en tierras de Benito Gómez

Entender la escena gastronómica de Ronda sin mencionar al chef Benito Gómez es imposible. Desde hace 25 años, Gómez ha forjado su leyenda como cocinero original e inquieto, ajeno a modas y a postureo, pero desde un punto de vista genial que, por ejemplo, le vale lucir dos estrellas Michelin desde el restaurante Bardal.

Benito Gomez Del Restaurante Bardal Benito Gómez, del restaurante Bardal.

Si tenemos tiempo, suerte con la reserva y dinero, es una experiencia Michelin que recomiendo encarecidamente, pero si no disponemos de algunas de las tres opciones, hay una versión más terrenal de la cocina de Benito Gómez que podemos probar si nos pirran las croquetas y los clásicos: Tragatá.

Lubina Frita Con Alino Asiatico Cilantro Y Jalapenos Lubina frita con aliño asiático, cilantro y jalapeños, de Tragatá.

Croquetas, molletes, montaditos de calamares y algunos toques de cocina oriental jalonan una propuesta fácil de comer y fácil de convertir donde, además, apuesta por el producto local en la medida de lo posible, pero sin talibanismos ni andar cerrándose en torno al kilómetro cero.

Croquetas C Tragata Croquetas. ©Tragatá.

Un lujo al que acercarse y donde también encontrarás bastantes referencias de vinos malagueños por copas, por lo que la aproximación a la cultura gastronómica local es total.

Tarde: cultura y tradiciones taurinas

Tras la comida, la visita a la Plaza de Toros de Ronda es casi obligatoria. Construida en 1785 por la Real Maestranza de Caballería, es una de las más antiguas de España y alberga un interesante museo sobre la historia de la tauromaquia.

La belleza de su estructura neoclásica y el peso cultural que ostenta la convierten en mucho más que un coso taurino. De hecho, aunque no comulguemos con esta tradición, la visita es, cuanto menos, recomendable.

Plaza De Toros De Ronda Vista aérea de la Plaza de toros de Ronda. ©Turismo de Ronda.

Después, vale la pena adentrarse en el barrio de San Miguel, uno de los más pintorescos de la ciudad, para luego acercarse a la Casa del Rey Moro. Aunque no se conserva el edificio original, su mina de agua excavada en la roca durante la época nazarí es un ejemplo impresionante de ingeniería medieval. La bajada por sus empinadas escaleras lleva hasta el mismísimo cauce del Guadalevín.

Para terminar la jornada, un paseo por los Jardines de Cuenca, escalonados sobre el Tajo, ofrece un remanso de paz y una de las puestas de sol más bellas de Andalucía. Las luces del atardecer tiñen de ocre la piedra de los puentes y fachadas, marcando el fin de un día repleto de historia y belleza. Por eso, este recorrido en este momento del año es espectacular.

Cena: vistas de película desde el Parador

Pocas vistas pueden epatar en Ronda con las que dispone el Parador, casi encaramado sobre el Tajo. El edificio ocupa las antiguas dependencias del ayuntamiento rondeño, aunque también creció sobre la plaza de abastos de la ciudad, convirtiéndose en un potente complejo turístico que merece mucho la pena conocer y en el que alojarse.

Ronda Nocturnas 50 La ciudad de noche. ©Turismo de Ronda.

También en el que reservar mesa para comer o para cenar, aunque las noches de primavera –con una rebequita– son idílicas para cenar pronto y comprobar desde su terraza cómo el sol se va ocultando por el oeste. Un lujo que, quizá, no esté pagado.

Aquí, además, vamos a encontrar dos espacios diferenciados, donde El Manzel de Ronda ejerce una función más gastronómica, sirviendo algunos productos locales y recetas típicas, que se combinan con algunas fórmulas algo más comerciales. En cualquier caso, es un Parador en el que se come bien.

Parador De Ronda 65 Gastronomia Terraza al aire libre en el restaurante del Parador de Ronda. ©Paradores.

Las opciones del restaurante del Parador también son regionalistas y aquí no faltan guisos como el rabo de toro a la rondeña (uno de los clásicos de la carta), el ajoblanco y las croquetas de puchero. En cualquier caso, a título personal, recomendaría la carta del parador para la hora de comer y la de El Manzel para las cenas.

Día 2 – Naturaleza y vinos con alma

Mañana: ruta suave por el Tajo y la Cueva del Gato

El segundo día propone un cambio de ritmo y de entorno. A tan solo 10 minutos en coche desde el centro, comienza una de las rutas de senderismo más accesibles y atractivas de la zona: el sendero del Tajo de Ronda.

Tajo Visto Desde El Cauce Del Guadalevin C Turismo De Ronda Tajo visto desde el cauce del Guadalevín. ©Turismo de Ronda.

A través de caminos sencillos y sin apenas desnivel, permite contemplar el cañón desde su base, con vistas inversas al imponente Puente Nuevo y a la vegetación que cubre las paredes rocosas. Caminar por estos senderos agrícolas, tomar fotos de la ciudad o, en los tramos accesibles, ir junto a la senda del río Guadalevín es un planazo primaveral donde los haya.

Otra alternativa muy recomendable, especialmente en épocas más cálidas, es acercarse a la Cueva del Gato, en Benaoján. Se trata de un monumento natural de singular belleza, donde una cascada alimenta una poza de aguas cristalinas que brotan de una gruta kárstica.

Asador El Muelle Asador El Muelle.

La senda hasta el lugar es fácil y apta para todos los públicos, sin necesidad de preparación física específica. Además, si os acercáis a esta cueva y queréis comer cerca de ella, una parada casi obligada si os gustan la carne es la de Asador El Muelle, donde su horno y parrilla no dejan de trajinar ibéricos, chuletillas y solomillos en todo el servicio.

Sierra de las Nieves

Quienes prefieran algo aún más tranquilo pueden optar por la zona del Parque Natural de la Sierra de las Nieves, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Allí, pequeñas rutas circulares atraviesan pinsapares, miradores y arroyos escondidos. En cualquiera de estas opciones, la inmersión en la naturaleza es total, y ofrece una experiencia más introspectiva y relajante.

Comida: un almuerzo en un mar de olivos

Dji 20240619122902 0069 D Copia LA Almazara, diseñada por Philippe Starck.

Presumir de tener una almazara funcional diseñada por Philippe Starck, uno de los popes del diseño moderno, no es algo de lo que puedan presumir muchas almazaras. De hecho, que sepamos, solo puede presumir una de ellas y está a escasos kilómetros de Ronda.

A 011 Interior de LA Almazara, diseñada por Philippe Starck.

LA Almazara espera así con un diseño de vanguardia en un edificio que combina estética y carácter práctico y que se ha convertido por méritos propios en otro elemento clave de la escena rondeña.

Aquí, además de hacer la visita guiada por las instalaciones y los olivares, también puedes disfrutar de una comida dentro de la propia almazara, ya que cuenta con un restaurante con una propuesta sencilla, sabrosa y basada en embutidos, quesos, molletes, conservas y algunos platos calientes que merece la pena probar.

Martín Abramzon Martín Abramzon, chef de Kütral, en Ronda.

Si volvéis a la ciudad para la hora de comer, de camino desde LA Almazara os encontraréis con el asador Kütral, donde el parrillero argentino Martín Abramzon lleva sentando cátedra carnívora desde hace más de diez años. Un restaurante de carnes muy sorprendente en un lugar insospechado donde la brasa y el hierro miman carnes nacionales e internacionales, además de algunas buenas apuestas vegetales.

Tarde: vinos y viñedos en el corazón de la Serranía

Ronda, además de olivos, historia y toros, también es vino. De hecho, las bodegas con más renombre actual de la DO Sierras de Málaga se arremolinan en torno a la Serranía de Ronda, aunque haya algunas excepciones fuera de esta zona.

Algunas de propiedad nacional, pero también con muchos extranjeros enamorados de la zona, las bodegas que vamos a encontrar en la zona tienen un fuerte componente enoturístico y son el complemento ideal para muchos viajes. Incluso, como también sucedía con el mundo del toro, para las personas que no beban alcohol.

Bodega La Melonera Bodega La Melonera.

Las apuestas de enoturismo en Ronda y sus alrededores, aunque estén vinculadas al vino, tienen mucho de sensorial y de natural, por lo que hasta aquellos que no comulguen con el vino tiene una gran oportunidad de disfrutar de una forma de recorrer el territorio bien recomendable.

Para muestra, tres ejemplos que desde DAP aconsejamos, como son Bodega La Melonera (en Arriate, a apenas 10 kilómetros de Ronda), que cuenta con un par de propuestas, incluyendo una más completa –la que aconsejamos– de una hora y media entre viñedos, bodega, huerto ecológico y breves explicaciones del vino de Ronda, además de un pequeño aperitivo tras la cata de vinos.

Bodega Descalzos Viejos Bodega Descalzos Viejos.

Otra opción, al pie de Ronda y a la que podemos llegar andando, es la visita a la bodega Descalzos Viejos, que ocupa un antiguo convento trinitario y que se ha consolidado como una de las mejores propuestas de enoturismo en las inmediaciones de la ciudad, aunque, debido a sus condiciones de poca capacidad, las reservas se tienen que concertar previamente.

Cortijo Los Aguilares Cortijo Los Aguilares.

Por último, a apenas 13 kilómetros de la ciudad, otra alternativa que no podemos dejar de sugerir es la visita a la bodega Cortijo Los Aguilares, que sorprende en la Sierra de las Nieves con un inmaculado cortijo, rodeado de bosques y viñedos, donde oferta distintas propuestas, desde senderismo enológico a noches de vinos y estrellas, que puedes descubrir en su web.

Cena: tapas y frituras por el centro

Nuestra sugerencia para cerrar la jornada rondeña es que vuelvas al centro de la ciudad, aunque bien puedes alterar los planes a voluntad, pero, como es casi menester en Andalucía, no conviene irse de aquí sin probar algunas tapas clásicas.

El Lechuguita El Lechuguita.

En el corazón del casco histórico vas a encontrar algunos bares singulares como El Lechuguita, clásica tasca andaluza, en la que vas a encontrar algunos platos típicos, cerveza fría y bien tirada y ciertos coqueteos con algunos platos más actuales, pero sus brochetas de gambas, sus molletes de pringá y su mítica 'lechuguita', aunque en realidad tienen una enorme carta con más de 50 platos.

Otro icono, cerca de la Alameda del Tajo, es Casa Mateos, que a pesar de su estética de taberna tradicional ha ido un pasito más allá y tiene visos de bodega algo más gastronómica (ofrecen bastantes vinos por copas), embutidos de calidad y algunos platos calientes singulares como el hojaldre de sardina o el pinchito de chivo. De aquí tampoco deberías marcharte sin catar el tartar de salchichón.

Casa Mateos Casa Mateos.

No obstante, Ronda es una ciudad muy turistificada y algunas calles como la calle Jerez o la calle Virgen de los Remedios, paralelas al Tajo, están llenas de bares donde encontrarás alternativas más o menos asequibles, aunque también muchas propuestas muy enfocadas al público extranjero, donde no faltarán paellas.

Saliéndonos del meollo y aunque no sea un bar de tapas, el Restaurante Los Cazadores es una gran alternativa para comer pescados, mariscos y buenas frituras dentro de Ronda a precios comedidos donde, además, suelen dar servicio de cenas, por lo que os lo recomendamos también si queréis salir del atolladero en torno al Tajo y la plaza de toros.

Imágenes | Turismo de Ronda / iStock / Kütral / El Lechuguita / Asador El Muelle / Paradores / Bardal / Tragatá

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La noticia 48 horas en Ronda: qué hacer y qué comer en una de las ciudades más bonitas de Andalucía fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Jaime de las Heras .